‘El Rey’ Zambada acusa sobornos a García Luna  y a su sobrino para garantizar ascensos
El Rey Zambada.

Jesús “El Rey” Zambada, el esperado testigo significativo en una semana decisiva en el juicio en contra de Genaro García Luna, abrió su testimonio al dar cuenta de dos pagos por 3 y 2 millones de dólares en 2006 al entonces coordinador general de la Agencia Federal de Investigación para que protegiera a su hermano Ismael “El Mayo” Zambada.

El testimonio de “El Rey” Zambada es quizá el más esperado en el juicio en contra de García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, y que enfrenta cuatro cargos por conspiración para el tráfico, venta y distribución de cocaína en Estados Unidos y uno por mentir a las autoridades migratorias, por los que, en caso de ser declarado culpable, podría alcanzar de 20 años de prisión a cadena perpetua como sanción máxima.

En los primeros minutos se confirmó también que García Luna decidió no testificar en el juicio. El juez le explicó que era un derecho y no una obligación, que si eso le quedaba claro. Con ayuda de un auricular en el que escuchó a los intérpretes dentro de la misma corte, García Luna respondió: “Sí, señor”. También le explicó el juez que, aunque el equipo de abogados de su defensa le haya dicho que no era necesario que testificara, era su decisión rendir o no testimonio, y que si eso lo tenía claro. El exfuncionario federal respondió nuevamente con un “Sí, señor”.

La fiscal Saritha Komatireddy anunció entonces al testigo Jesús “El Rey” Zambada. Entró a la sala un hombre de no más de 1.70 de estatura, luciendo un traje entre verde y gris, y una corbata a rayas. Visiblemente canoso y con sobrepeso, quien se presentó ante el jurado como un contador que se había visto orillado a ser narcotraficante porque nadie quería ofrecerle trabajo cuando el nombre de su hermano comenzó a hacerse popular.

El testimonio de “El Rey” Zambada no solo exhibió la complicidad con distintas fuerzas federales en materia de seguridad, sino el verdadero control que tenía él del trasiego de cocaína en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde fue operador del Cártel de Sinaloa entre 1987 y 2008, hasta que fue aprehendido.

En esa época, el imperio del narcotráfico generaba ganancias de 2 mil 800 a 3 mil millones de dólares al año, tomando en cuenta una venta de 100 a 200 toneladas por mes. Y a mayor tráfico, mejores ganancias.

El narcotraficante se refirió a la policía capitalina, cuando Gabriel Regino era subsecretario de Seguridad Pública, como “sus amigos”, por eso les llamó a ellos cuando el 20 de octubre de 2008 un grupo de agentes federales lo detuvo en un domicilio en la Ciudad de México.

‘Manejamos al gobierno’

“Para sentir seguridad, se necesita el apoyo del gobierno”, dijo el testigo. Según su versión, él tenía negocios legales y solo ayudaba a los cárteles con favores. Relató que en 2003 Arturo Beltrán Leyva lo invitó un día a Cuernavaca y le ofreció trabajar con él para que fuera el enlace con los funcionarios debido a que su perfil no era conocido.

“Yo tengo conexión con altos niveles”, le dijo el jefe de los Beltrán Leyva, “por ejemplo, yo tengo conexión con el Compa G”.

-“Arturo, ¿te refieres a Genaro García Luna?”, preguntó.

-“Precisamente”, le respondió una de las cabezas del Cártel de Sinaloa.

Beltrán Leyva le explicó que supuestamente estaban pagando 1.5 millones de dólares al mes entre las distintas cabezas, como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada de 2000 a 2006. “Había un control muy eficiente con el gobierno, el cual les permitió extenderse a gran parte del país y nombró los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Morelos, el entonces DF, Querétaro, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Baja California y Durango.

Durante la administración de Vicente Fox, en 2006, dijo que le tocó coordinar unos pagos a Genaro García Luna a través de Óscar Paredes, un abogado que trabajaba para el Cártel de Sinaloa y, al mismo tiempo, en la Procuraduría General de la República.

Paredes le había dicho que tenía una oportunidad de tener una reunión con Genaro García Luna y que necesitaba 3 millones de dólares para hablar con él. Así que Zambada preparó el dinero en dos portafolios anchos, como los que usan los abogados.

La cita se acordó en el restaurante Champs Ellysées, ubicado en Paseo de la Reforma, justo frente a la embajada de Estados Unidos. Zambada dijo que él llegó primero y espero en el bar del restaurante donde vio que después llegó Paredes con los portafolios. Pasados unos minutos, llegó García Luna con dos personas más y subió al siguiente piso y luego de 15 minutos, vio que bajaba con sus dos acompañantes cargando los dos maletines.

