‘Déjalas que se arreglen ellas solas’: un caso de bullying con la complicidad de adultos
Imagen sobre bullying. Por Majito Vázquez / La-Lista.

Esa tarde de enero, Saraí fue a recoger a sus dos hijas y su sobrina Edna a la secundaria y cuando apenas las distinguió al salir de la escuela, otra adolescente con el mismo uniforme escolar jaló del pelo a su sobrina, la tiró al suelo y comenzó a propinarle manotazos y patadas.

En cuestión de segundos, se formó un círculo entre los adolescentes de la secundaria Enrique Rébsamen que celebraban la pelea, y a un lado, una mujer mantenía al margen a quien quisiera entrometerse en la golpiza.

“Cuando tiró al suelo a Edna, inmediatamente todos los que venían con ella hicieron una especie de círculo. Desde donde yo estaba, salí corriendo y cuando quise levantar a mi sobrina, la mamá de Noemí me dijo que no”, narra Saraí Ramírez.

Noemí es el nombre de la adolescente que comenzó a agarrar a golpes a su sobrina Edna, de 13 años, las dos estudian en el mismo año escolar de la secundaria y no es la primera vez que tenían problemas.

Saraí reclama que las autoridades de la secundaria, ubicada en el municipio de Coacalco, Estado de México, no habían hecho caso de las quejas que presentaron y no tomaron las medidas necesarias para frenar el bullying en contra de su sobrina

Esa tarde, cuando intentó rescatar a su sobrina del suelo, la mamá de la otra adolescente le cuestionó quién era ella para meterse.

—Soy la tía de la niña que están agrediendo, —le reclamó Saraí, exigiendo que le dejara ayudarla.

—¡Déjalas que se partan su madre ella solas y arreglan sus problemas así!, —le respondió la mamá de la otra adolescente y la alejó con un empujón en el pecho.

Cuando una de sus hijas intentó ayudar a Edna, otra niña le dio un golpe en el rostro y le jaló los cabellos, recuerda indignada Saraí.

“¿Cómo es posible que hubiera sucedido ese tipo de situación o esa saña contra mi sobrina? Me molestó muchísimo ver a todos los niños ahí, cómo le aplaudían, cómo le echaban porras a Noemí y, al final, hasta hubo quienes la abrazaron. Entonces, aparte de la golpiza, está la burla a la que me la están sometiendo”, comenta.

Al ver que no podía intervenir para frenar la golpiza contra su sobrina Edna, le dijo a una de sus dos hijas que llamara de inmediato a las autoridades de la secundaria para advertirles lo que estaba pasando y Saraí llamó a una patrulla de la policía municipal.

La mamá de la menor señalada como agresora se dio cuenta de que habían avisado a la dirección de la escuela y comenzó a separar a su hija de Edna.

La directora, Luz Cinthya Cabello Ledesma, y los orientadores recibieron a Saraí, sus hijas y a Edna, pero ellas no han visto medidas que pongan un alto al hostigamiento por parte de la otra alumna.

La-Lista buscó y llamó a la dirección de la secundaria, así cómo al área de comunicación la Secretaría de Educación Pública del Estado de México para saber su versión sobre el seguimiento al caso de Edna, pero no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.

La tía de la víctima de bullying denuncia irregularidades en la Fiscalía de Edomex

Después de hablar con la directora, Saraí llevó a sus hijas y su sobrina al ministerio público en el Estado de México para presentar una denuncia, donde tuvo que esperar poco más de seis horas para ser atendidas.

“Llegamos al ministerio púbico a las tres de la tarde, hasta las 10:30 de la noche nos atendieron, ya yo declaré lo que había pasado y de ahí nos pasaron al médico legista, salimos del ministerio público hasta las 4:30 de la madrugada”, comparte la tía de Edna.

Saraí cuenta que las tres jóvenes -sus dos hijas y su sobrina- fueron con una médico legista, quien les pidió que se desnudaran, las observó una a una a tres metros de distancia, y realizó la valoración de las lesiones. El dictamen determinó que Noemí presentaba lesiones leves que se curaban en menos de 15 días, al igual que sus primas, también agredidas.  

“A una de mis hijas, la más chica, de 12 años, le jalaron el cabello; a la otra, a pesar de que la golpearon y de que traía un chichón, la médico legista no puso nada de eso en el informe”, señala.

