Meditación para niños: ¿Cómo practicarla?
La meditación es una herramienta para que nuestros niños se conozcan a sí mismos. Foto: Pixabay

Las situaciones estresantes no son exclusivas de los adultos, nuestros pequeños también pueden sentirse ansiosos. Las razones son muchas: la escuela, los amigos, los deberes en casa. A su nivel, pero ellos también tienen preocupaciones y necesitan aprender a sobrellevarlas. La meditación para niños es una gran herramienta para lograrlo y fomentar su desarrollo emocional.

De acuerdo con la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, la meditación es una práctica para calmar la mente y el cuerpo. Es muy útil para los niños. Hay muchas formas de llevarla a cabo, lo principal es centrar la consciencia en el silencio y el momento presente.

Maayan Jinich, guía en meditación budista y mindfulness, comentó que las redes sociales nos hacen ver la vida “hacia afuera”, por lo que nos olvidamos de lo que hay dentro de nosotros. La experta destacó la importancia de hacer de la meditación un ejercicio cotidiano al que le destinemos un momento del día.

“Hay que procurar que a los niños no se les olvide pasar un rato con ellos mismos. Hacer cotidiana esta práctica de 15 minutos antes de dormir es un momento que les vas a regalar a ellos para escanearse, para ver cómo se sienten, qué pueden aprender de su día, qué les gustó, qué no, para empezarse a conocerse y reconocerse”.

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La guía en meditación budista y mindfulness destacó que la meditación es una herramienta para conocernos y entender nuestras necesidades.

“Si tú le das esta herramienta (la meditación) a un niño desde chiquito, harás que se sienta muy seguro de sí mismo, porque se va a empezar a conocer”.

Estos son algunos tips que nos comparte Maayan Jinich para practicar la meditación en niños.

Elegir un rincón de la casa

En nuestro hogar, elijamos un lugar donde nos sintamos cómodos, en la que podamos relajarnos para realizar la meditación.

“Busca un lugar tranquilo, de preferencia en el cuarto de tus hijos. Haz que escoja una esquinita que para ellos sea especial, un lugar cálido, donde te puedas sentar en el piso, donde no haya interferencia. La idea es que en su momento de meditar no existan distractores y pueda conectar”.

Hacer un espacio en nuestra rutina

Para hacer que la meditación forme parte de nuestra vida cotidiana, debemos designar un horario para meditar, con el objetivo de fomentar la constancia. De preferencia que ese momento sea en la noche antes conciliar el sueño.

“Antes de dormir vamos a meditar y a agradecer. Esto es una manera de ver todo lo que sí hay, en lugar de lo que no hay. Es lograr momentos de mucha intimidad, para que si algo quieren expresar, lo puedan hacer. Eso genera vínculos”.

Música adecuada

La música tiene un papel fundamental en la meditación, ya que nos ayuda a generar el ambiente; puedes buscar música clásica, o playlist para meditar en Youtube.

Agradezcan juntos

Una vez que seleccionaste el lugar, la música y que se pusieron cómodos, agradezcan por todo lo que tienen. Esto hará que tus hijos vean la gratitud como una práctica cotidiana. Además aprenderán a valorar su entorno y sentirse afortunados.

“Es importante cultivar la gratitud en los niños. Hacer que se den cuenta en qué es es todo lo que sí tienen, lo que sí ven. Enseñarles desde chiquitos a agradecer es uno de los grandes puntos que debemos fomentar en nuestros hijos”.

Conecta con tu corazón

Una vez que dieron gracias, respiren profundo y conecten con su corazón, con sus sentimientos; pregunta a tu pequeño cómo se siente, cómo estuvo su día. Con ello, acercarás a tu hijo a la meditación, a su ser espiritual.

“Siéntate en el suelo, conecta con tu respiración, con tu corazón. Como madre le puedes preguntar cómo te sientes hoy, qué cosas tienes que gradecer hoy, cuéntame algo bonito que te pasó en el día”.

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Sesiones cortas

En niños, lo ideal es que las sesiones no duren más de 15 minutos antes de ir a dormir, para que no se aburran y vean la meditación como algo obligatorio que después les genere rechazo.

“Tiempos cortos, espacio cálido, que haya risas para que no se vuelva una práctica inquisitiva como una obligación, que sea una práctica de gozo, de reírte, no tomarte tan enserio para que los niños lo empiecen a disfrutar”.

Reúnete con tu familia y juntos pongan en práctica estos tips.

Este artículo se publicó originalmente en: Baby Creysi. Consúltalo aquí.

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