Con ‘plan b’ se perdería la calidad para organizar  elecciones: Carla Humphrey

El “plan b” de reforma electoral llega en un mal momento para el árbitro, además de que con su aplicación se perdería la calidad con la que se organizan las elecciones, señaló la consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Carla Humphrey.

En entrevista para La-Lista, la consejera hizo un balance sobre este “plan b” que, consideró, lo que más daña es el servicio profesional electoral. Pero confió que la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda frenarlo en las próximas semanas.

Sobre la elección de nuevos consejeros del INE, Humphrey sostuvo que ha habido un proceso muy desaseado, en el cual ella fue rechazada para participar en la selección de la próxima presidenta del instituto.

Incluso, la consejera consideró muy sospechoso que hayan sacado puntajes altos personajes que no han estado en el ámbito electoral.

L-L: Está en contra del “plan b”, ¿por qué?

CH: Creo que el “plan b” tiene cosas positivas y negativas. En primer lugar llegó en un momento desafortunado, porque llega cuando hay renovación del Consejo General, en segundo lugar estamos en procesos electorales en Coahuila y el Estado de México. En tercer lugar porque ya es un año en que inicia el proceso electoral (2024).

Nunca se habían hecho este tipo de reformas sustanciales de cara a un proceso presidencial, sino más bien de cara a procesos intermedios. Por tanto preocupa mucho tener poco tiempo para implementar las reformas, además de que no se publicó como se pensaba por parte del partido político en el gobierno, en el mes de diciembre sino se publica hasta marzo. Como no estaba en vigor, no se habían iniciado una serie de obligaciones, aunado a que hay varios recursos contra el “plan b” en la Corte y en la Sala Superior del TEPJF.

Creo que lo que más afecta de este “plan b” sin duda es la compactación de la estructura orgánica a nivel distrital en el Instituto Nacional Electoral (…).

Hay cuestiones que son plausibles, que son positivas del “plan b”, pero también hay cosas que nos preocupan como institución y claramente el servicio profesional electoral es el que más se daña con esta reforma electoral.

L-L: ¿Hay un riesgo de convertir el INE en un apéndice del gobierno?

CH: Están los mecanismos para no ser eso. La historia de 32 años del INE ha ido para garantizar cada vez más la independencia, la autonomía en todas las decisiones, en el desarrollo de todas las actividades del instituto. La forma en que se conforma el instituto, que escalonadamente se va renovando, hace pensar que se tienen los controles suficientes para que eso no pase… es una oportunidad y un reto demostrar que el INE es sólido, autónomo, independiente y que así seguirá actuando.

L-L: ¿Existe un riesgo de que no realicen las elecciones de 2024?

CH: Para nada, es obligación del INE que podamos llevar a cabo estas elecciones, la ciudadanía tiene que tener plena certeza de que se van a llevar a cabo… hay cambios relevantes en la normatividad, en el marco legal, lo que tendríamos que estar hablando quizá es de una pérdida en la calidad en la que se organizan los procesos electorales en este país. La reforma daña la estructura profesional electoral del INE, sin embargo no rediseña muchas partes de los procesos electorales (…).

Hay cosas que pasa por alto la reforma, un tema que a mí me parece central y que la reforma no toca para nada es el tema de la fiscalización de los recursos de los partidos políticos en las candidaturas, la injerencia del crimen organizado, el dinero ilícito en las campañas, el dinero en efectivo, las monedas virtuales, etcétera, muchos temas que no se abordan en la reforma que me parece que son básicos y fundamentales.

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Foto: Daniel Augusto/ Cuartoscuro

L-L: ¿El tema entonces es la calidad de las elecciones?

CH: El tema es la calidad porque tenemos que hacer cambios orgánicos a la estructura, tanto de oficinas centrales como en todo el país. Tenemos que modificar toda la normativa interna que tenemos para ser acorde con este “plan b”. La reforma incluso acorta la duración del proceso electoral, la lleva de septiembre a la tercera semana de noviembre, reduciendo los plazos para poder llevar a cabo cada una de las etapas. También limita el número de ciudadanos que sorteamos para que capacitemos y sean funcionarios de mesa directiva de casilla, lo reduce de un 13% a 10%. Eso puede complicar que tengamos mucho más rápido, capacitados a los ciudadanos que van a fungir como autoridades el día de la jornada electoral.

Esto tenemos que medir muy bien en cómo incide en la elección, la más grande de la historia porque el número de personas en el listado nominal sigue creciendo, se renueva la presidencia, todo el Congreso de la Unión, 30 congresos locales y 9 gubernaturas, además de por supuesto presidencias municipales, por tanto es una elección muy importante y con muchos retos.

L-L: ¿Confía que la Suprema Corte frene el “plan b”?

CH: Se habla de que sí pudiera suspenderse de manera definitiva esta reforma o declararse inconstitucional… eso queda en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y yo confío en las autoridades de este país.

L-L: ¿Cómo ha visto el proceso para elegir nuevos consejeros?

CH: Desafortunadamente creo que este es un procedimiento desaseado, con decisiones que no se apegan ni a la convocatoria ni a la Constitución ni a la ley; con muchas impugnaciones, yo creo que es el proceso más impugnado; incluso participantes que señalan que los exámenes no estuvieron bien hechos o estaban mal calificados… creo que es un proceso que se ha complicado.

L-L: ¿Hay riesgo de que los 4 perfiles que lleguen al INE estén vinculados a Morena?

CH: Llama muchísimo la atención que las mejores calificaciones en el examen las hayan obtenido personas que no tienen ningún contacto con la materia electoral, y claro se puede alguien poner a estudiar y sacar buenas calificaciones, pero el grado de especialización técnica, el cambio reciente de la ley electoral y una serie de criterios incluso jurisdiccionales que han ido marcando pautas respecto de cómo tenemos que hacer muchas cosas a nivel institucional, me parece muy complicado sostener que personas que no tienen nada que ver con la materia electoral hayan obtenido estas calificaciones…

Ha habido muchos cuestionamientos respecto a cómo se han ido tomando las decisiones, desde la propia convocatoria, las impugnaciones, la integración del comité y las propias decisiones del comité que no han abonado a la transparencia y a la confianza.

L-L: ¿Cómo deja el INE Lorenzo Córdova?

CH: Creo que él es el que tiene que hacer ese balance. Institucionalmente lo haremos con toda calma y con toda neutralidad una vez que tengamos el espacio para reflexionar lo que han sido estos 9 años ya como INE, yo soy de las recientes incorporaciones, es público que he tenido diferendos con el consejero presidente y con otros de mis colegas, particularmente en el tratamiento público de distintos temas, que ha llevado a enfrentamientos cada vez más subidos de tono con distintas autoridades, y que creo que esa no es la misión ni la forma en que debe actuar un árbitro electoral, que debe ser visible por sus resoluciones, por sus acuerdos, por sus lineamientos y por lo que se debate en esta herradura de la democracia.

Creo que estas subidas de tono de ambos lados, a nadie beneficia. A los ciudadanos tenemos que garantizarles que en este país hay leyes, se cumplen, hay una institución sólida y las elecciones seguirán en marcha tal cual las hemos estado viviendo durante los últimos años.

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