Personaje del mes: Acapulco y la devastación causada por ‘Otis’

Parecía que había sufrido un bombardeo. La destrucción y el caos eran visibles en cada rincón de Acapulco, Guerrero: casas destruidas por el viento y la lluvia, edificios con fachadas mutiladas y estructuras expuestas, ríos desbordados, calles anegadas, árboles despojados de ramas y hojas, deslizamientos de tierra, postes y torres de alta tensión colapsados, muebles esparcidos por toda la ciudad.

La zona no fue blanco de bombardeo. Todo fue resultado de la fuerza de “Otis“, un huracán categoría 5 que tocó tierra el 25 de octubre e hizo historia por su poder devastador excepcional. Al fenómeno metereológico le bastaron 24 horas para destrozar una de las joyas del turismo mexicano y dejar al menos 50 personas muertas, 30 desaparecidas y 250 mil damnificados.

El puerto guerrerense intenta recuperarse. Su gente trata de superar las pérdidas humanas y afrontar los daños materiales, superiores a 16 mil millones de dólares, según diferentes estimaciones. Acapulco está en proceso de reconstrucción.

La tormenta que fue huracán en menos de 24 horas

La primera alerta saltó en los radares el 22 de octubre. Aquel domingo, el Servicio Metereológico Nacional emitió un par de avisos por la formación de una depresión tropical que derivaría en la tormenta “Otis”. Para el lunes 23, la estimación climática pronosticaba que el fenómeno tocaría tierra como tormenta tropical y se degradaría a ciclón para el jueves 26.

El pronóstico quedó por debajo de la realidad. A “Otis” le bastaron menos de 24 horas para tomar fuerza y pasar de tormenta a un poderoso huracán categoría 5. 

El fenómeno se convirtió en huracán categoría 1 a las 11:20 horas del martes 24 de octubre. De las 13:15 a las 20:20 horas saltó de categoría 2 a 5. Esto provocó que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el gobierno de Guerrero elevaran su nivel de alerta y solicitaran a la población extremar precauciones y acudir a los albergues.

“Otis” tocó Acapulco como categoría 5 a las 00:30 horas del miércoles 25 de octubre, con vientos sostenidos de 270 kilómetros por hora y rachas de viento de 330 kilómetros por hora.

¿Por qué el fenómeno se fortaleció tan rápidamente? Scott Braun, meteorólogo investigador del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, lo atribuye a una combinación de los “ingredientes adecuados”. “Había condiciones para una rápida intensificación”, dijo. Se mezclaron las temperaturas cálidas de la superficie del mar, una capa profunda de agua cálida del océano, mucha humedad y una variación vertical del viento poco pronunciada

“Otis” arrasa Acapulco

Por WhatsApp, Facebook, Instagram y X comenzaron a circular, poco a poco, las primeras imágenes del impacto de “Otis” en Acapulco. Habitaciones sin ventanas, techos derrumbados, calles inundadas y llenas de escombros, vehículos volteados y una población indefensa ante la fuerza del huracán era lo que retrataban esas fotografías.

Los recuentos oficiales hablaban de daños en hospitales e infraestructura carretera. La Autopista del Sol, que comunica a la Ciudad de México con Acapulco, fue cerrada a la circulación. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó que, en principio, medio millón de personas se quedaron sin luz. Además, los sensores utilizados para alertar en caso de actividad sísmica se vieron afectados, si ocurría un sismo fuerte en la zona no emitirían alertas.

El caos reinaba. La normalidad en Acapulco se había trastocado.

“Me dio mucho miedo. Era, te juro, una película de terror. Pensé que no iba a llegar a mi casa, empezó a oscurecer, la gente corría con carritos llenos de comida, enloquecidos, sentí miedo de que me fueran a matar, a violar, tuve terror”, relató el fotógrafo David Guzmán a la agencia EFE.

Luego los testimonios del desastre empezaron a llegar, así como las primeras cifras de personas fallecidas y desaparecidas. 

El conteo de personas muertas fue incrementando: de tres a siete, de 10 a 15, de 18 a 27. Y los llamados de auxilio para ubicar a personas desaparecidas se acumulaban en redes sociales:

“Busco a mi tío que vive en Acapulco”.
“Pido su ayuda para localizar a mi mamá”.
“No tengo noticias de mi hermano”.

La ciudad estaba incomunicada. La escasez de agua y alimentos empezó a afectar a los habitantes, quienes tomaron víveres y bienes de tiendas departamentales y de conveniencia. Y el éxodo comenzó: personas que, ante la situación, buscaban salir del Acapulco destrozado.

La respuesta del gobierno y el plan de reconstrucción

La fuerza con la que “Otis” tocó Acapulco sorprendió a la población y también a los tres niveles de gobierno. “Lo que ocurrió el martes 24 de octubre fue algo atípico y un escenario poco probable. Se rompió el récord histórico de intensificación en México, que era de 24 horas con el huracán Patricia, en 2015”, declaró Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). 

Por su parte, el presidente López Obrador se defendió ante dos principales señalamientos. La primera, el “atropellado” desplazamiento por tierra que realizó el 25 de octubre para evaluar los estragos de “Otis” en Acapulco. La segunda, las acusaciones de que su gobierno tardó en alertar a la población sobre la fuerza destructiva del fenómeno.

