Educación sexual: un derecho de los adolescentes

Los adolescentes tienen derecho a recibir educación sexual integral, sin discriminación y respetando sus necesidades. Para garantizar su acceso a esta información se debe hablar sobre el tema sin tabúes.

Expertos consultados por La-Lista comentaron que en los últimos años se han logrado importantes avances en materia de educación sexual, sin embargo, aún se requiere fortalecer las acciones para que cada vez más adolescentes tengan información sobre sexualidad, lo cual es clave para la prevención de embarazos en este sector de la población.

Para Verónica Esparza, coordinadora de investigación del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), es necesario fortalecer los “Servicios Amigables” –que son puntos ubicados en centros de salud de todo el país donde se ofrece información sobre sexualidad y métodos anticonceptivos- en los lugares más alejados de sus comunidades lo que dificulta a los jóvenes llegar a esos sitios.

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Brindar información sobre sexualidad, facilitar el acceso a métodos anticonceptivos, prevenir infecciones de transmisión sexual, así como proporcionar apoyo psicológico para la atención de casos de violencia, son algunos de los aspectos que forman parte de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA). En los más de ocho años de su implementación se han logrado desplegar más 3 mil puntos en los que se ofrecen estos servicios a los adolescentes.

La coordinadora de investigación de GIRE consideró que, aunque se han realizado muchas campañas informativas para la prevención del embarazo en adolescentes, estas suelen enfocarse en el embarazo como producto de una “acción irresponsable” de los jóvenes, cuando detrás de este problema hay muchos factores involucrados.

Aunque existe un marco normativo que establece que los adolescentes tienen derecho a tener información sobre sexualidad y a decidir sobre su cuerpo, Esparza comentó que persisten los casos en los que el personal de salud “discrimina y estigmatiza” a los jóvenes que desean ejercer su sexualidad, por lo que consideró necesario sensibilizar a los profesionales de la salud para que no obstaculicen el libre ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes.

Pese a que en los Servicios Amigables se ofrecen a los adolescentes métodos anticonceptivos, continúa la dificultad para acceder a ellos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018 las mujeres de 15 a 19 años sexualmente activas fueron el sector que presentó mayor necesidad insatisfecha de métodos anticonceptivos, con 28%, seguidas de las mujeres de 20 a 24 años con 19.6%.

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Falta mayor conocimiento sobre métodos anticonceptivos

Verónica Esparza advirtió que, además del acceso a los anticonceptivos, se debe fortalecer la información para que los jóvenes sepan cómo usarlos, ya que hay una brecha entre conocer estos métodos y saber cómo usarlos adecuadamente. Lo anterior se refleja en el porcentaje de adolescentes que no usan condón y otros métodos anticonceptivos ni al inicio de su vida sexual ni de manera subsecuente.

“Hay un desconocimiento del uso de métodos para prevenir no solamente los embarazos, sino también las enfermedades de transmisión sexual. Es un reflejo de que hay que fortalecer los Servicios Amigables en todo el sector público”.

Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022 señalan que 73.2% de la población adolescente (de 10 a 19 años) reportó haber escuchado de algún método anticonceptivo, este porcentaje es menor en los hablantes de lengua indígena con 29.1% y en el sector de 10 a 14 años en dónde solo 56.6% conoce sobre anticonceptivos.

La Ensanut 2022 también reveló que, en ese año, 22.8% de las personas de 12 a 19 años comenzaron su vida sexual (23.6% hombres y 22% mujeres). De estas, 20.9% no utilizó ningún método anticonceptivo en la primera relación sexual (30.5% mujeres y 12% hombres), y 17.5% tampoco lo usó en la última relación sexual (24.8% mujeres y 11.9% hombres).

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Necesario hablar de sexualidad sin tabúes

Noemi Ehrenfeld Lenkiewicz, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), consideró que, aunque hay mucha información sobre sexualidad tanto en los programas educativos como en los libros de texto, falta crear espacios en los que se hable con “más franqueza” sobre este tema.

“Los libros hablan sobre el sistema reproductor, el útero, los ovarios y demás. Las políticas públicas, educativas e informativas hablan sobre métodos anticonceptivos; pero no hay estrategias que aborden el erotismo, el deseo sexual. A los adolescentes y a los jóvenes se les tiene que hablar con más realismo y fluidez sobre este aspecto tan natural en el ser humano”.

Consideró que la sexualidad sigue siendo un tema “del que no se habla” y mucho menos con la familia, por lo que prevalece entre los adolescentes un desconocimiento sobre su cuerpo.

Mónica Aburto, investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM, destacó la importancia de hablar sin tabúes con los adolescentes sobre sexualidad y respetar su derecho a la educación sexual, así como a decidir sobre su cuerpo.

“El problema es que la sexualidad sigue siendo un tema tabú del que no se habla en las familias, por lo que se deja a los adolescentes en espera de información y ellos buscan dónde aprender sobre estos temas. El reto es abrir diferentes espacios de diálogo para hablar sobre salud sexual y reproductiva, en especial, con los padres de familia”.

Para la académica de la UNAM, quien también es miembro del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, otro gran desafío para asegurar el acceso de este sector de la población a la educación sexual es reconocer y respetar que los adolescentes tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, así como a recibir información sobre sexualidad.

Destacó la importancia de brindar a las padres herramientas para hablar con sus hijos sobre sexualidad, pues comentó que hay muchos que tienen el interés de abordar este tema, pero no saben cómo.

“Si podemos lograr abrir diferentes espacios de diálogo entre padres de familia y adolescentes, sería un gran apoyo porque los jóvenes tendrían el acompañamiento de su familia, ya no tendrían que buscar información a escondidas”.