Fitness en México: el auge, los beneficios y los riesgos
La industria del fitness en México fue impulsada por dos fenómenos: el encierro por el Covid-19 y las redes sociales. Pero, ¿cuáles son los riesgos de seguir esta “moda” sin la información y herramientas adecuadas?
La industria del fitness en México fue impulsada por dos fenómenos: el encierro por el Covid-19 y las redes sociales. Pero, ¿cuáles son los riesgos de seguir esta “moda” sin la información y herramientas adecuadas?
“Dicen que si no hay foto es como si no hubieras ido al gym”. Esta frase se ha vuelto común en el mundo fitness, porque las personas comparten en redes sociales sus selfies usando ropa deportiva y posando frente a los grandes espejos que suele haber en los gimnasios de México. Al fondo están los aparatos para hacer ejercicio, aunque nadie sabe a ciencia cierta si fueron usados o no.
Las redes sociales han popularizado el estar en forma y llevar una vida saludable. En la web se acumulan fotos y videos de personalidades del internet haciendo rutinas o preparando licuados de proteína, con los que consiguen cientos de miles y hasta millones de likes, mientras los seguidores dejan reacciones y comentarios motivacionales, halagos o chistes, poniendo de manifiesto el interés que existe en torno a este tema.
Pero, ¿incursionar en el mundo fitness significa seguir una moda o seguir un estilo de vida que promueve el bienestar físico? Según los expertos, el ser fitness involucra mucho más que verse bien, aunque cada persona llega con una motivación distinta.
Viridiana Moreno, nutrióloga clínica y deportiva, señala que el fitness pretende la mejora del estado físico no solo para lucir atractivo, sino para tener un mejor sistema cardiovascular, mayor fuerza, resistencia y potencia; y en teoría las personas que se unen a este mundo aspiran a cambiar su estilo de vida.
La especialista aclara que muchos toman la decisión de acudir a un gimnasio dejándose llevar por un concepto más simplista, que tiene que ver con la apariencia y reconoce que en ese sentido las redes sociales sí han jugado un papel fundamental.
“Muchas personas rebasan la línea de lo sano en el fitness porque no tienen el concepto aterrizado al 100%, e incluso lo llevan más a una parte superficial. Creen que lo fitness es esa persona que tiene un excelente físico, que hace muchísimo ejercicio y que toma agua todo el día. Y con el papel de las redes sociales, vuelven al fitness más colectivo que personal”, indica.
Sin embargo, Moreno no descarta que esa motivación inicial pueda transformarse en una postura más informada y con mejores herramientas sobre este estilo de vida.
Josué Espitia “Vanik”, entrenador personal, considera que también el mundo del marketing aprovecha la ignorancia para “vender una ilusión del fitness” y atribuye a este hecho que se banalice la meta de mejorar la condición física.
Pero acota que más allá de la moda, aquellas personas que practican fitness son menos propensas a padecer trastornos como estrés, ansiedad, depresión, fatiga e insomnio, y pueden prevenir enfermedades del corazón, cerebrovasculares, diabetes y ateroesclerosis, siempre y cuando conozcan sus límites y tomen previsiones.
Factores como la pandemia de Covid-19, las redes sociales y los influencers efectivamente potenciaron la industria del fitness en México, que actualmente genera ingresos de alrededor de 1.8 millones de dólares anuales.
No obstante, un estudio de la empresa EGYM arrojó que tras la contingencia de Covid-19, la principal motivación de quienes practicaban fitness se transformó. Antes era la estética con 63% y en la actualidad es la salud, con un 53%.
“Los números son claros como el agua: la estética ya no es la prioridad, sino que la gente quiere hacer ejercicio para mejorar sus defensas”, puntualiza el estudio.
En el país existen alrededor de 12 mil 376 gimnasios, en los que están suscritos más de 4 millones de personas, según revela un informe de Health & Fitness Association, y en ese universo existen distintas motivaciones.
A Omar Prieto el fitness le salvó la vida, a Orlando Liz le dio una razón diaria para sentirse pleno y a Alfonso González simplemente le ayudó a mejorar en un deporte que de verdad le apasiona. La-Lista entrevistó a cada uno de ellos para entender la diversidad de este estilo de vida. Estas son sus historias:
Un infarto para empezar...
