Belén, la niña de 14 años que desapareció en el Zócalo durante el mensaje de AMLO
Belén estuvo casi dos semanas desaparecida. Se perdió el pasado 1 de diciembre y hasta este lunes, las autoridades la entregaron a su papá, después de que él pidió ayuda a los medios de comunicación.
Belén estuvo casi dos semanas desaparecida. Se perdió el pasado 1 de diciembre y hasta este lunes, las autoridades la entregaron a su papá, después de que él pidió ayuda a los medios de comunicación.
El pasado 1 de diciembre, Belén Cortés Juárez, de 14 años, se despertó muy emocionada. A las dos de la mañana fue con su papá y con su mamá para pedirles que se levantaran. Ese día debían viajar del pueblo de Teotitlán de Flores Magón, en Oaxaca, al Zócalo de la Ciudad de México para ver el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador y para conocer a la diputada morenista Irma Juan Carlos.
La Organización de Pueblos Indígenas del Estado de Oaxaca (OPIDEO) le pidió a Pedro que fuera al Zócalo con su familia. A cambio, la asociación civil se comprometió a integrarlos a un programa de apoyo a la vivienda, créditos a la palabra y atender la salud de Belén, quien desde hace cuatro años fue diagnosticada con anemia.
Pedro no lo pensó dos veces. Aceptó la invitación porque actualmente no tiene un hogar ni un terreno propio. La casa de adobe donde vive la renta por 500 pesos mensuales y en las instituciones médicas donde pidió que atendieran a Belén —el Hospital de la Niñez Oaxaqueña y el hospital de Teotitlán— no la recibieron.
Además, conocer el Zócalo de la Ciudad de México era como un sueño hecho realidad para ellos, pues nunca habían estado en la capital. “Por televisión nada más veíamos y le decía a mi niña: ‘Algún día, algún día tenemos que ir para que conozcamos en vivo el Zócalo’”, relata Pedro Cortés García, papá de la menor de edad.
Fue así como el 1 de diciembre salieron de Teotitlán aproximadamente a las tres de la mañana y llegaron a la Plaza de la Constitución a la una de la tarde. Ya en la explanada los integrantes de OPIDEO comenzaron a repartir tortas a las personas que hicieron el viaje desde Oaxaca en tres suburbans.
En ese momento Belén se separó de su papá y su mamá porque quería tomar fotos de una de las puertas de Palacio Nacional, sin embargo, ya no volvió. Pasaron las horas… inició el mensaje del presidente López Obrador, el mandatario regresó a Palacio Nacional, hubo un concierto y aún no había rastro de Belén.
Entre empujones Pedro se acercó al escenario donde el presidente dio su mensaje y le pidió a un guardia que le dejaran vocear a su hija, pero rechazaron la petición y le pidieron que se retirara.
“Me ayudaron a buscar a mi hija como dos horas (los integrantes de OPIDEO), pero se desesperaron unas personas y ya no quisieron ayudarme. Yo y mi esposa nos quedamos hasta la noche con unos señores que tenían unos chalecos verdes (como los del gobierno de la Ciudad de México), ellos me dijeron que la iban a buscar y me iban a avisar, aunque no me han avisado nada”, explica Pedro.
Fue hasta este 13 de diciembre que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) informó que Belén ya había sido localizada, casi dos semanas después de que Pedro estuvo vagando por la ciudad para encontrarla.
El terror de que un familiar desaparezca en la CDMX
Pedro experimentó varias dificultades para encontrar a su hija. Tras la desaparición de Belén, la FGJCDMX emitió una alerta ámber en la que describió a la menor como una joven con complexión regular, un metro y medio de estatura, piel morena clara, cabello castaño y ojos cafés.
Pedro también acudió a la Fiscalía de Investigación y Persecución de los Delitos en Materia de Desaparición de la capital para abrir la carpeta de investigación con clave CI-E-FDMDFDBP/C/UI-3C/D/01839/12-2021.
Autoridades de la fiscalía le dijeron a Pedro que acudiera a Coyoacán, a unas oficinas del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), porque ahí podría estar su hija. No obstante, al llegar a ese lugar no le permitieron el ingreso y le dijeron que si su hija estaba ahí debía seguir un proceso legal para que se la devolvieran.
Pedro no se fue de la Ciudad de México desde el 1 de diciembre. Le pidió a su esposa que se regresara a Oaxaca en las mismas suburbans en las que llegaron y él siguió con la búsqueda. Asegura que en todo este tiempo vivió del dinero y la comida que le regaló la gente. En su mochila solo cargaba dos fotografías de su hija —una actual y otra de cuando ella estudiaba la primaria— y un par de sudaderas con las que se iban a proteger del frío durante el mensaje.
Comparte que durmió en parques y terminales camioneras porque no había nadie que lo ayudara. “He buscado a mi niña en muchas partes en las que no conozco, he pasado peligros, he pasado frío, hambre en las calles, pero todo por mi hija”, menciona.
Fue este lunes 13 de diciembre cuando Pedro por fin pudo dar a conocer su caso. Por casualidad volvió al Zócalo de la Ciudad de México en la mañana y ahí se encontraban familiares de víctimas de desaparición de Guanajuato, así como organizaciones sociales y medios de comunicación.
Las madres de las víctimas y las organizaciones orientaron a Pedro. Acudió con ellas a la Fiscalía General de la República (FGR) y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) para pedir ayuda para buscar a su hija y que le den un techo donde dormir.
Después de que el caso se hizo visible ante medios, la fiscalía informó la tarde de este lunes que ya había encontrado a la joven. Las autoridades no informaron dónde estuvo la niña todo este tiempo ni explicaron por qué no le informaron antes a su padre sobre su paradero. Todo, 13 días después de que su padre caminó kilómetros y horas sin poder encontrarla, como si estuvieran en dos mundos distintos, cuando en realidad estaban en la misma ciudad.