La violencia en Chiapas, por falta de estrategia contra el crimen y militarización de la frontera
Miembros del Ejército Mexicano resguardan carreteras debido a la violencia desatada en las comunidades de Pantelhó y Chenalhó, el pasado 9 de julio, en el municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Foto: EFE/ Carlos López

A pesar de su ubicación en la frontera sur y de ser paso de Centroamérica a México, Chiapas no es conocido por ser un estado violento. Sin embargo, la entidad se puso en la mira en los últimos días debido a enfrentamientos entre supuestas bandas criminales, así como con grupos de autodefensa.

El Índice de Paz en México 2021 pone a Chiapas como el tercer estado más seguro en el país. Delante solo están Yucatán y Tlaxcala. Pero en días recientes el territorio chiapaneco se transformó en escenario de distintos eventos violentos.

El pasado 7 de julio se registró una balacera en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, en donde hombres armados dispararon contra los pasajeros de dos vehículos. En el ataque fue asesinado Ramón Gilberto Rivera “El Junior”, quien era hijo de Gilberto Rivera Amarillas “el Tío Gil”, identificado como exlugarteniente del Cártel de Sinaloa.

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El hecho fue compartido por usuarios en redes sociales que grabaron la escena, y en medios trascendió que se trató de un enfrentamiento entre ese cártel y miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). La Fiscalía estatal informó haber abierto una carpeta de investigación sobre el caso.

Ese mismo día, un grupo armado agredió a civiles y transportistas que circulaban por la carretera que va de Pantelhó a San Cristóbal de las Casas. Además, los habitantes de la primera localidad denunciaron que las personas armadas ingresaron a sus viviendas y secuestraron a hombres que se encontraban en el lugar.

Un día después, elementos del Ejército, Guardia Nacional y Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) fueron agredidos mientras realizaban un operativo en esa entidad, ocho elementos fueron heridos. El sábado 10, un grupo de indígenas tsotsiles se adjudicaron el ataque e informaron de la conformación del grupo de autodefensa “El Machete”, al anunciar su objetivo de expulsar de la región al crimen organizado.

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Pese a que los datos de víctimas de delitos de fuero común de este año demuestran una tendencia a la baja en crímenes de homicidio doloso, secuestro, extorsión y trata de personas respecto a años anteriores, especialistas coinciden en que los recientes hechos violentos corresponden a una falta de estrategia para combatir el crimen en la entidad.

Te presentamos La-Lista de los puntos clave detrás de la violencia en Chiapas, según especialistas en seguridad.

La migración indocumentada

Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, explica que el desplazamiento de fuerzas federales para inhibir la migración indocumentada en la frontera sur ha sido un factor determinante del aumento de violencia en la región.

Desde junio de 2019, las autoridades federales desplegaron un operativo para contener el paso de migrantes desde la frontera sur con elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional. Apenas en abril pasado, el gobierno federal anunció el aumento de presencia de elementos federales en la región, donde ya había 8,715 agentes, mismos que pasaron a 10,000.

La presencia de fuerzas federales, como siempre, viene a cambiar los mecanismos de la delincuencia organizada en una entidad en donde generalmente no pensamos que hay un problema de penetración de delincuencia, pero en realidad sí lo hay”, indica.

Agrega que la concentración de habitantes centroamericanos en la región que buscan cruzar por México para llegar a Estados Unidos, abre espacios para que delincuentes se integren a esos movimientos migrantes y cometan delitos en su paso por el país.

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Conformación de autodefensas

Por otra parte, Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, indica que el levantamiento de grupos de autodefensa en la región presenta un riesgo en términos de seguridad, ya que a pesar de ser un reflejo del descontento de la población por “la falta de estado de derecho y de seguridad”, estos grupos suelen nacer con una buena intención y después sumarse a las filas del crimen organizado.

El crimen organizado siempre busca la protección del gobierno y en este caso se aprovechan de esta buena intención, quizá de un grupo de ciudadanos que buscan la autodefensa, para aliarse a ellos en contra del grupo rival. Ese es el gran peligro de estos temas”, explica.

Rivas coincide en que en la medida en la que el Estado no haga valer su fuerza, grupos pueden surgir y desestabilizar la situación política y de seguridad de los ciudadanos.

Cárteles de droga

Ambos expertos coinciden en que la presencia de grupos delictivos no es nada nuevo en la región, aunque Chiapas no es un territorio en el que estábamos acostumbrados a ver este tipo de fenómenos.

“Sospechamos que tiene que ver con los temas de siempre: trasiego o venta de drogas o producción de drogas, y el tráfico de personas”, destacó Roel.

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En tanto, el director del Observatorio Nacional Ciudadano explica que en Chiapas no era necesario que los crímenes se dieran con violencia por el poco combate al delito y la debilidad institucional. “Era fácil ejecutar los delitos y por lo tanto, no había necesidad de una confrontación entre los grupos delictivos para hacerse dueños de tal o cual territorio”.

Falta de supervisión

Rivas agrega, además, que en el estado hay una falta de supervisión de los delitos, por lo que los bajos niveles en incidencia delictiva “no quiere decir que no los haya (…) la debilidad en el control del territorio hace más difícil poder observar con detalle la ocurrencia de delitos“.

A esto suma que en la entidad hay un problema relacionado con la delincuencia común y de violencia de género “que no se visualiza, no se visibiliza, a raíz de comunidades que tienen usos y costumbres y que se rigen por sus propios sistemas normativos”.

Rivas explica que el caso de Chiapas es “la punta del iceberg” de lo que sucede a nivel nacional, referente a la falta de estrategia para combatir el crimen.

Desde el punto de vista del director del Semáforo Delictivo, para mejorar la seguridad se requiere de la coordinación entre las autoridades locales y federales, incluyendo también a líderes sociales en la toma de decisiones.

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