Omar Prieto lleva 14 años en el mundo fitness, como practicante y entrenador. Actualmente, va al gimnasio los siete días de la semana, tres veces al día: mañana, tarde y noche, y pasa entre aparatos y músculos más de seis horas diarias, pero su vida no siempre fue así.
Un diagnóstico fatalista, un infarto y un coma inducido fueron clave en sus primeros pasos hacia su nuevo yo.
“Hago ejercicio como parte de mi estilo de vida y lo que me llevó a adaptarlo de esta manera fue el haber sufrido un ataque al corazón. En el hospital me indujeron a un coma durante dos días y cuando desperté me mandaron a mi casa. A las dos semanas, el doctor me dijo, sin filtros, que si no cambiaba mi estilo de vida era probable que en seis meses muriera”, cuenta.
Omar salió del hospital en shock. La noticia de su posible deceso por una vida sedentaria era algo que nunca imaginó y entonces se hizo una promesa: el día que volviera a pisar un hospital sería una persona diferente, una que cuidaba de sí misma.
Así, tomó la decisión de transformar su cuerpo y sus hábitos.
Aunque no sabía nada sobre hacer ejercicio tomó lo primero que tuvo a la mano, sus patines, y comenzó a practicar sin descanso. Después, adoptó una dieta vegetariana, que le ayudó a bajar de peso y finalmente se encaminó al fitness.
Han pasado más de 14 años desde que Omar se hizo esa promesa, pero su motivación no ha cambiado.
“Yo le pongo mucho valor a mi palabra. No siempre tengo ganas de ir a hacer ejercicio ni de levantarme a las 5:00 de la mañana, mucho menos en invierno, pero dije que lo iba a hacer y así ha sido. A eso súmale que hoy sé los beneficios que me da el ejercicio, así que no dejaré de hacerlo”, enfatiza.
Actualmente, se encuentra en una faceta en la que a propósito subió de peso para ganar masa muscular, actividad que le requiere mucho tiempo y esfuerzo.
Omar, de 45 años, recurre a esta práctica debido a que genéticamente no se le marcan los músculos, y porque la apariencia física sí es una de sus metas. Sin embargo, una vez que logró ese objetivo se enfoca en bajar de peso y quemar grasa.
Las motivaciones de Omar para practicar fitness se han transformado, pero su disciplina sigue siendo la misma.
Satisfacción diaria
Orlando Liz tiene 32 años de edad, es ingeniero mecánico y realiza crossfit. Antes de llegar a esta práctica, corría y hacía competencias de carreras con obstáculos, pero al notar que no tenía buen rendimiento fue que decidió primero incursionar en el fitness y luego en el crossfit, que se basa en ejercicios funcionales y variados de alta intensidad.
Pero ahora sus metas también han cambiado, y su nuevo estilo de vida permanece porque le da una satisfacción personal.
“Ahorita sigo en esto para sentirme mejor conmigo mismo y mejorar mi salud. La verdad es que me encanta y ya lo tomo también como medio desestresante, aquí es donde vengo y tiro todo lo que traigo cargando y me voy con pura vibra positiva a seguir con mi vida”, expresa.
La primera vez que Orlando se paró en un gimnasio tenía 27 años, pero su incursión fue paulatina.
Al principio entrenaba uno o dos días a la semana, pero desde el 2022, entrena seis y le dedica al ejercicio entre dos y tres horas diarias.
Su rutina arranca a partir de las 5:00 de la mañana, porque así arranca motivado su jornada laboral y de hecho, un solo día que falte al crossfit “le pesa”, porque la actividad física ya es para él una prioridad.
Orlando reconoce que fue difícil subir el nivel de su actividad física, pero aclara que su cuerpo finalmente entendió el ritmo. Ahora, cuando se lastima revisa qué hizo mal y corrige, porque el ejercicio es un placer más que un castigo.
“Cuando empecé a hacer ejercicio más intenso estaba como zombie, después llega un punto en que tu cuerpo se acostumbra, pero no al grado lesivo. Si me está doliendo algo de más, basta con revisar si hice algo mal y me atiendo”, aclara.
El gimnasio es un plus
Alfonso González, de 37 años de edad, pertenece al 4% de las personas que practican fitness para mejorar su rendimiento en otras disciplinas. En su caso, se trata del maratón y del ciclismo.
