Las mujeres afroamericanas podrían experimentar un aumento del 33% en las muertes relacionadas con el embarazo en la época post-Roe. ¿Por qué?
'Según los CDC, las mujeres afroamericanas tienen más de tres veces más probabilidades de morir a causa de una complicación relacionada con el embarazo en comparación con las mujeres blancas.' Foto: Panther Media GmbH/Alamy

Ahora que se ha revocado el caso Roe vs. Wade, la situación legal del aborto vuelve a quedar en manos de los legisladores estatales. Y esto tendrá consecuencias especialmente perjudiciales para las mujeres afroamericanas.

No es ninguna novedad que el hecho de verse obligadas a llevar un bebé a término puede suponer una sentencia de muerte. Desde embarazos ectópicos hasta otras complicaciones que ponen en peligro la vida, las personas embarazadas que se encuentran en estas situaciones suelen tener que elegir entre su propia vida y la de su bebé que está por nacer.

En el caso de las estadounidenses afroamericanas, ese riesgo de muerte es mucho mayor. De acuerdo con los CDC, las mujeres afroamericanas tienen más de tres veces más probabilidades de morir a causa de una complicación relacionada con el embarazo en comparación con las mujeres blancas. Y en algunas partes del país, esta disparidad es terriblemente peor. Un informe elaborado por el Maternal Mortality Review Committee (Comité de Revisión de la Mortalidad Materna) del Distrito de Columbia, por ejemplo, reveló que la población afroamericana representaba el 90% de las muertes relacionadas con el embarazo en el Distrito de Columbia, a pesar de constituir únicamente la mitad de los nacimientos en dicho lugar. Además, las mujeres afroamericanas corren un mayor riesgo de padecer complicaciones durante el embarazo y problemas posparto, como la preeclampsia y la eclampsia.

El racismo histórico arraigado en el sistema de atención médica estadounidense representa en gran parte la razón por la que el parto es mucho más mortal para las estadounidenses afroamericanas. Habitualmente son descartadas, ignoradas y les niegan sus preocupaciones cuando buscan atención e intervención médica. Las mujeres afroamericanas también quedan rezagadas en lo que respecta a otros determinantes sociales de la salud, entre ellos la vivienda, el empleo y la situación socioeconómica, todo esto puede afectar su capacidad para tener embarazos seguros y saludables y cuidar a un hijo.

Sin embargo, incluso para las personas afroamericanas que tienen acceso a los tipos de recursos que deberían permitirles un proceso más fluido que el de sus homólogas más desfavorecidas desde el punto de vista socioeconómico, el parto puede ser un campo minado de posibles desastres. Celebridades importantes como Beyoncé y Serena Williams han hablado con franqueza sobre sus experiencias de parto traumáticas y casi letales. En 2018, Williams se convirtió en defensora de la salud materna de las mujeres afroamericanas a raíz de una embolia pulmonar que sufrió después de haber dado a luz a su hija, Olympia. La estrella del tenis comentó que cuando pidió ayuda (ya había experimentado embolias en el pasado) los profesionales médicos la desestimaron en un principio y asumieron que su medicamento para el dolor le provocaba confusión.

Entonces, ¿qué ocurre cuando las mujeres afroamericanas, que tienen todas estas probabilidades en contra, quedan embarazadas y les dicen que ya no pueden acceder a abortos seguros y legales? Un estudio realizado en 2021 y publicado en la revista Demography podría ofrecer algunas respuestas. En él, la socióloga Amanda Stevenson, de la Universidad de Colorado, analizó la manera en que la prohibición absoluta del aborto afectaría la mortalidad relacionada con el embarazo. De acuerdo con sus resultados, la prohibición del aborto a nivel nacional conllevaría un aumento del 21% en el número de muertes relacionadas con el embarazo para todas las mujeres y un aumento del 33% entre las mujeres afroamericanas en concreto. Por tanto, la prohibición del aborto expone a todas las mujeres a un mayor riesgo de morir, no obstante, según la investigación de Stevenson, “se calcula que la carga de mortalidad adicional es mayor entre las mujeres afroamericanas no hispanas”.

Es importante conocer estas cifras, por muy desalentadoras que sean. No obstante, la necesidad de tener acceso al aborto no se limita a la mortalidad materna. Las mujeres afroamericanas son las que tienen más probabilidades de todos los grupos demográficos de tener un embarazo no deseado y de tener uno que resulte en un parto. Al mismo tiempo, las investigaciones han revelado que las mujeres a las que se les niega el aborto y terminan dando a luz tienen más probabilidades de experimentar dificultades económicas e inseguridad durante muchos años. Con la prohibición del aborto, muchas mujeres afroamericanas pobres se verán obligadas a soportar embarazos no deseados, lo cual las mantendrá atrapadas en ciclos de pobreza sistémica.

Las mujeres afroamericanas de Estados Unidos ya existen en una sociedad que no las valora ni considera que sus dificultades sean reales. Sus vidas ya son lo suficientemente precarias como para verse obligadas a soportar embarazos que, en última instancia, podrían matarlas o afectar drásticamente sus vidas.

Tayo Bero es columnista de The Guardian US.

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