Julieta, la emprendedora de la diversidad sexual que produce su propia marca de cerveza artesanal

Julieta Calderón, mujer trans de 31 años, recuerda que cuando pequeña, veía vacas y otros animales desde la ventana de su casa, en el pueblo de Santa Cecilia Tepetlapa, una zona rural de la alcaldía Xochimilco, en sur de la Ciudad de México. Hoy es una emprendedora que ha dado un sentido social a su negocio de cerveza artesanal.

Nació y creció en el seno de una familia que ella describe como “humilde”, en una zona alejada de la urbanización. Desde pequeña, Julieta aprendió lengua de señas, al igual que sus dos hermanas menores, porque su padre y su madre son personas sordas. En ese escenario, Julieta se vio obligada a dejar sus estudios para trabajar y ayudar a sostener a su familia. Pero llegó el día en que les dijo a sus padres que es una mujer trans y tuvo que dejar su hogar. 

“Son personas que son ignorantes en muchos temas, la verdad no comprendieron mucho mi situación y me terminaron corriendo como a los 21 años”, recuerda Julieta en entrevista con La-Lista. 

Desde entonces tuvo sus primeras pruebas de resistencia. Julieta acudió a un refugio, luego a otro y otro hasta que conoció a Gabriela, una de sus actuales parejas -mantiene una relación poliamorosa-, con quien vive en la alcaldía Azcapotzalco.

Ha trabajado en distintos restaurantes y cadenas de comida rápida porque tiene un gusto especial por la gastronomía y la industria de alimentos. Sin embargo, se encontró ante condiciones laborales injustas y la llevaron a renunciar en más de una ocasión.

“Las jornadas laborales son excesivas y también las prestaciones y los sueldos muchas veces son abusivos, sobre todo porque todos los que trabajamos en el ámbito restaurantero. Gran parte de nuestro sueldo siempre viene de las propinas y se presta para muchos abusos por parte del empleador”, señala Julieta.

También sufrió discriminación y limitaciones por ser una mujer trans y sus patrones le impedían expresar libremente su identidad de género.

“Sufrí discriminación por parte de los empleados y por parte de mis jefes. Me ponían apodos, se burlaban, no se tomaban en serio mi identidad, y a pesar de que expliqué mi situación, no me permitían tener detalles un poquito más femeninos, poder ir maquillada al trabajo o poder ir con otro uniforme”, recuerda.

A la par de su renuncia, Julieta comenzó a interesarse por hacer activismo para la comunidad LGBT+ y se integró a distintas asociaciones civiles, hasta que decidió impulsar un proyecto que le permitiera difundir el respeto a la comunidad de la diversidad sexual, pero desde algo que ella disfrutara: la cerveza. 

“En el ámbito de lo LGBT+ veía que había mucha gente con propuestas y emprendimientos, ofreciendo (sus productos) en bazares o mercaditos, pero veía que había poco interés o trabajo hacia cosas gastronómicas, por lo que vi una oportunidad. Yo siempre he tenido mucho interés y mucha fascinación por los fermentos y vi que la cerveza era algo accesible para mi”, cuenta Calderón. 

El cambio de identidad en papeles oficiales

La cerveza no fue necesariamente su primera opción. Julieta primero pensó en vender mermeladas o quesos artesanales, pero la cerveza artesanal requería de una inversión más accesible.

La burocracia para homologar todos sus papeles oficiales con su nueva identidad de género ha limitado las oportunidades de Julieta para tener acceso a un financiamiento formal.

“Ya hice mi cambio de papeles en mi acta de nacimiento y ya dicen que soy Julieta y que soy una mujer, pero eso no cambia todos mis demás papeles. Todo tienes que ir a hacerlo de manera personal y tienes que ir a hacer trámites y si una persona no tiene a lo mejor los contactos o el tiempo, va a batallar mucho para hacerlo.

“Por cuestiones de tiempo y gastos, no he podido encontrar el momento de hacerlo, entonces mis documentos académicos todavía están con el nombre anterior, no tengo ningún historial crediticio. Es ir dependencia por dependencia, lugar por lugar e instancia por instancia, a estar peleándome cambiando mis papeles poco a poco. O una tiene el tiempo para cambiar todos esos papeles o trabajas, entonces no tengo los medios para poder solicitar financiamiento”, cuenta Calderón. 

Julieta tuvo que emprender por sí misma, sin préstamos ni financiamiento. Le tomó un tiempo, pero en 2018 logró ahorrar 15 mil pesos y compró maquinaria básica para poder producir su cerveza.

Su pareja Gabriela y ella le dieron el nombre de “La Diversa” para darle un sentido a su proyecto e impulsar la representación de la comunidad LGBT+ en la industria cervecera en el país. 

El objetivo, cuenta Julieta, es dar trabajo digno a las personas de la comunidad, pero también representarla a través de sus productos. Así llegaron a la línea de producción “La Jota”, que tiene un color dorado brillante, olores florales y busca ser “escandalosa”, representando a un sector de la diversidad en México.

Cerveza La Diversa

“Lo que queremos lograr con La Diversa es que sea un espacio seguro para personas LGBT+, que sea un espacio donde se puedan reunir, pero también quienes no sean de esta comunidad”, explica la creadora de esta cerveza artesanal. 

Como todo proceso artesanal La Diversa toma tiempo y no se produce en masa. La preparación de un lote de cerveza le toma a Julieta seis semanas, para hacerlo como un producto especial y exclusivo. Eso es por ahora.

Su siguiente meta es producir en cantidades más grandes y ofrecer su producto en más espacios. 

Su meta es que la marca dé representación a la comunidad LGBT+ no solo en junio, cuando es el mes de expresión del orgullo de la diversidad sexual, sino todo el año.

“Hay muchas marcas a las cuales les es muy fácil simplemente esperar a junio y colocar la bandera LGBT, poner arcoíris y poner “Love is love” en sus etiquetas y con eso decir que están apoyando, pero un verdadero apoyo sería saber cuántas personas LGBT están trabajando realmente, si esas personas se sienten integradas o en un ambiente seguro en este trabajo”, explica. 

En La Diversa, tanto personas que pertenecen a esta comunidad, como quienes no lo hacen, “pueden compartir una cerveza y pasarla bien y aprender un poco el uno del otro”, dice Calderón.

Para adquirir su cerveza (un ‘six’ cuesta 300 pesos), se puede contactar a La Diversa a través de sus redes sociales: https://www.facebook.com/CerveceriaLaDiversa, o bien, mandar un mail al correo [email protected].