“Sí, se avisó con tiempo. Hay dos elementos que se tienen que mostrar. Uno: que está demostrado, técnica y científicamente (…) pregunten a los Centros de Control de Huracanes si no fue un fenómeno extraordinario. Que les digan qué antecedentes hay de cómo se precipita tan rápido”, dijo en su conferencia de prensa matutina del 27 de octubre. 

El gobierno estatal –encabezado por Evelyn Salgado– quedó reducido a dar los informes de personas fallecidas y desaparecidas, pues la administración federal tomó el control de los censos de personas afectadas y del plan de reconstrucción de viviendas y hoteles, así como de la entrega de enseres domésticos. 

Según el Plan General de Reconstrucción del gobierno federal, la primera etapa abarca 16 puntos. 

Entre ellos está adelantar la entrega de programas del Bienestar; incorporar a más personas al programa Jóvenes Construyendo el Futuro para ayudar en la limpieza, construcción y pintura; aumentar al doble el número de becas para estudiantes de nivel básico y la excepción del pago de luz de noviembre de 2023 a febrero de 2024. 

Además de una prórroga de seis meses a los pagos del Infonavit, Fovissste e IMSS y la entrega de una canasta básica con 24 productos a 250 mil familias, de 8 mil pesos para limpieza y pintura de viviendas afectadas y de un paquete de enseres domésticos, como camas, estufas y refrigeradores.

El plan también considera la entrega de 20 mil créditos a la palabra por 25 mil pesos sin intereses a pagar en tres años y un presupuesto de 10 mil millones de pesos para mejorar abasto de agua, drenaje, arreglo de clases y alumbrado público y de hospitales, escuelas y aeropuertos.

La excepción de pago de impuestos desde octubre a febrero de 2024 en Acapulco y Coyuca, la instalación de un cuartel de la Guardia Nacional en cada colonia con más de mil viviendas, el otorgamiento de créditos sin intereses para pequeñas y medianas empresas, el pago de la mitad de los intereses a créditos otorgados por la banca comercial a 377 hoteles de Acapulco y la rehabilitación de las vías de comunicación también están considerados en el plan.

El costo de los daños y la lucha por los recursos

No hay consenso sobre el monto de pérdidas que dejó el huracán “Otis” en Acapulco. La calificadora Fitch Ratings estimó que fueron equivalentes a 16 mil millones de dólares. Las cámaras empresariales mexicanas elevaron la cifra a 17 mil millones de dólares y calcularon un tiempo de recuperación de dos años. Y la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) apuntó, en un primer momento, que sería 659 millones de dólares. 

¿Cuánto destinará el gobierno federal para la reconstrucción de Acapulco? A inicios de noviembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estimó en 61 mil 313 millones de pesos el costo de las reparaciones y la derogación de apoyos sociales en Guerrero. 

Sin embargo, el mandatario mexicano aseguró que “se cuenta con los recursos sin límite, cuando se trata de beneficiar al pueblo” y que de ser necesario “se ampliará el presupuesto destinado” para llevar a cabo el plan de reconstrucción y apoyo.

Los recursos que el gobierno federal pretende destinar a la reconstrucción del puerto guerrerense y de Coyuca han sido cuestionados por los partidos de oposición, por considerar que son limitados y que se corre el riesgo de que no sean destinados a dicho fin al no estar etiquetados en el presupuesto público de 2024.

Otro sector que se sumó a las críticas fue el bancario, a través de Citibanamex. El banco calificó los recursos como limitados y que podrían derivar en que la aplicación sea “muy lenta y parcial”.

“A nuestro juicio, los recursos anunciados hasta el momento por el gobierno, equivalentes a apenas el 0.2% del producto interno bruto (PIB), parecen muy alejados de los necesarios para una reconstrucción total de la zona afectada, por lo que podrían implicar una recuperación muy lenta y parcial de la economía de Acapulco”, señaló Citibanamex en un análisis presentado el 6 de noviembre. 

El presupuesto para la reconstrucción de Acapulco provocó un enfrentamiento entre el gobierno federal y el Poder Judicial de la Federación, luego de que AMLO propusiera que el recurso de 13 fideicomisos se destinaran a la reconstrucción del puerto guerrerense. 

En un principio, la medida fue aceptada por la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña. Pero las conversaciones se pausaron luego de que jueces y magistrados consiguieran una suspensión definitiva contra el decreto que ordenaba la extinción de 13 de 14 fideicomisos. 

Desde Acapulco, algunos pobladores señalan que el presupuesto considerado y el plan de reconstrucción son insuficientes. El 6 de noviembre, habitantes de Acapulco marcharon por el Centro Histórico de la Ciudad de México para exigir que el gobierno federal destine al menos 300 mil millones de pesos para la reconstrucción del puerto.

A la recuperación y reconstrucción de Acapulco también se han sumado los ciudadanos de otros estados del país. Apenas se confirmó el tamaño de la devastación, universidades, plazas públicas, empresas y gobiernos locales instalaron centros de acopio.

Por ejemplo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) movilizó, hasta el 9 de noviembre, 562 mil kilos de donaciones, que incluyen agua embotellada, alimentos enlatados, artículos de baño, materiales para primeros auxilio, ropa, entre otros. 

A estas acciones se han sumado artistas, como Luis Miguel, y equipos deportivos, como Chivas, América y Cruz Azul.

En Acapulco, todo suma. Revertir la devastación causada por “Otis” tomará tiempo.