En una jornada normal, a media semana incluso, Alfonso toma su bicicleta y rueda hasta seis horas, su horario laboral le permite practicar esta disciplina durante las mañanas y las horas de gimnasio en realidad son un plus.
Alfonso entrena regularmente en un deportivo de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México. Y solo acude dos veces por semana para ejercitar, sobre todo, tren superior y pierna.
Reconoce que en un inicio empezó a ejercitarse para bajar de peso y estar en buena forma física, pero no se considera un clavado del gimnasio ni sigue una rutina específica.
“El fitness me ha ayudado mucho en la resistencia, en el ciclismo y en las rodadas largas para aguantar, aunque no tengo un régimen más estricto, porque no soy tan clavado, ni en la carrera ni en la bici ni en el gimnasio, lo hago solo porque me gusta mucho”, dice.
Pero, ¿y las precauciones en el mundo fitness?
La nutrióloga clínica y deportiva Viridiana Moreno señala que en el mundo fitness es crucial el integrar distintas áreas de la salud: desde nutrición y entrenamiento, hasta terapia psicológica y medicina general.
Y recomienda a cualquiera que desee sumarse a la práctica deportiva, tomar precauciones previas.
“El primer punto es acudir con un personal de la salud. Si tú tienes más de un año que no acudes a una revisión médica y buscas incorporarte a una actividad, ya sea por estilo de vida u objetivos físicos, debes hacerte un estudio médico, pero la mayoría de las personas nunca lo hacen y van directamente al gimnasio”, lamenta.
Una vez que sabes que tu estado de salud es óptimo para la actividad que quieres realizar, entonces debes empezar a incorporar a un especialista en nutrición, a otro en entrenamiento y un acompañamiento psicológico.
Viridiana Moreno detecta que el 60% de los pacientes que practica el fitness lo hace sin tener estas herramientas y apunta que esto puede resultar contraproducente a la hora de ejercitarse.
Además, a este escenario se suma el hecho de que en México se suele recurrir a entrenadores no certificados que desconocen lo básico de biomecánica (análisis de la mecánica del cuerpo humano), de fisiología (funcionamiento del cuerpo humano) y de nutrición, lo que también coloca en una posición vulnerable a quien desea mejorar su condición.
El entrenador personal “Vanik” refiere que, en su caso, menos del 1% de las personas que buscan realizar actividad de alto rendimiento llega con estudios médicos generales. Y, enfatiza, esto se ve en cualquier estrato social, es decir, ni las personas con mayores recursos se hacen estudios médicos antes de iniciar un entrenamiento.
“No hay ni una sola persona que llegue 100% preparada y que me diga que ya se hizo estudios, que ya checó con el psicólogo, que tiene un régimen nutricional. La única excepción son aquellas personas que vienen de familias de médicos o de atletas”, dice.
Los especialistas coinciden en que empezar un entrenamiento riguroso sin ninguna de las herramientas nutricionales, médicas y psicológicas tiene riesgos para la salud física y mental, como:
- Lesiones físicas
- Deficiencias nutricionales
- Trastornos de la alimentación
- Dismorfia corporal
- Frustración y otros trastornos mentales
Y en ese sentido, explican que la vida fitness debe practicarse consciente los riegos y los beneficios que pueda traer.
En los casos de Omar Prieto, Orlando Liz y Alfonso González sus procesos fueron paulatinos. Los tres empezaron a moverse sin mucha conciencia de a dónde se dirigían, luego llegaron a los gimnasios y se dieron cuenta de que debían buscar a nutriólogos para acompañar su proceso.
Sin embargo, actualmente ninguno tiene un especialista “de cajón” para la vida fitness y solo recurren al médico o el psicólogo cuando es necesario.
El entrenador “Vanik” entiende que las personas no siempre tienen la posibilidad de costear todo el paquete fitness y destaca que en la realidad del mexicano promedio “no existe la economía suficiente para pagar ese conjunto”; sin embargo, cree que los usuarios podrían llegar más informados y conscientes de lo que implica modificar su estilo de vida.
Mientras que Viridiana Moreno subraya que más allá del costo económico y de las posibilidades personales, quienes se ejercitan deben priorizar la salud antes que el aspecto físico.