'El Rey' Zambada acusa sobornos a García Luna  y a su sobrino para garantizar ascensos -
Foto: DOJ

Paredes le informó entonces que estaba de acuerdo en brindarle protección a su hermano “El Mayo” Zambada y que no iba a haber problema. Desde entonces, dijo, él entendía que tenía un compromiso con los hermanos Beltrán Leyva, con quienes había pactado protección.

El supuesto apoyo de García Luna serviría también para designar a los mandos que ellos elegían en ciertas plazas, les llamaban yankees.

A las tres semanas de la primera reunión se daría otra en el mismo restaurante, que contaba con una planta baja, donde solía esperar en el bar. En el segundo piso había más mesas y varios privados, como los que ocupaba Paredes para reunirse con García Luna, y en el tercer piso, al parecer, vivían los dueños.

En esa ocasión, Zambada puso el dinero en una maleta deportiva y se lo entregó al abogado. Como la primera vez, Zambada esperó en el bar de la planta baja, pero Paredes lo llamó para decirle algo, así que subió al privado y, en ese momento, tocaron la puerta. Estaba llegando Genaro García Luna.

“Mucho gusto”, le dijo García Luna. Pero, según Zambada, él prefirió salir de ahí porque “no quería que lo involucraran con esos arreglos”, y dejó solos a los dos exfuncionarios con la maleta que contenía 2 millones de dólares.

“Le había platicado que le iba a dar protección a mi hermano, que no me lo iba a molestar, que los iba a ayudar si se ofrecía algún cambio”, dijo Zambada. Luego explicó que hay formas de ayudar, por ejemplo, “colocar” personas.

“El Rey” indicó que pidieron apoyo a Paredes para colocar al “Comandante Viqueras” en Sinaloa”, es decir, detenerlo, lo cual “se hizo exitosamente”.

Dijo que tanto “El Chapo” Guzmán como “El Mayo” le seguían pagando a García Luna, mientras que él le daba dinero a Paredes para que le pagara a Luis Cárdenas Palomino, brazo derecho de García Luna.”Era un pago que siempre tenía que hacer”, puntualizó.

Sobre Cárdenas Palomino, un alto mando en la Agencia Federal de Investigación, era íntimo amigo de Óscar Paredes.

“Seguimos manejando el gobierno a esos niveles hasta que yo fui arrestado. Siempre fue así”, dijo Zambada con sus lentes para leer sobre sus mejillas rosadas.

En la primera fuga de Joaquín Guzmán ─cuando salió de Puente Grande, Jalisco, en 2001─ conspiró para enviarle un helicóptero y llevarlo a la Ciudad de México.

Sobornos en el AICM

“El Rey” Zambada afirmó que él controlaba el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y repartía sobornos por 250 mil dólares al mes, en promedio.

La cocaína proveniente de Venezuela llegaba en charters que simulaban ser viajes turísticos y los mismos agentes federales ayudaban a descargarla. La operación era en jets privados, vuelos comerciales, equipaje o cajas de carga.

Los pagos al sobrino de García Luna

El testigo de este lunes ─quien se encuentra en libertad desde marzo de 2019─ habló también sobre la administración de Felipe Calderón. Dijo que un amigo suyo, Édgar del Villar Ballardo, le confió, casi al inicio del nuevo gobierno panista, que él tenía oportunidad de trabajar en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), afirmándole que esta pertenecía a la Secretaría de Seguridad Pública federal, cuando en realidad era de la PGR.

Zambada sostuvo la versión sobre el pago de 350 mil dólares, cantidad con la que podía comprar ascensos y había la posibilidad de hacer equipo mientras él estaba dentro de la institución. “A mí me dijo que el dinero era para Víctor Hugo García, sobrino de Genaro García Luna, y a los pocos días entró a la corporación”, testificó.

Después del pago inicial, le daba 50 mil dólares mensuales y fue ascendiendo. “El dinero era para el grupo de Víctor Hugo García. Entre más poder tenía él con los ascensos, más servía al cártel”, enfatizó Zambada.

Como parte de su trabajo, “El Rey” Zambada le regaló a Bayardo una camioneta blindada marca Cherokee, que después habría sido vista por agentes de la DEA cerca de su casa.

Bayardo se convertiría más adelante en testigo protegido de la PGR y la DEA, sin embargo, fue asesinado a plena luz del día en un Starbucks de la colonia Del Valle en noviembre de 2015.

Este martes se prevé que continúe el contra interrogatorio a cargo de César de Castro en contra de “El Rey” Zambada, quien no se ha rendido a las preguntas del abogado de la defensa de García Luna.

El litigante no ha logrado que reconozca un reconocer un solo crimen, pues Zambada mantiene su versión de que él solo “conspiró” para cometer asesinatos y otros delitos.

También se prevé que este martes se presente un testigo de la defensa y el miércoles se lleven a cabo los alegatos finales.

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