Un gobierno con verdadera visión de futuro
Corto circuito

Especialista y apasionada del sector energético. Es directora general de Energía a Debate, co-conductora del programa Corto Circuito, VP de Asuntos Públicos del Cluster Metropolitano de Energía. Es socia directora de Hidrógeno21 y P21 Energía.

Es periodista, politóloga, conferencista, emprendedora, yogui, melómana, amante de los animales y ratón de biblioteca.

Twitter: @Abril_More

Un gobierno con verdadera visión de futuro
Foto: Víctor Ramírez Cabrera

Algunos de ustedes, queridos lectores, saben que hace un par de semanas tuve la oportunidad de viajar a Dubái junto con mis socios y amigos del programa Corto Circuito con el objetivo de visitar el proyecto de generación eléctrica más grande del mundo, el parque solar híbrido Mohammed bin Rashid. Para que se den una idea de la magnitud de éste, cuando quede terminado, tendrá una capacidad instalada de 5,500 MW mientas que la central solar más grande de México y América Latina tiene una capacidad de 1,700 MW.

Nosotros visitamos el Noor Energy 1, que es la fase cuatro del parque, y pudimos constatar algunas de las características que hacen a este proyecto ser tan único y magno como son las tres tecnologías que incorporaron en un solo proyecto. La primera es la torre central más alta del mundo (264 mts) y la de mayor capacidad del mundo (100MW) o energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés) que cuenta además con espejos planos que apuntan a la torre. Además, hay tres generadoras de espejos parabólicos, que emplean colectores cilindro-parabólicos (la segunda tecnología) para captar energía del sol. Entre los tres sistemas parabólicos y el de torre central acumulan calor para una capacidad instalada de generación de hasta 700 MW. 

Y a pesar de que hay quien dice que la energía solar no se puede almacenar, pues en Dubái sí lo lograron. La tercera son módulos fotovoltaicos que están colocados alrededor de la torre. Cabe destacar que en el mundo sólo existen proyectos CSP de 50 MW y éste este es el primero de 100 MW.

El proyecto es un IPP (Independent Power Producer), es decir, que está financiado, diseñado y construido por una empresa privada y fondos de financiamiento, en el cual el Estado solo forma parte del consorcio con un 44%. La electricidad no es exclusiva del Estado. 

Se preguntarán, ¿cuál es la razón de este parque tan ambicioso? Tan fácil como que los emiratís quieren que Dubái sea la mejor de todas las ciudades y llevar a cabo proyectos emblemáticos que marquen el camino para la construcción del futuro de la humanidad. Esto se basa en la visión del Sheik Mohammed bin Rashid Al Maktoum, el cual no solo ha buscado el progreso y el desarrollo de su emirato, sino incentivar la competencia y diversificar las fuentes de ingresos económicos. Y de verdad, es complejo explicar la modernidad y el desarrollo de este emirato.

Me refiero a esto porque a pesar de que los Emiratos Árabes Unidos son el séptimo país productor de petróleo de los países pertenecientes a la OPEP, con poco más de 4 millones de barriles diarios y el sexto en reservas; Abu Dabi produce el 90% de éste y Dubái apenas alcanza el 5%. De ahí que el Sheik decidió que las desventajas no lo iban a atar, comprendió que la dependencia a un sector o producto no le iban a permitir el crecimiento y desarrollo que buscaba y decidió diversificar su economía y no quedarse amarrado a un solo producto (el petróleo) o fuente de ingresos, por lo que desarrollo sectores como los bienes raíces, el comercio, transporte, logística, entre otras industrias que hoy han convertido en Dubái en uno de los principales centros financieros y turísticos del mundo.

Y dirán, cuánta alabanza a Dubái, pero en realidad lo que quiero enfatizar es que si somos conscientes de nuestras desventajas, podemos generar fortuna. Un ejemplo es comprender que ya no somos un país petrolero y que forzando la máquina, con lo hace la Cuarta Transformación, en lugar de crecimiento y desarrollo lo que hemos obtenido como resultado es un incremento en accidentes del 9.5% en el primer trimestre de 2021 en Pemex, ya que priorizar la producción a costa de todo, incluso las vidas de los trabajadores, no ha logrado que aumentemos la producción más allá de 1.6 mbd; además del enorme gasto para por decir, la construcción de Dos Bocas y otros proyectos no prioritarios. México podría impulsar proyectos como el Noor Energy 1 que permitirían incluso vender energía a otros países o bien atraer inversiones para otros sectores en los cuales tenemos un potencial extraordinario como el turismo.

Pero Dubái no es el único ejemplo, como escribió Luis Rubio en su columna de este domingo en el periódico Reforma, países como Corea, Chile, Taiwán, China también emprendieron proyectos de reforma que sí lograron consolidar el crecimiento y desarrollo de sus naciones, pero México ni con Andrés Manuel López Obrador ni con los presidentes pasados lo ha logrado. El problema es que ninguno busca realmente el desarrollo de nuestro país, sino lamentablemente los intereses políticos y la preservación del poder.  

Esta es la triste historia de un gran y hermoso país que lo tiene todo, que no se construyó sobre un desierto, que podría ser una potencia mundial, pero las mafias, los grupos oligárquicos que hoy solo cambiaron de nombre, pero son los que están en el poder, la corrupción que aún persiste, la ideología añeja que nos quiere regresar a un estatismo en el cual no existía el progreso ni la calidad y quizás nuestra esencia como mexicanos y la falta de liderazgos sólidos con visión de futuro, nos mantienen en la cubeta de los cangrejos, tirando para abajo. 

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