Roxana Ruiz, la joven mujer que busca ser declarada inocente en legítima defensa

Roxana Ruiz mató a un hombre defendiéndose. Sucedió en mayo de 2021, en Nezahualcóyotl, Estado de México, la zona en el país con el mayor índice de violencia contra las mujeres y que cuenta con dos Alertas de violencia de género. Una por violencia feminicida (2015) y otra por desaparición de niñas, adolescentes y mujeres (2019).

Pero la violencia de género no sólo es la feminicida, institucionalmente las mujeres se encuentran en una situación de riesgo donde no se les reconoce como víctimas, eso es lo que vivió Roxana Ruiz a sus sólo 21 años.

Cuando Roxana habla del tema, aprieta los labios y cierra bien los ojos. Pareciera que si deja de ver y contiene lo que tiene que decir, pudiera hacer que todo desapareciera.

Roxana está cansada. Tiene 23 años y está luchando por su vida. A su corta edad ya tuvo que defenderse hasta la muerte y ahora se defiende reclamando que espera que la prisión no sea el costo por defender su vida.

La joven fue víctima de una violación, en la defensa contra su agresor, forcejearon y él se golpeó la cabeza, Roxana, lo asfixió con una camiseta. Retuvo el cuerpo por al menos 20 horas con ella sin saber qué hacer y cuando trató de deshacerse del cadáver fue detenida inmediatamente.

Ella confesó con los elementos de la policía que la aprehendieron que fue violada y se defendió, también lo hizo en el Ministerio Público, pero la voz de Roxana no fue escuchada. Le tomaron la declaración sin asesoría jurídica presente y sin permitirle siquiera hacer una llamada.

La defensora de oficio que le fue asignada le dijo que se reservara su derecho a declarar y que no dijera nada. Además, nadie le hizo una evaluación psicológica y los médicos legistas no le practicaron alguna prueba ginecológica o proctológica que pudiera servir para la carpeta de investigación, todo en violación de sus derechos humanos y en contra de los protocolos que deben llevarse a cabo con las víctimas de violencia sexual, señalan sus actuales defensoras.

Roxana fue consignada y puesta en disposición de un juzgado por dos delitos: un homicidio doloso y una conducta causal de violación a las leyes de inhumación y exhumación por haber retenido el cadáver. Así, fue llevada al penal de Neza Bordo.

Roxana pasó nueve meses en prisión bajo la medida de prisión preventiva oficiosa.

La madre de Roxana solicitó apoyo a la colectiva Nos queremos vivas Neza en medio de una manifestación.

La Asamblea vecinal Nos queremos vivas Neza empezó su organización desde el caso de Valeria, en 2017, un feminicidio infantil que resaltaría a la vista las condiciones de violencia para las mujeres de la periferia en el Estado de México.

Nos queremos vivas Neza registran y son testigos de las mujeres que llegan a los Ministerios Públicos a denunciar. Cuentan que en cuatro horas, las autoridades llegan a atender a 50 o 70 mujeres que han sido violentadas. Ellas realizan un trabajo de contención y acompañamiento con mujeres víctimas de violencia, también dan asesoría jurídica e imparten cursos y talleres.

Con la intervención de Nos queremos vivas Neza, la abogada Abigail Escalante intervino en el proceso de justicia para Roxana. Gracias a ello, se reabrió el caso de la joven en medio del ofrecimiento y desahogo de pruebas.

La medida cautelar de prisión preventiva oficiosa debe revisarse en cada caso de manera particular. Para Roxana, la medida de prisión preventiva fue ejecutada como si fuera una pena anticipada, es decir, antes de recibir su sentencia. Así que su defensa recurrió a la revisión de la medida cautelar, en un primer momento les fue negada la revisión y en una segunda oportunidad, el juez de control decretó la libertad de Roxana para que llevara su proceso en libertad.

Roxana no quiere regresar a la cárcel. Quiere que su voz sea escuchada. No se olvida de las mujeres víctimas de feminicidios y los proyectos de vida que quedaron truncados. Pero al hablar de eso, también se refiere a ella. Su vida está truncada, su camino al acceso a la justicia ha sido sin perspectiva de género, revictimizante, que la tiene sujeta al compromiso de firmar semanalmente ante un juzgado y hacer de conocimiento sus actividades a las autoridades.

El caso de Roxana es uno de tantos que ha sido juzgado sin perspectiva de género. No se consideraron las condiciones en las que ella se actuó en legítima defensa, tampoco las condiciones propias de su vida: es una mujer joven, indígena, en una situación precarizada, originaria de Santiago de Pinotepa Nacional, una localidad con altos niveles de pobreza y población racializada en el sureño estado de Oaxaca.

Hablar de que Roxana se defendió en legítima defensa significa que cometió una acción punible -que merece castigo-, pero que lo hizo en su propia defensa. La forma en la que se defendió en atentado a su integridad y su vida se encuentran en amparo por la ley, por lo tanto, la legítima defensa causa la exclusión del delito. 

La contraparte, la Asesoría Jurídica y la Fiscalía del Estado de México interpusieron una apelación y el caso llegó al Tribunal de Alzada, el cual revocó la libertad de Roxana. De nuevo, fue interpuesto un amparo y el 18 de abril fue concedida una suspensión provisional en su favor.

