En Michoacán sólo queda el camino del autogobierno: padre Goyo
En entrevista con La-Lista, el padre Goyo habla de la crisis de inseguridad en Michoacán. Ilustración: La-Lista

“Igual que a Pancho Villa, lo han acribillado, porque le causaba estorbo al crimen organizado. Ha muerto Hipólito Mora, el terror de los malvados”, dice el corrido que le compusieron al exlíder autodefensa de Tierra Caliente, luego de su asesinato el 29 de junio pasado, en una emboscada por parte de pistoleros de Los Viagras, quienes le dispararon —según la Fiscalía de Michoacán— en mil ocasiones contra la camioneta blindada nivel 5 en la que viajaba, para después incendiarla. 

Las imágenes de una camioneta en llamas en medio de las calles Hiquingare y Fray Diego de Basalenque, de la comunidad de Felipe Carrillo Puerto “La Ruana”, en el municipio de Buenavista, y el cuerpo calcinado de Hipólito Mora Chávez a un costado de la camioneta rafagueda con rifles barret calibre cincuenta, para perforar el blindaje, e incendiada con explosivos por 25 sicarios del grupo criminal más violento de la región, es la muestra del nivel de violencia que vive la entidad gobernada por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla. 

Tras el homicidio de Hipólito Mora la idea de crear mesas para la construcción de paz en Michoacán se fue por la borda. Se trataba de una idea en la que trabajaban él y el sacerdote Gregorio López Gerónimo “Goyo”, ex líder autodefensa en Michoacán en 2013 y suspendido de la Iglesia Católica por su activismo contra los grupos del narcotráfico.

En una entrevista concedida a este reportero en 2021, Goyo explicó que se estaba trabajando en incorporar en el estado una estrategia conocida como Justicia Transicional, utilizada por el gobierno de Colombia, con la que negociaron el cese a la violencia en ese país entre los cárteles de la droga y las fuerzas guerrilleras. 

En este proyecto se pretendía sentar en una mesa de diálogo a representantes de los grupos criminales, empresarios, los tres órdenes de gobierno y sociedad civil para hacer un pacto de paz.   

Sin embargo, no hubo resultados y ante la muerte de Hipólito Mora la vía pacífica y de diálogo se derrumbó, aseguró a La-Lista el padre Goyo en entrevista el pasado viernes 7 de julio.  

“Nos dimos cuenta, nos sentamos primero los líderes, entre ellos Hipólito Mora, fuimos a México, comenzamos a dialogar con autoridades y vimos que este tipo de gente no tiene palabra, no tiene ética, no tiene honor, han vivido siempre delinquiendo, fuera de la ley, ¿cómo pactar con ellos?, te dicen sí y por la espalda te están fregando, entonces, desistimos de este proyecto”, dice en la entrevista Goyo, quien fundó la organización civil El Buen Samaritano para ayudar a los desplazados por la violencia.

La estrategia de Justicia Transicional consistía, en palabras de Goyo, en “sentar a magistrados, peritos en materia legal y seguridad pública, traer a militares y también a asociaciones civiles capaces de negociar, de sentar abogados de los distintos frentes y hacer convenios. Se busca hacer una alianza, un parlamento, donde podamos llegar a puntos de acuerdo. Michoacán no puede seguir por los caminos del golpe, ni de la pasividad. No podemos quedarnos como espectadores, tenemos que ser actores, estoy convencido de esto”.

¿Es una mesa de diálogo con miembros del crimen organizado?, se le pregunta.

“Con representantes de ellos, que vengan a comprometerse, a meterse en cintura, es la sociedad la que estamos organizando”, dice.

Pero ante el fracaso de la idea de las mesas de paz, el padre Goyo plantea un nuevo proyecto: “pasar de ser autodefensas a hacer autogobiernos”. 

“¿En qué consiste? en crear un gobierno autónomo, en un gobierno originario, como el pueblo purépecha. Ellos forman mesas, asambleas o parlamentos, donde no hay una cabeza visible como presidente, sino es todo un órgano colegiado por los ancianos del pueblo que se llamaba tatari, los tatari que son los sabios del pueblo, ellos son los gobernantes ellos son los que opinan”, explica.

¿Ya hay algunas comunidades que estén en este modelo de autogobierno?

Sí, hay 10 municipios, como Ahiran, Comachén, Nahuanzen, Murillo, Charo, Santa Fe de la Laguna, Jaracuaró, Oponguio; son comunidades indígenas todas ellas, todas en la meseta purépecha”, responde.

¿Podría explicar qué está pasando en Michoacán?

“Una descomposición social y política, una infiltración por parte de los delincuentes en todos los niveles, en la Policía, en el gobierno, en la fiscalía, en toda la estructura de gobierno y las instituciones hubo infiltración, y tuvimos que hacer denuncias y levantar la voz. Estamos en una hora crítica de una guerra terrorista con drones y granadas de fragmentación; tenemos alrededor de 30 mil desplazados de varios municipios, desde Apatzingán, Parácuaro, Nueva Italia, Tepalcatepec, Aguililla, Coalcomán, Chinicuila, Coahuayana, Churumuco, Arteaga, Lázaro Cárdenas y Huetamo, 14 municipios golpeados y devastados por la delincuencia organizada”.

— ¿Cómo vive un sicario?

“Hay los capos y los sicarios. Los sicarios son como un perro cualquiera que vive al día, se le paga una miseria por matar, pero ya se hizo una escuela, eso es lo malo. Lo peor que le puede pasar a cualquier pueblo, es acostumbrarse al olor a muerte, a los balazos”.

¿Abrazos, no balazos?

