Las feministas en Guerrero actuaron desde antes de la legalización del aborto
Gurrero es el octavo estado de la República en despenalizar el aborto.Ilustración: María José Vázquez / La-Lista.

Las ganas de ir al gimnasio, el sueño de estudiar la carrera de Nutrición, el objetivo de vivir en la Ciudad de México… todo se desmoronó para Rocío*, de 16 años, cuando supo que estaba embarazada.

“No supe qué hacer ni a quién recurrir, pensé que mi vida se iba a acabar, pensé que ya no tenía salida”, relata Rocío, una joven habitante del municipio de Tlapa de Comonfort, en el sureño estado de Guerrero.

La joven tuvo sospechas de su embarazo a finales de abril pasado, cuando dejó de menstruar. Para salir de dudas, se realizó una prueba de embarazo de orina, de las que venden en farmacia, y el resultado fue positivo. Pero quiso pensar que había una probabilidad de error y se hizo un estudio de sangre en un laboratorio. Confirmado.

Rocío solo sabía que quería abortar, así que decidió ir a una clínica privada de Tlapa para preguntar si era posible realizar este procedimiento. Le dijeron que sí, pero el costo era de entre 6 mil y 10 mil pesos, dependiendo del método que eligiera. Pero ese dinero es más que un lujo para la Región de la Montaña, donde la mitad de sus 400 mil habitantes vive en pobreza extrema.

Otro recurso era el misoprostol, un medicamento que ha sido autorizado como abortivo. Pero la misma caja que en la Ciudad de México, cuesta 700 pesos, en Guerrero se llega a vender hasta los 2 mil pesos en internet o por personas que trabajan en farmacias y que saben de su utilidad, según la organización Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de Guerrero.

“Pasaron tres días en los que no pude dormir, no me sentía bien, dejé de ir al gimnasio hasta que acudí con mi psicóloga”, recuerda.

Rocío acudió con la única persona en la que podía confiar lo que le pasaba y así logró llegar a una organización civil que ayuda a mujeres de la Región de la Montaña en Guerrero, con una importante población indígenas.

Con el acompañamiento de una amiga, su psicóloga y las expertas de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de Guerrero, Rocío siguió su proceso. El 10 de mayo se hizo un ultrasonido en una clínica privada para conocer el avance de su embarazo. Al siguiente día, con estudios en mano y el visto bueno de las expertas, le dieron la ayuda.

“Ese día fue un poco fuerte porque fueron unos dolores que nunca había tenido, en ese momento tenía miedo porque pensé que me podía dar una hemorragia, pero todo salió bien”, comentó la joven a La-Lista.

La joven interrumpió su embarazo una semana antes de que el aborto fuera legalizado en el estado de Guerrero.

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Rocío pudo interrumpir un embarazo no deseadoa sus 16 años en Tlapa, Guerrero. Foto: Arafat Tagle / La-Lista.

El derecho a decidir no espera a los legisladores

Pero antes de la legalización del aborto en Guerrero, ya había organizaciones sociales que ayudaban a las mujeres a interrumpir sus embarazos. Eduviges Villegas, integrante de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de Guerrero, señala que, desde el 2019, la organización acompañó de tres a cuatro casos mensuales en la región de la montaña, una de las zonas más marginadas de México.

La Montaña es una de las siete regiones del estado de Guerrero, en los límites con Oaxaca, al este, y Puebla al norte, donde la mayoría de sus 406 mil 048 habitantes son de una etnia indígena.

Mujeres de Tlapa, Zapotitlán, Xalpatláhuac, Acatepec, Alcozauca y otros municipios han buscado a la Red para interrumpir sus embarazos desde hace tres años, cuando inició su trabajo en la región. La asociación ha llegado a estas comunidades con actividades de difusión de derechos sexuales y reproductivos que da en centros comunitarios.

En gran parte del estado, las mujeres que quieren interrumpir su embarazo eligen métodos riesgosos, como beber tés, infligirse golpes en el vientre, introducir ganchos en su vagina o acudir con chamanes, refieren integrantes de la Red.

Con el fin de ayudar a las mujeres a tener un aborto seguro, esta organización social brinda informes para interrumpir el embarazo de manera segura y recomienda el uso de misoprostol acompañado de mifepristona, dos medicamentos avalados por la Organización Mundial de la Salud.

“Nos han llegado estos casos porque buscan esta decisión libre, buscan esta decisión de decir ‘ahorita no quiero ser madre’ y las acompañamos. Les damos consejería, les damos las pautas para que interrumpan en su casa de forma segura y de forma gratuita”, dice Villegas.

