Raíz de jengibre y polvo de meteorito: la ‘cura para Covid’ Steiner que se ofrece en Alemania
Una representación estudiantil de la Euritmia la escuela Michael Mount Waldorf. Foto: Theresa S Muller, en representación de Michael Mount Waldorf School

En una pandemia en que los líderes globales promueven tratamientos de charlatanes y curas milagrosas, Alemania es visto por muchos como un faro brillante para la ciencia. 

Es el país que desarrolló la primera prueba diagnóstico para detectar el coronavirus, y la primera vacuna que se aprobó en el occidente para proteger a la gente de la enfermedad. Es un país cuya canciller física le dijo al parlamento que ella apasionadamente cree “que hay hallazgos científicos que son reales y deben seguirse”. 

Pero Alemania también es un país donde algunos que se enferman severamente de Covid-19 pueden ir a un hospital y recibir tratamiento, bajo sedación y sin un procedimiento de consentimiento formal, con compresas empapadas con jengibre y cápsulas homeopáticas con partículas muy diluidas de hierro que supuestamente salió de estrellas fugaces que cayeron en la Tierra.  

Los seguidores del “científico espiritual” y autoproclamado clarividente Rudolf Steiner defienden estas terapias para combatir el coronavirus por su supuesto “efecto ansiolítico en el alma y el cuerpo” y su habilidad para “fortalecer la relación interna con la luz”. 

No hay estudios científicos o ensayos clínicos que prueben la efectividad de esos remedios, y no están incluídos en los lineamientos oficiales de las principales asociaciones de la salud en Alemania. 

Aún así algunas de estas terapias se le han dado a pacientes críticos en la pandemia en hospitales Steiner como Gemeinschaftskrankenhaus Havelhöhe, una de una red de 16 clínicas en Berlín que ofrecen cuidado intensivo a pacientes de Covid-19 bajo la supervisión del prestigioso hospital universidad Charité. 

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Las compañías de seguro médico público del país, que en parte las financian los contribuyentes alemanes, debidamente pagan la cuenta con pagos de monto fijo para el tratamiento en hospitales de los pacientes con coronavirus. 

Sin embargo, la aceptación pública del movimiento y sus filosofías se enfrenta al escrutinio después de un año en el que los alemanes vieron a los seguidores de la filosofía Steiner marchar junto a los antivacunas y la extrema derecha en protesta por las medidas del gobierno contra el coronavirus. 

Mejor conocido por las escuelas de izquierda enfocadas en el juego autodirigido con juguetes de madera, el Steinerismo comenzó como una filosofía multidisciplinaria espiritual a finales del Siglo XIX. 

Nacido en 1861 como ciudadano del imperio austriaco, Steiner afirmó tener acceso a planos espirituales más altos que le dieron conocimiento de la reencarnación, de los vínculos entre los cuerpos cósmicos y el crecimiento de las plantas, y de la historia evolutiva, incluyendo los años de Jesús que no están en la Biblia y del continente hundido Atlantis. 

Para el tiempo de su muerte en 1925, Steiner aplicó su filosofía en múltiples asuntos, incluyendo educación, arquitectura, agricultura, danza y medicina. 

En el siglo XXI, la antroposofía se mantiene como un movimiento minoritario, aunque tiene un gran nivel de aceptación social y apoyo institucional en países de habla alemana. En Alemania hay más de 200 escuelas, más de 500 guarderías y 263 instituciones para personas con discapacidades mentales que siguen la filosofía de Steiner. La cadena de farmacias más grande de Alemania, DM-Drogerie Markt, y la segunda cadena más grande de supermercados orgánicos, Alnatura, son dirigidas por antroposifistas autoproclamados, y los productos cosméticos de marcas devotas a Steiner como Weleda y Dr. Hauschka no solo están a la venta en tiendas alemanas, también disfrutan un boom global. 

Mientras que el número de empleados que trabaja en estas instituciones y negocios que siguen la filosofía de Steiner es bajo y probablemente se reducirá más, el movimiento talló una presencia estable en la vida pública alemana.

“De alguna forma la antroposofía es una historia de éxito alemán”, dijo Helmut Zander, un historiador de religión que ha escrito libros que critican al movimiento Steiner. “Le da a un nervio que nuestra sociedad ignoró por mucho tiempo. Las granjas orgánicas se volvieron populares en la última década, los steineristas lo han hecho desde la década de los 60”. 

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Rudolf Steiner (1861-1925) afirmó tener conocimientos de todo desde la reencarnación hasta Atlantis. Foto: Otto Froehlich/Wikicommon

La creencia de Steiner de que las enfermedades son ritos de paso necesarios para purgar desequilibrios espirituales va en contra de los fundamentos básicos de la ciencia moderna. Aún así la antroposofía tiene incursiones considerables en un sistema público-privado de salud que pone énfasis en la elección del consumidor. 

No hay menos de 10 hospitales Steiner en Alemania, la medicina antroposófica la tolera la ley alemana como “una forma de terapia especial”, lo que significa que los remedios se pueden aprobar para su uso sin pruebas externas de su efectividad. Tan recientemente como 2019, el ministro de salud conservador Jens Spahn eligió no remover los remedios homeopáticos que prescriben las clínicas Steiner de la lista de tratamientos que cubren los seguros de salud. 

