Cuando normalizamos las microviolencias de papá
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

Cuando normalizamos las microviolencias de papá
Foto: Pixabay

Gritos cuando te enseñan a conducir, que te llamen “burro” o “burra” cuando te equivocas en algo que te pidió o la típica frase: “pon atención porque solo enseño una vez”. Muchas de estas situaciones que se viven con los padres son llevadas en videos de comedia a diversas redes sociales. A veces las vemos como un chiste de “así es mi papá”, pero son acciones más complejas de lo que parecen. 

Mi objetivo no es hablar de cómo hacer una paternidad responsable, no soy padre; pero sí soy hijo y puedo hablar desde esa perspectiva. El primer paso puede ser localizar y caer en cuenta de algunas pequeñas acciones que pudieran ser violentas, tales como un insulto o comentarios fuera de lugar. Eso no es normal y no tiene que dar risa, es un aprendizaje que se puede modificar. 

Max Weber apeló a la sociología comprensiva: conocer el contexto para entender la acción social. Si se toma en consideración el ámbito donde se desarrollaron nuestros padres y las personas que los forjaron, podríamos entender por qué son así. 

En su estudio Paternidad, maternidad y empoderamiento femenino, la psicóloga Rocío Soria Trujano explica que generalmente la paternidad es ejercida como un proveedor con un conjunto de responsabilidades económicas y de respeto; mientras que a la maternidad como una administración de los recursos y la parte sentimental. Antes era muy común que un papá negara una muestra de afecto porque eso “no era de hombres”, por poner un ejemplo.

La primera confrontación es interna, cuando como hijo tomas conciencia sobre qué acciones son las que pueden ser violentas o machistas. Duele desaprender pero es un proceso necesario. La tarea más titánica es construir nuevos canales de comunicación con tu padre: expresarle cómo te sientes y qué es lo que esperas de él. 

Al respecto, la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México acotó en su estudio que “siempre existe la posibilidad de transformación, del cuestionamiento de estereotipos de género, siendo entonces que se reconocen familias en las cuales ya podemos observar a los padres involucrados en el cuidados de los hijos (as)”.

También sugiere trabajar de forma conjunta con los hombres para formar una nueva masculinidad que mejore la relación con los demás. 

Nadie nace sabiendo cómo ser padre, por lo tanto como hijo sería poco productivo solo juzgar. La transformación hacia nuevas actitudes para eliminar la violencia son progresivas, deben ir de lo individual a lo colectivo. Una vez que caigamos en consciencia de estas microviolencias en el núcleo familiar, la tarea está en labrar un camino para crear nuevos canales de comunicación y modificar comportamientos.

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