Miedo al estigma social

Maribel Ríos, psicoterapeuta humanista de Tlapa, explica a La-Lista que el aislamiento social en el que algunas mujeres de Guerrero llevan a cabo sus abortos puede poner en riesgo su salud. Ya no es solo el riesgo de interrumpir un embarazo sin la vigilancia de un especialista en medicina, sino que las emociones también terminan por afectar a las pacientes.

“Las emociones, sobre todo en adolescentes, están a flor de piel, y si a eso le sumamos una situación que genera un conflicto grave culturalmente, religiosamente y moralmente claro que va a haber un estallido de emociones, puede desencadenar tristeza, ansiedad, depresión e incluso hasta un suicidio”, expresa Maribel.

Eduviges Villegas explica que muchas de las jóvenes practican el aborto sin contarlo a sus familias y amistades por miedo al rechazo.

Ese fue el caso de Rocío, quien optó por no contarle a su mamá y su papá sobre su aborto. Solo se lo dijo a su psicóloga y a una amiga cercana. “Lo manejé discretamente por miedo a cómo iban a reaccionar, tuve miedo de que me echaran de mi casa, más que nada por mi papá que me hubiera regañado u otra cosa así”.

Ahora, con la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación, las expertas prevén que las mujeres de Guerrero podrán acceder de forma gratuita a este derecho.

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Una organización social de Guerrero acompañó a Rocío para que su aborto fuera seguro. Foto: Arafat Tagle / La-Lista.

Despenalización del aborto en Guerrero, un triunfo para las mujeres

Apenas una semana después de que Rocío pudo interrumpir su embarazo, Guerrero se convirtió en la octava en legalizar el aborto.

La interrupción del embarazo era considerado un delito por el que las mujeres podían pasar hasta tres años de prisión en el estado, aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció desde septiembre de 2021 que es inconstitucional considerar el aborto como un delito.

Según cifras oficiales no hay mujeres presas por el delito de aborto. Sin embargo, el Instituto de la Defensoría Pública y la Comisión Nacional de Derechos Humanos han detectado casos de mujeres presas por otros delitos como “homicidio en razón de parentesco” para disfrazar la criminalización del aborto en las zonas más conservadoras del país.

Para feministas y defensoras de derechos humanos de Tlapa, la ciudad más grande de la región de La Montaña de Guerrero, la legalización es un triunfo de las mujeres, quienes desde hace 14 años exigían al Congreso local que no se criminalizara a quienes interrumpían su embarazo. Previamente este derecho ya lo habían avalado en la Ciudad de México, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz, Baja California, Colima y Sinaloa.

“Con esto se da pauta a que las mujeres guerrerenses, las adolescentes y las niñas sientan y disfruten esa maternidad elegida”, dice Eduviges Villegas. “Esta despenalización del aborto es una puerta enorme que se abre y es una ventana de libertad”.

La legislación ya fue aprobada, falta ponerla en práctica

En Guerrero se habla poco del aborto y eso también se debe cambiar para que las mujeres comiencen a ejercer sus derechos, advierten activistas.

Maribel Ríos afirma que el reto ahora será que las comunidades lo acepten. “Una caravana que llegue a hablar sobre derechos pro aborto no sé cómo sería recibida. Para eso debemos tener tacto, reconocer que hay una cosmovisión en cada pueblo originario”, explica .

“Casi no se habla del aborto, es un tabú. El miedo más frecuente es ‘me van a regañar, me van a criticar y me van a juzgar’. Las mujeres adultas son las que hablan más de este tema, pero en la adolescencia es un tema que aún da miedo”, afirma la especialista.

Prevención de la muerte materna

Las organizaciones sociales de Guerrero celebran la legalización del aborto porque las mujeres ya no tendrán que pagar cantidades excesivas para interrumir su embarazo y lo harán con personal del sector salud.

Pero al reforma tiene otro fin: evitar las muertes maternas en el estado. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el 2020 se registraron 47 fallecimientos de mujeres por complicaciones en el embarazo en Guerrero, la octava entidad federativa con mayor registro en México.

Estas muertes maternas en Guerrero se dieron entre mujeres que tenían entre 15 y 49 años.

“El aborto históricamente ha existido. Sea legal o no sea legal va a seguir existiendo, lo que se pretende con la reforma es que no se quede en la clandestinidad, que las mujeres no se expongan a la mortalidad por aborto y que tengan las condiciones para decidir plenamente, que ejerzan sus derechos sexuales y reproductivos”, concluye Villegas.

*El nombre real de la adolescente entrevistada fue modificado por su seguridad y bajo su consentimiento. Durante la entrevista estuvo acompañada por la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de Guerrero.

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