Pero la pandemia pone a prueba la tolerancia alemana del esotericismo de Steiner en más de una manera. “La antroposofía afirma tener acceso a conocimiento secreto y superior”, dijo Zander. “Hay una proximidad a la mentalidad de los que creen teorías conspirativas, incluso aunque el número de los steineristas que piensas así es probablemente bajo”. 

Oliver Rautenberg, cuyo blog crítico sobre el asunto encontró más lectores en la pandemia, está de acuerdo: “Hay una mentalidad conspirativa extendida en la comunidad Steiner. La antroposofía es uno de los movimientos esotéricos más influyentes en Alemania. Pero la mayoría sorprendentemente sabe muy poco sobre esto”. 

La aplicación de remedios antroposóficos en pacientes con coronavirus sedados también tensionó la definición de los tratamientos alternativos como una cuestión de elección. 

El hospital universidad Charité de Berlín, que está a cargo de colocar a pacientes con infecciones severas de coronavirus alrededor de la ciudad, dijo que en la mayoría de los casos “no es posible darle a los pacientes de cuidado intensivo la libertad de elección” de donde reciben tratamiento. 

Cuando se le preguntó cómo obtienen el consentimiento de los pacientes para terapias complementarias cuando están sedados o con una condición seria, un vocero para el hospital Havelhöhe dijo: “A los familiares se les informa de los métodos terapéuticos”. 

El hospital no respondió después de preguntarle en tres ocasiones separadas que explique por escrito cómo funciona su proceso de consentimiento o si a los pacientes se les informa de la falta de evidencia de la efectividad de los tratamientos. 

La clínica también insistió que los remedios alternativos que usan son “terapias adjuntas” que complementan los tratamientos convencionales. Los remedios comunes que se usan en tres hospitales Steiner que trataron pacientes con coronavirus el año pasado, Havelhöhe, Stuttgat’s Filderklinik y Herdecke en el valle Ruhr, se promovieron en un artículo de marzo en el diario médico que publica el centro del movimiento global Steiner en Donarch, Suiza, un salón de un congreso expresionista sin ningún ángulo derecho. 

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Incluyen compresas húmedas para el pecho con raíz de jengibre en polvo, mostaza, harina o té de milenrama, así como “fósforo potenciado y hierro meteorítico potenciado” en forma de cápsulas homeopáticas. Wala, una manufacturera alemana, le dijo a The Observer que sus cápsulas, que se prescriben ampliamente como prevención para Covid-19 en casas de cuidado Steiner para personas con discapacidades, contienen restos molidos de meteoritos que no se quemaron del todo a su entrada a la atmósfera de la Tierra, 

Un vocero de Havelhöhe dijo que no hay estudios científicos que prueben que estos remedios funcionan, y que no ha habido tiempo para realizar ensayos. “Pero notamos que le hacen bien a la gente”. 

El autor del artículo que promueve los remedios, Georg Soldner, un pediatra de Munich, dice que los reportes de campo del efecto del hierro meteorítico se publicaron en el Vademécum de Medicinas Antroposóficas, un manual que también lo publica el centro en Dornach. 

Edzard Ernst, un exprofesor de medicina complementaria en la Universidad de Exeter, le dijo a The Observer que cuando le mostraron una lista de remedios que se usan en los hospitales Steiner: “Ninguno de los remedios en la lista mostraron efectividad para ninguna condición. La mayoría están muy diluidos por lo que son muy poco convincentes. Postular que alguno de ellos es efectivo contra el Covid-19, es en mi opinión, muy irresponsable”. 

Los hospitales alemanes Steiner son transparentes con el uso de sus terapias alternativas en la lucha contra la pandemia. En una entrevista de octubre 2020 con la revista antroposófica Erziehungskunst, el director clínico de Havelhöhe, Harald Matthes, declaró que el método del hospital hasta entonces había sido tan exitoso que ningún paciente con Covid-19 había muerto en sus pabellones hasta ahora. 

Havelhöhe reiteró la declaración a The Observer en un mail, especificó que la clínica ha visto un índice de fatalidad de 12.4% para pacientes con Covid-19, casi la mitad del promedio nacional de Alemania de 24%. De 145 pacientes, dijo el hospital el 10 de diciembre de 2020, 88 se recuperaron y 18 murieron. 

Estos alardes se reciben con irritación en la comunidad médica de Alemania. El Charité de Berlín recalca que “los casos más severos” de infecciones de coronavirus en la ciudad se tratan en su propio hospital, un hecho que explica mejor la baja fatalidad en Havelhöhe en lugar de sus remedios alternativos. 

“Hacer estas declaraciones a media pandemia es muy poco profesional y arriesga causar desconfianza entre los pacientes”, dijo Stefan Kluge, el director de medicina de cuidados intensivos en el Centro Médico de la Universidad de Hamburgo. “El índice de fatalidad en cada hospital siempre depende de la seriedad de las condiciones de los pacientes cuando llegan”. 

Kluge presionó a Havelhöhe a realizar ensayos clínicos que prueben la eficiencia de sus métodos, como los que se hicieron en su hospital entre marzo y diciembre del año pasado. 

Algunos historiadores no se sorprenden por la postura autoasertiva del movimiento Steiner en plena pandemia. Robert Jütte, un historiador de medicina, comparó la situación actual con la epidemia de cólera de la década de 1830 que dio inicio al movimiento homeopático. 

“A lo largo de la historia, podemos detectar un patrón”, él dijo. “Cuando la medicina académica se mueve en la oscuridad, las terapias alternativas se elevan”. 

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