‘Feral’, de Andrés Kaiser, apuesta por el terror de lo real
'Feral' es un falso documental basada en hechos reales que ocurrieron en México y fueron pobremente documentados, según su director.
'Feral' es un falso documental basada en hechos reales que ocurrieron en México y fueron pobremente documentados, según su director.
En un pueblo lejano nunca ocurren cosas. Y si sí, la comunidad es como en Fuenteovejuna: nadie sabe nada y quienes insisten en preguntar, son advertidos, o amenazados, aun por el cura de la iglesia. Eso y más pasa en Feral, de Andrés Kaiser.
El falso documental narra en la pantalla grande la historia de un cura que se desprende de la iglesia y trata de educar a unos niños ferales, infantes que crecieron en medio del bosque y que por ello carecen de contacto con otros humanos a la manera de Tarzán.
En entrevista para La-Lista, el director (San Luis Potosí, 1984) que se llevó ovaciones en festivales como Feratum, Raindance y el Ravenna Nightmare sostiene que la base de la historia es real y que por sí misma proveía elementos suficientes para construir una experiencia hiperrealista para los espectadores.
El largometraje sigue a un sacerdote llamado Juan, quien ha tomado distancia de la iglesia luego de que esta disolvió el monasterio al que pertenecía debido a que simpatizaban con prácticas psicoanalíticas. Él se va a vivir a una cabaña situada en el cerro del pueblo ficticio de San Juan Chilac, donde encontrará a tres niños ferales, a quienes buscará integrar en la sociedad.
“A partir de estos elementos verídicos e históricos se construye una historia de ficción que yo creo bien podría haber sucedido e incluso podría suceder. Es el horror de una historia que me puede ocurrir a mí, el terror de que yo podría haber sido Juan”, afirma el realizador.
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Héctor Illades, protagonista de Feral, recordó que para meterse en el papel de Juan fue a misa cada siete días, platicó con un cura retirado e incluso devoró el guion en cuanto lo tuvo en sus manos, además que tuvo otros acercamientos e investigaciones en torno a los monjes benedictinos.
“Creo que la parte fundamental de la película es el horror de que te conviertas en Juan. Puedes ser una persona de muy buenas intenciones, pero la historia que tienes atrás, tus creencias, influyen en el resultado de tus acciones. Todos tenemos un Juan en potencia dentro de nosotros. Cuántas veces a quien más amamos, más lastimamos”, agrega el intérprete.
Andrés Kaiser lamenta que estas historias sean verídicas. Un año antes de las grabaciones, recuerda, conoció por la prensa local el caso de una niña que fue encontrada en un pueblo alejado en la Sierra de Oaxaca y que toda su vida la pasó encerrada en una caja.
“Cuando la llevaron al hospital, no se podía acostar en una cama porque su posición era encorvada. Claro que sigue sucediendo, obviamente no es común, de ahí la singularidad de esta historia, pero eso es lo que sucede cuando dejamos que los demonios internos nos dominen y salgan a flote”, afirma.
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El cura vive una transformación cuando pierde el control y sus formas de reaccionar ante los actos de los menores se desbordan y llegan hasta la violencia.
Iliades considera que fue un reto y una maravilla de personaje, aunque todavía le causan conflicto las escenas con los niños por lo dolorosas que fueron para él.
“Sí me impactaban, sí hacían mella dentro de mí. Me acuerdo y me vuelvo a incomodar y se me hace un nudo en la garganta porque son escenas emotivas”, comenta quien no estuvo en las escenas finales debido a la aprehensión por el set que se volvió su casa.
Feral, basada en hechos verídicos que ocurrieron en México en los años 60 y que fueron pobremente documentados, ya está disponible en espacios como La Casa del Cine.