El 15 de mayo, sin embargo, la jueza Mónica Osorio Palomino, del Poder Judicial del Estado de México, le impuso una pena de seis años dos meses por el “uso excesivo de la legítima defensa”. La impartidora de justicia argumentó que el “golpe era suficiente para contener la agresión física, que terminó cuando lo neutralizó”.

Ángel Carrera, abogado actual de Roxana, expresó sobre la jueza: “consideramos que no toma en cuenta todas las pruebas que hay, no juzga con perspectiva de género, no contextualiza la conducta, el momento en que sucede, el lugar, quién es Roxana, es una mujer indígena, en ese momento de 21 años, sola, en un cuarto, sin apoyos, con escasos recursos. Luego entonces, no lo toman en consideración. Si bien es cierto que en la sentencia se dice que se juzga con perspectiva de género, al analizarla, no se juzga con perspectiva de género. No basta decirlo, hay que hacerlo. Por eso estamos inconformes, por eso alzamos la voz, vamos a acudir a interponer nuestro recurso de apelación”.

El 18 de mayo, en una conferencia de prensa Roxana, su defensor y las integrantes de Nos queremos vivas Neza, denunciaron las amenazas de las que es presa la joven y del miedo que enfrenta. Tiene un hijo pequeño de seis años y le aterra la amenaza de justicia por mano propia por parte de la familia de su agresor.

“No me gustaría para nada que le pasara algo, que muriera por causa de esto. Que haya sido un error defender mi vida y que yo tenga que perder a mi hijo, a mi familia”, dice con miedo en la voz.

La familia del agresor dice que no hay justicia, lo han expresado en redes sociales y también se ha manifestado a la salida del penal de Neza Bordo. Han solicitado un juicio imparcial, libre de presiones feministas y exigen se le imponga la misma pena que a un feminicida. 

Ante eso, Roxana se expresa también.

“La justicia no hace nada porque, a pesar de que yo fui abusada sexualmente, fui encerrada nueve meses y ahora estoy condenada a más de seis años y a pagarle una reparación de daños a la familia del tipo que abusó de mí. Yo creo que eso no es nada nada justo. Eso no se llama justicia, recordando primero que yo sufrí la agresión sexual por parte de este tipo y después él fallece porque yo me defiendo… Yo me defiendo de no querer ser tomada a la fuerza por ese tipo, de no querer ser muerta en sus manos. Porque me amenazaba una y otra vez de que me iba a matar si no lo dejaba terminar”, dice reclamando justicia.

El 19 de mayo, el mismo día que Andrés Manuel habló en su conferencia matutina sobre la posibilidad de un indulto para Roxana. Ella se preguntaba “¿qué es un indulto?”, tratando de entender si ello era una buena noticia para ella. Ese día Roxana salió a marchar de la Glorieta de las mujeres que luchan al Ángel de la Independencia, en el Paseo de la Reforma de la CDMX.

“Defender mi vida no es un delito”, decía el cartel que sostenía Roxana con los brazos sin descanso, con un rostro con el que de vez en vez cerraba los ojos y apretaba los labios de nuevo. Sus ojos lloraron al abrazar a las mujeres que la acompañaron. Tomó su turno para hablar al principio y al final, pero para ella es difícil expresarse mientras pide que su voz sea escuchada.

“Es necesario que alcemos la voz, es necesario que tengamos que hacer este tipo de movilizaciones para ser escuchadas, es lamentable, pero es necesario, porque si no, el gobierno… el Estado no nos escucha, nos hace caso omiso de lo que decimos y es por eso que estamos aquí, quitándonos el miedo, alzando la voz para que se nos haga justicia”.

La Fiscalía del Estado de México anunció el fin de semana que se desistía de la acción penal en contra de Roxana Ruiz. Después de la polémica en medios, la fiscalía informó que había ordenado a la Fiscalía central para la atención de los delitos vinculados a la violencia de género y concluyó que la joven actuó en legítima defensa, lo que constituye una causal de sobreseimiento.

El domingo 21 de mayo era la fecha en la que se llevaría a cabo la audiencia de seguimiento en el caso de Roxana, pero no se llevó a cabo y se difirió para el martes 23 de mayo a las 13 horas, debido a que la Asesoría Jurídica de la parte acusadora no se presentó y la jueza estimó que en su ausencia podrían violarse los derechos de las víctimas.

El viernes 20 de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, se pronunció en su conferencia desde Palacio Nacional sobre el caso de Roxana y expresó el apoyo del gobierno federal a través de un indulto. Roxana y su defensor, se han pronunciado por el interés y en agradecimiento, sin embargo, Ángel Carrera expresó que aún no se encuentran en la hipótesis del indulto, ya que para ello, tendría que existir una sentencia definitiva, lo que significaría que no existiera ningún otro recurso para interponer. El indulto supone el otorgamiento de perdón y eso implicaría que aceptara Roxana la culpabilidad del hecho y no sería declarada como inocente.

Actualmente, lo que se busca es una sentencia que establezca que Roxana actuó en legítima defensa y se le declare inocente.