‘La ayuda está en camino’: Kamala Harris llega a México
La vicepresidenta de EU y el presidente de México se reunirán para encontrar políticas que ayuden a controlar la migración hacia el norte y erradiquen sus causas estructurales.
La vicepresidenta de EU y el presidente de México se reunirán para encontrar políticas que ayuden a controlar la migración hacia el norte y erradiquen sus causas estructurales.
“La ayuda está en camino”, aseguró el lunes Kamala Harris, desde Guatemala. Un mensaje de esperanza que la vicepresidenta de Estados Unidos lleva meses trabajando y que manda a todos los ciudadanos centroamericanos.
No es casualidad que Harris haya elegido Guatemala y México como sus primeros viajes internacionales desde que asumió el cargo, el 21 de enero. Estos dos países son clave para la misión que el presidente estadounidense, Joe Biden, le encargó: gestionar la crisis migratoria de Centroamérica hacia Estados Unidos.
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La noche del 7 de junio, Harris aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con las mismas intenciones con las que llegó a Guatemala un día antes, porque la agenda es común: reunirse con el presidente y con líderes comunitarios, según publicó en su cuenta de Twitter.
“El tema principal de la agenda es el de la migración, de cómo atender las causas que originan la migración”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa mañanera del 7 de junio. “Y tenemos coincidencias en que se debe de ayudar a los países centroamericanos, que se debe de invertir para que haya desarrollo”, añadió, asegurando que ambos países firmarían un acuerdo en la materia.
Alinean objetivos
Esas coincidencias se deben al cambio de gobierno que hubo en Estados Unidos con la llegada de Biden a la Casa Blanca. El mismo nombramiento de la vicepresidenta como la encargada de ese asunto, y el viaje de esta semana, forman parte de los esfuerzos de la administración demócrata para desmantelar la política migratoria de su antecesor, Donald Trump.
Con el republicano, México no encontró un aliado para su Plan de Desarrollo Integral. Lo elaboró la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) a petición de El Salvador, Honduras, Guatemala y los estados del sureste de México y ya se implementa para fomentar el desarrollo económico en la región. El programa de plantación de árboles Sembrando Vida forma parte de ello.
Con la Casa Blanca de Biden, que ya había mostrado interés en estas ideas en el gobierno de Obama, se alinearon los objetivos. El gobierno estadounidense está decidido a abordar la inseguridad y la pobreza en la región y, para ello, ha puesto sobre la mesa un fondo de 4,000 millones de dólares en cuatro años.
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En especial, lo que funcionarios de la administración estadounidense repiten es que quieren acabar con la corrupción endémica en el Triángulo Norte. Este es, de hecho, uno de los elementos más novedosos en la forma que Estados Unidos va a abordar el problema.
“Por eso, la vicepresidenta Kamala Harris en estos viajes no solo busca reunirse con el gobierno sino con personas y organizaciones de la sociedad civil, para poder empezar a fomentar este sistema de rendición de cuentas (a sus autoridades)”, explica a La-Lista Ariel Ruiz, analista político del think tank Migration Policy Institute. Harris busca empoderar a los ciudadanos para que ellos también forjen el Estado de Derecho en sus países.
Sin embargo, el experto coincide en que este punto solo se abordará en relación con los países de Centroamérica, porque el presidente López Obrador ha dejado claro que no van a tolerar la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos del país.
“Es una visita de negociación en cuanto al control de flujos migratorios”, explica Rodolfo Cruz, experto del Colegio de la Frontera Norte (Colef). “Habrá que ver qué es lo que el gobierno de López Obrador pide”.
Acuerdos y condiciones
La negociación se necesita porque así como hay entendimiento y compromiso sobre los problemas a abordar, las diferencias pueden venir en el cómo. El presidente de México ha puesto sobre la mesa exportar el programa de reforestación Sembrando Vida. Sin embargo, no se ha recibido con entusiasmo en el otro lado del río Bravo.
Primero, porque la administración estadounidense no suele trabajar con desembolsos directos a los ciudadanos sino con organizaciones intermedias, como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID en inglés). Segundo, porque “no existe una relación de si la persona becada se quedó en su país o se fue a EU”, explica Ruiz. “No es un programa fracasado, pero está empezando y no hay evaluación concreta para saber qué tanto está funcionando”.
Junto con ello está el tema del control de los flujos migratorios, es decir, qué hacer con las personas que ya quieren o querrán cruzar la frontera sur de EU. El experto del Colef apunta a que la frontera de México y Guatemala seguirán siendo el primer filtro para frenar a quienes quieran llegar a territorio estadounidense. “La Guardia Nacional ya está ahí”, dice Cruz. “Es lo que viene a negociar EU”, añade, lo cual confirmó el lunes la vicepresidenta, al reconocer que quieren desalentar la emigración irregular.
A cambio, México podría pedir a EU más apoyo en forma de vacunas, en el tráfico ilegal de armas que entran al país por el norte, en desarrollo en la región sureste del país y en cortar el financiamiento a organizaciones que el presidente López Obrador considera adversarios políticos, como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
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Los acuerdos alcanzados en Guatemala el 7 de junio pueden ayudar a hacer una idea de qué forma tomará esta colaboración y se pueden estructurar pensando en un árbol.
En las raíces están las causas de la migración forzada. En este sentido, Harris y Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, el lunes anunciaron un paquete de políticas para luchar contra la corrupción, el tráfico de personas y el desarrollo económico y social en ese país. Por ejemplo, el departamento de Justicia y el de Estado de EU crearán una fuerza anticorrupción para investigar y procesar casos de corrupción en la región con vínculos con Estados Unidos, una propuesta inédita.
El tronco sería el flujo de migrantes desde Centro hasta Norteamérica. “No vengan”, dijo, seria, Harris en Guatemala, a quienes están pensando emigrar a su país. “Estados Unidos va a hacer cumplir nuestras leyes y vamos a asegurar nuestra frontera. Hay métodos legales por los cuales se puede migrar”.
La copa del árbol sería la llegada la frontera que comparte Estados Unidos con México. El mandatario guatemalteco mencionó las visas H2A y H2B para que guatemaltecos puedan migrar legalmente, así como la creación de un “centro de retornados que estará ubicado en el occidente del país”.
Sin embargo, los expertos contienen las expectativas sobre los acuerdos que se logren esta semana. Primero, porque estas políticas pueden “tomar décadas para que sean exitosas”, dice Ruiz. Además, el objetivo no es “que no haya migración sino moderar y gestionar los flujos y para que sean regulares, ordenados y seguros”, añade.