“La política de ‘abrazos, no balazos’ es un eslogan que no tiene acciones concretas. Necesitamos accionar los abrazos de tal forma que se haga creíble, se necesita que esos abrazos se traduzcan en a quién voy abrazar, personificarlo, darle nombre y apellido, a quién hay que darle ese abrazo, hay que platicar con él. Necesito primero acercarme en una proximidad a él y segundo una “projimidad”. Quién es y verlo como persona que también tiene los derechos, sin dejar de lado que también él debe respetar mis derechos y el de mis hermanos. Que él pacte que va a respetar los derechos humanos”.

El origen

En 2013, Hipólito Mora Chávez decidió fajarse a la cintura una pistola y enfrentar al crimen organizado, que había desatado una ola de violencia, desapariciones y extorsión en Tierra Caliente, Michoacán. Encabezó el surgimiento de las autodefensas con presencia en 33 municipios del estado, junto con José Manuel Mireles Valverde, Antonio Torres “el Americano” y Estanislao Beltran “Papá Pitufo”.

Mireles murió por Covid-19 en 2020; “el Americano” cambió de bando y creó el grupo criminal “H3” al servicio del Cártel de Colima, en 2018 fue asesinado a balazos. Por su parte, “Papá Pitufo” se encuentra refugiado en otra entidad del norte del país. Hipólito era el último de los líderes de autodefensa en activo y con vida. De acuerdo con información de la Fiscalía de Michoacán, sufrió quemaduras mortales en todo el cuerpo y sus tres escoltas presentaban múltiples heridas de bala.

El exlíder autodefensa y agricultor había denunciado ser víctima de amenazas y por lo menos tres atentados en lo que va de 2023. Señaló directamente al grupo criminal Los Viagras, que en 2013 y 2014 se hicieron pasar por grupo autodefensa, pero fue creado por desertores de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, y liderados por los hermanos Sierra Santana, quienes provenían de dedicarse a la cría de gallos para peleas. 

El nombre de Los Viagras surge del apodo de uno de los hermanos Sierra, quien se peinaba el cabello en picos con mucho gel. Actualmente a la cabeza del grupo criminal se encuentra Nicolás Sierra Santana “el Gordo” o “El Coruco”, quien tiene órdenes de aprehensión por delitos como homicidios y tráfico de drogas. El líder criminal fue comandante de la Fuerza Rural, una corporación creada por el gobierno de Michoacán en la administración anterior para cazar a Los Caballeros Templarios, logrando la captura de su líder “la Tuta”. 

De acuerdo con informes de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional obtenidos por el grupo de hacktivistas Guacamaya, a los cuales tuvo acceso La-Lista, en los que se detalla la estructura criminal de la organización, se ha tenido en la mira a Nicolás Sierra, pero no han accionado ninguna operación para detenerlo. 

En los informes de inteligencia, se detalla que Los Viagras se dedican a la extorsión de productores agrícolas, ellos ponen el precio del limón; también, al robo de ganado y la venta de la carne para el resto de la población. Su principal activo es la producción, venta y distribución de metanfetaminas (cristal) y marihuana. 

Se revela que reclutan a menores de edad como sicarios, que cuentan con equipos de tecnología bélica como drones no tripulados artillados con explosivos para atacar a sus enemigos: el Cartel Jalisco Nueva Generación y el gobierno.  

Los Viagras son integrantes de la organización de grupos criminales denominada “Cárteles Unidos”, junto con el Cártel de Tepalcatepec, La Nueva Familia Michoacana, Los Blancos de Troya y lo que queda de Los Caballeros Templarios, para “defender” Michoacán del CJNG. El principal punto de operación de este grupo delictivo es justamente La Ruana. 

En el municipio de Buenavista su operador es identificado como Heladio Cisneros “La Sirena”,  quien había sido detenido por agentes federales en 2018 despues del asesinato de “el Americano”, con quien colaboraba para realizar actividades criminales. A este líder de sicarios es a quien Hipólito habría señalado de las amenazas.

Luego del asesinato de Mora Chávez, circuló un audio en la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp con el que se confirmaría la autoría del homicidio del también excandidato a la gubernatura de Michoacán en 2020. Sin embargo, hasta ahora y pese a la información de inteligencia con la que cuentan, las autoridades estatales y federales aún no han detenido a ninguno de los implicados en el asesinato.   

Disputa por Tierra Caliente

Esta pugna por el territorio de Tierra Caliente, entre Cárteles Unidos y el CJNG ha dejado  a su paso más de 30 mil personas desplazadas de sus poblados por la violencia en los enfrentamientos entre los grupos criminales, las extorsiones y la cooptación de jóvenes para ser utilizados como sicarios en el frente de batalla, de acuerdo con la organización civil El Buen Samaritano, que apoya a familias con orientación y documentación para solicitar asilo humanitario en Estados Unidos desde 2019.

De acuerdo con la organización Causa Común, Michoacán se ha colocado como la quinta entidad más violenta de México. Simplemente en lo que va de 2023 se han registrado 6 mil 968 homicidios, mientras que a la fecha el estado contabiliza más de 5 mil personas desaparecidas. Tan solo en 2022 fueron localizadas 31 fosas clandestinas,  de donde fueron desenterrados los restos pertenecientes a 104 personas que aún no han  podido ser identificadas.

Desde 2020, el epicentro de la violencia fue principalmente en los poblados de El Aguaje, Aguililla, Chila, Tepalcatepec y Coalcomán, pero actualmente se ha ido extendiendo a más poblados de Tierra Caliente, provocando que las comunidades indígenas comiencen a crear autogobiernos para hacerle frente a los grupos criminales.

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