Lujo y naturaleza en Tlaxcala
El glamping Octli se encuentra en Nanacamilpa, Tlaxcala. Foto: Cortesía Octli

Hace algunos años, la tendencia del glamping, neologismo que combina las palabras glamour y camping, explotó sobre todo en destinos africanos, llevando el lujo a la naturaleza. Una versión de ello, que propone un alojamiento cómodo para disfrutar de los atractivos de Tlaxcala, es una buena oportunidad para experimentarlo.

Ubicado frente al santuario de las luciérnagas en Nanacamilpa, Tlaxcala, Octli nació como un emprendimiento de dos jóvenes entusiastas de los viajes, quienes quieren no solo acercar el lujo a la naturaleza, sino hacer que la gente viva una experiencia en la que disfrute el entorno y todo aquello que produce.

“La idea del glamping nació de un emprendimiento, antes éramos totalmente asalariados y nos encantaba viajar, pero viajar de manera diferente, sobre todo con nuevas experiencias”, señala Gabriela López, una de las fundadoras de Octli.

El lujo, sin embargo, es asequible. En temporada baja, el precio por noche en una carpa con cama matrimonial, baño privado y otras amenidades para dos personas, es de mil 500 pesos, en tanto que en la temporada de mayor demanda asciende a 6 mil pesos.

Ubicado a hora y media de la Ciudad de México, Octli es un puesto idóneo de partida para el avistamiento de luciérnagas, pero también para acampar el resto del año de una manera cómoda y disfrutando los atractivos circundantes.

“La gente no debe pensar que acampará en medio de la nada, sino todo lo contrario: es una nueva forma de vivir el hospedaje; va a encontrar tiendas completamente equipadas, con baño, internet, calefacción y también lo que nosotros queremos resaltar: toda la cultura y todos los orígenes tlaxcaltecas”, añade López.

El orgullo por Tlaxcala es otro plus que encontrarán los visitantes en este sitio. De acuerdo con Miguel Huerta, cofundador de Octli y originario de este estado, desde la decoración hasta los tours están pensados para que los turistas vivan una experiencia integral del lugar.

“En la decoración y ambientación del lugar incorporamos elementos tlaxcaltecas. También lo que a nosotros nos interesa es que la gente visite este estado que muchos dicen que no existe o que es un meme, pero creo que las luciérnagas es un gran aliciente para que lo visiten

“Queremos contar una historia. Queremos que cuando la gente vaya no solo diga voy por unas tiendas monas, sino que la gente vaya por la experiencia. Las amenidades -shampoo, jabón y crema-, todo está hecho a base de maguey y jengibre; las plataformas son recicladas”, añade Huerta.

Aunque el principal atractivo es la temporada de luciérnagas, la cual empieza en junio y concluye a principios de agosto, otras actividades, como la recolección de hongos silvestres, el paseo por los campos pulqueros y los vuelos en globo son factores atractivos para quien quiere darse un descanso de la urbe a pocos minutos de distancia.

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Cortesía Octli

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