Los beneficios de leer cuentos y ver películas con tus hijos
Leer con tus hijos los ayuda, ¿sabías? Foto: Quokkabottles/Unsplash

La última película que vimos mi hijo y yo fue Luca, de Pixar. Ambos disfrutamos mucho la “magia” de que seres marinos se pudieran transformar en humanos, la bonita complicidad que se formó entre Luca, Alberto y Giulia, y lo rica y justa que puede ser una sociedad cuando confluyen personas diferentes a lo que somos y pensamos. No solo la gozamos, también nos dejó varias reflexiones.

Con otras cintas nos ha pasado algo similar. Puedo poner dos ejemplos clásicos: Toy Story, donde la amistad y la lealtad son valores importantísimos que quedan grabados en la mente de chicos y grandes; e Intensamente, ¡qué forma tan genial de explicar lo que pasa con las emociones! 

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Sin duda lo que le hemos transmitido a nuestro hijo, desde la familia, lo han reforzado estas historias, y no dudo que también le hayan dado respuesta a muchas más inquietudes.

Lo mismo ha pasado con varios cuentos. Me viene a la mente el de Ardilla miedosa, que con sus sencillas y muy atinadas ilustraciones, así como con el diálogo interno que acompaña al personaje, mi pequeño lector vivió con esta ardillita sus temores –magnificados pero muy válidos– hasta que se dio cuenta que solamente le faltaba un poco de valor para descubrir que su mundo no era tan terrible como imaginaba.

Símbolos para entender la realidad

Las películas y los cuentos de personajes fantásticos contribuyen positivamente en el proceso de maduración emocional de niños y niñas. El maestro Manuel Hernández, psicoanalista y director de la clínica y consultoría en salud emocional Descübriéndote, señala que esto ocurre gracias a que “las historias les permiten armar una representación interna del conflicto planteado en el relato, pero sin provocar el dolor que les causaría si lo vivieran directamente”. 

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Además:

  • La confianza que ponen en el cuento o historia les da la posibilidad de reparar los sentimientos más angustiantes. Estas herramientaspueden funcionar “como una madre capaz de volverse receptora de los miedos del niño”. 
  • Los pequeños temen que sus propios sentimientos, miedos, emociones o instintos no se puedan contener, pero los cuentos les muestran que sí se puede y que hay soluciones.
  • En las historias se manejan ideas como la magia negra, los hechizos, los monstruos y los conjuros, las cuales son, en realidad, un reemplazo de conceptos como la violencia, la crueldad, el hambre y la miseria. 
  • Las cualidades internas de los personajes “buenos” normalmente quedan resaltadas en contraste con los “malos”, y esto permite que los menores puedan ir comprendiendo la diferencia entre el bien y el mal, “sin la necesidad de que haya una figura de autoridad que lo orille a portarse bien, pues la niña o el niño, al identificarse con el personaje bueno, buscará ser como él”. 
  • Al mirar la película una y otra vez, los niños no solo están adquiriendo la confianza anteriormente mencionada, sino que, al mismo tiempo, esa película podría estar permitiéndoles elaborar algo que se están cuestionando internamente.

Las películas infantiles y los cuentos son una gran herramienta para que nuestros hijos puedan adentrarse, de manera simbólica o metafórica, a un sinfín de emociones, pues les permiten armarse de una representación interna del conflicto planteado en la historia. Maestro Manuel Hernández, psicoanalista.

¿Cuál será su siguiente peli?

Antes de elegir tú, lo ideal es dejar que tu pequeño escoja la cinta o el cuento, sugiere el especialista. Sin embargo, si quieres que tu hija o hijo trabaje algún tema en especial, puedes persuadirlo, de forma sutil, e invitarlo a ver o leer lo que tú consideres que lleva a la reflexión del tema en cuestión.

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Por ejemplo, nos dice el psicoanalista, en la película Raya, de Disney, se aborda la importancia de la confianza y el trabajo en equipo. Si a tu hijo le cuesta trabajo compartir, hacer equipo con sus pares o integrarse, esta cinta sería muy buena para ello.

Algunas buenas ideas que recomienda el psicoanalista Manuel Hernández son:

  • Kung Fu Panda (principalmente la 1 y la 2). En la primera cinta se habla de buscar en nuestro interior los recursos para lograr lo que queramos. La enseñanza de la segunda es que aunque uno se puede equivocar, eso no es determinante: lo que te determina es lo que uno decide hacer en el presente y para el futuro.
  • Toy Story Esta es una saga increíble porque maneja cuatro temas esenciales en la vida: la importancia de no rendirse, la lealtad, el dejar ir y seguir adelante, señala el especialista. Junto con ello, aborda la llegada de un nuevo integrante a la familia y cómo esto puede provocar celos, envidia, rivalidad y competencia. “Uno de los aprendizajes centrales en la vida es aprender a reconocer, validar y canalizar las emociones, por muy incómodas que sean”.
  •  Patito feo ayuda a trabajar las experiencias de rechazo, a definir quiénes somos o hacia dónde vamos.

Qué evitar:

  • Películas de terror. No son recomendables para niños de menos de 10 años, en promedio, ya que pueden provocarles pesadillas, problemas para dormir, angustia y ansiedad. 
  • Películas cuyo contenido involucra comportamientos agresivos, vocabulario inapropiado o escenas sexuales.

Para finalizar, el experto Manuel Hernández considera que “vivimos tiempos en donde la sociedad se ha ido deshumanizando, el consumismo y la pérdida de valores. Necesitamos recuperar valores como la bondad, la honradez y la fidelidad versus intereses como el dinero, el poder o las series de narcos, y las películas y los cuentos se convierten en una de muchas posibilidades para lograrlo”.

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Y otra buena noticia: las películas nos ayudan a los adultos a sanar experiencias, pensamientos y sentimientos, pues nos conectan con el mundo más emocional del lenguaje simbólico.

Al leerles un cuento a nuestros hijos antes de dormir, construimos un vínculo cercano. En este momento único les hacemos sentir lo valiosos que son para nosotros. Conforme van creciendo, podemos utilizar esta herramienta para ayudarlos a resolver diferentes dificultades, refiriéndolos a personajes que admiran o con los que se sienten identificados. Maestro Manuel Hernández, psicoanalista.

Este artículo se publicó originalmente en Baby Creysi. Consúltalo aquí.

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