La aprobación de AMLO es la más alta entre los últimos 5 presidentes a mitad de sexenio

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llega a la mitad de su gobierno con la aprobación entre los últimos cinco presidentes de México.

De acuerdo al sitio especializado Oraculus, el presidente López Obrador mantiene una aprobación del 65% y 33% de desaprobación, según la última actualización de su ponderado realizada este miércoles 1 de diciembre.

El sitio que realiza un promedio de la principales encuestas tiene registro hasta Ernesto Zedillo Ponce de León.

En el caso de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el expresidente tenía una aprobación del 37%, mientras que Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) contaba con el 59%.

Vicente Fox Quesada (2000-2006) alcanzó un respaldo del 56% durante los primeros tres años de su gobierno, y Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) logró un 58%.

Sin embargo, la aprobación de AMLO, aunque mayor que la de sus antecesores, ha ido decayendo a lo largo de su gobierno.

En diciembre de 2018, mes del inicio de su gobierno, arrancó con un promedio de 76%, y en febrero de 2019 alcanzó el 81%, su punto más alto.

Desde ahí, la aprobación de AMLO ha ido en caída, con ligeros repuntes. En marzo de 2020 tocó su punto más bajo, con el 59%, porcentaje que se repitió en julio y agosto de ese mismo año.

Narrativa y aprobación de AMLO

De lunes a viernes, el presidente celebra la “mañanera”, una conferencia de prensa con una duración de alrededor de dos horas, donde explica sus programas de gobierno y defiende sus decisiones.

“El principal logro del presidente en estos tres años ha sido construir una narrativa creíble de que el poder político hoy en día está al servicio del pueblo“, explicó a Efe el politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Khemvirg Puente.

La “mañanera” se ha convertido en su gran estrategia comunicativa que, sumada a sus incesantes giras por el país, han conseguido que su popularidad continúe inusualmente alta.

“Los sondeos de opinión aprueban su mandato. Sin embargo, me parece que en estos tres años muchos de quienes apostaron por el cambio hubieran deseado un Gobierno más abierto al diálogo“, comentó a Efe Martha Singer, doctora en Ciencias Políticas de la UNAM.

López Obrador llegó al poder apelando a la unión de todos los mexicanos y, como ha dicho en muchísimas ocasiones, “sin afán de venganza”.

No obstante, desde e escenario, a diario, arremete contra sus “adversarios”, que cada vez son más: la oposición, los empresarios no afines, los intelectuales contrarios, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación e incluso a parte de la clase media que ha tachado de “aspiracionista”.

“Para López Obrador, la narrativa del amigo-enemigo es una de las más útiles para que todo aquel que se opone a su narrativa quede exhibido como aliado de las élites económicas y de poder que han impedido el desarrollo del país. Y es por eso que necesita permanentemente estarse creando enemigos”, remarcó Puente.

Con información de EFE.