No conforme con la valoración de la médico legista de la Fiscalía, la tía de Saraí la llevó a un medico particular, quien les solicitó realizarle una radiografía y encontró que tenía una fractura en la nariz y varias regiones del cerebro inflamadas, además de moretones en otras regiones del cuerpo como brazos, pechos y estómago. El informe médico fue integrado a la carpeta que inició la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

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Radiografía del rostro de Edna, una adolescente de 13 años, víctima de bullying en el Estado de México. Foto: Alejandro Villa / La-Lista

La Fiscalía de Edomex fue consultada vía telefónica sobre el caso y refirió que aún está el proceso de investigación.

En la secundaria Enrique Rébsamen, la directora Luz Cinthya Cabello Ledesma, determinó enviar a ambas alumnas a clases a distancia. La familia de la víctima exige justicia y que también se sancione a las compañeras que participaron en la agresión y se garantice un retorno seguro a clases para Edna.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2021, de la Secretaría de Salud, hay a nivel nacional, 30 mil 700 personas de entre 10 y 17 años víctimas de violencia física en la escuela en 12 meses (10 mil 100 mujeres y 20 mil 600 hombres); es decir, dos de cada mil niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 17 años en el país fueron víctimas.

Por su parte la Prueba PISA 2018 publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 23% de las y los estudiantes de 15 años en México señaló sufrir acoso escolar al menos una vez al mes durante ese año.

Expulsar a un niño una niña que hace bullying, es venganza: Tejiendo Redes Infancia

Juan Martín Pérez García, coordinador de la organización social Tejiendo Redes Infancia en América Latina, considera que el acoso escolar en México es un acto sistemático de agresiones entre estudiantes, pero también de adultos a menores de edad; en su mayoría son estudiantes, aunque hay casos donde los maestros son parte de la violencia.     

Aunado a eso, asegura que existe omisión por parte de las autoridades para prevenir estos casos, así cómo un gran número de casos en la impunidad. 

“Tenemos que trabajar con niños y niñas en reconocimiento de la diferencia, tenemos que trabajar también el respeto a la otra persona que piensa distinto a mí y tenemos que trabajar para que podamos jugar y divertirnos, compartir con personas que piensan diferente a nosotros”, comenta en entrevista para La-Lista. 

Explica que un elemento central de acoso es demostrar dominio y al mismo tiempo humillación de la persona víctima de acoso y es central en el acoso los testigos; ahora lo que ha cambiado, comentó, es que se graba y se sube las redes sociales, a lo que se le conoce como ciberacoso.  

En su opinión, expulsar a un niño una niña que hace bullying, es venganza porque se expone al menor a otras condiciones de riesgo, “porque un niño o niña que ejerce violencia también es víctima de violencia en su familia, en la propia escuela o en su comunidad y lo que está haciendo es reproducirlo”.

Hay un aumento de violencia escolar a consecuencia de la pandemia: investigadora

La profesora e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de la Académica México Úrsula Zurita Rivera, coincide con Juan Martín Pérez respecto a que los menores que hacen “bullying” o que ejercen violencia contra otros compañeros es un reflejo de su contexto familiar

Agrega que un factor importante es el impacto de la pandemia que tuvo la pandemia en las niñas, niños y adolescentes. 

“Creo que es indispensable en estos tiempos considerar la pandemia como un factor relevante para que aumentaran los casos de violencia escolar sin dejar de reconocer que ya era una problemática de años atrás”, comenta a La-Lista.

La investigadora comenta que los menores están regresando a las escuelas con problemas muy serios de rezago, de aprendizajes incompletos, principalmente por las condiciones en que se dio la educación a distancia, con familias que han vivido problemas de distinto tipo, desde pérdidas de familiares, enfermedades, pérdidas de recursos económicos y el empleo de los padres.

“Hay niñas y niños que les afectó mucho, no sólo su aprendizaje, sino su proceso de socialización de construcción de identidad de sentido de pertenencia a una comunidad escolar ajena a la familia”, explica. 

El contexto post pandémico ha impactado negativamente tanto en los docentes como en los alumnos y las expresiones de violencia extrema, lo que se está dando entre niñas y niños es parte de un ambiente aún más complejo, acompañado de carencias sociales, familiares y educativas.

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