Jesús Murillo Karam, exprocurador de la PGR, regresa al Reclusorio Norte
El 24 de agosto, el exfuncionario fue vinculado a proceso por los delitos de tortura, contra la administración de justicia, y desaparición forzada, por el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrido en septiembre de 2014.
El 24 de agosto, el exfuncionario fue vinculado a proceso por los delitos de tortura, contra la administración de justicia, y desaparición forzada, por el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrido en septiembre de 2014.
Jesús Murillo Karam, extitular de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), regresó al Reclusorio Norte para seguir con la medida impuesta de prisión preventiva justificada por el Caso Ayotzinapa.
En un comunicado, José Javier López García, defensor de Murillo Karam, informó que la semana pasada el exprocurador fue diagnosticado con Covid-19, lo que dejó en una “posición más vulnerable” su salud por las enfermedades que padece, tales como Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), hipertensión arterial sistémica e insuficiencia vascular cerebral.
Además, el abogado detalló que el exprocurador presentó una presión arterial de 190/110 este miércoles 28 de diciembre.
El defensor reiteró que la medida de prisión preventiva pone en riesgo la salud y la vida de Murillo Karam y desde su aprehensión fue trasladado ocho veces desde prisión a diferentes hospitales.
El 24 de agosto, el exfuncionario fue vinculado a proceso por los delitos de tortura, contra la administración de justicia, y desaparición forzada, por el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrido en septiembre de 2014.
Además, enfrenta una denuncia por tráfico de influencias y defraudación fiscal, por licitaciones que recibió una empresa familiar por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) cuando era funcionario.
El 20 octubre fue operado en el Hospital General de Xoco, debido a sus altos niveles de colesterol y triglicéridos.
Tras ello, pasó varios días en terapia intensiva, hasta que fue trasladado al Instituto Nacional de Cardiología, de donde fue llevado al Hospital Belisario Domínguez y, posteriormente, a la Torre Médica de Tepepan.
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