El Covid ‘leve’ en menores puede desatar enfermedades más serias; hay más de 250 mil contagios en México

Dos meses después de que el médico le diera el alta tras haberse contagiado de Covid-19, Sara, de 13 años y originaria de Nuevo León, enfermó gravemente. Era 11 de septiembre, faltaban cinco días para su cumpleaños, cuando empezó a quejarse de un dolor en el pecho. “Decía que era un piquete en el corazón”, recuerda Lizbeth Escobar, su madre. Aquel malestar anunciaba que el Covid-19 había dejado un daño serio.

Su contagio ocurrió en la primera etapa de la pandemia, en junio de 2020. Es apenas una historia de entre un mar de 250 mil 279 niñas, niños y adolescentes que han enfermado de Covid hasta el 12 de enero de este año, según un análisis de los datos abiertos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud realizado por La-Lista.

Esta cifra contrasta con lo que reporta la Secretaría de Gobernación —que comanda Adán Augusto López— a través del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), quienes sólo difunden ampliamente los casos positivos a Covid que fueron detectados por una prueba de laboratorio, es decir, dejan fuera los resultados positivos de las pruebas de antígenos, las dictaminaciones médicas y los casos por asociación, cuando un niño o niña con síntomas estuvo en contacto con otra persona positiva. El gobierno mexicano difunde ampliamente sólo el 34% de los casos positivos a Covid en menores de edad, mientras que la información que incluye el universo de contagios sólo está disponible en un archivo Drive.

El contagio de Sara parecía al de la mayoría de los que se han registrado en este sector de la población, con síntomas leves sin necesidad de hospitalización -sólo el 0.4% han muerto, 2.3% reportaron neumonía y 4.5% fueron internados, según cifras oficiales-. Sin embargo, su historia supera las estadísticas porque a más de año y medio del contagio sigue lidiando con las consecuencias del virus.

Aquel junio, en casa, su mamá empezó con cansancio y dolor de cabeza, más tarde una médico detectó que tenía un cuadro de neumonía, consecuencia del Covid. En Sara, sin embargo, parecía que el virus había pasado de largo. La adolescente apenas se enfrentó a una hinchazón en los ojos, un ligero cansancio y un momentáneo dolor de huesos. “Salió perfectamente bien del contagio de Covid, nos dieron el alta en julio”, recuerda Lizbeth.

Pero en septiembre, tras el “piquete” en el corazón, Sara agregó a la lista de malestares dolores de cabeza intensos, un insomnio incontrolable y un vómito que se presentaba casi todos los días. Su salud se deterioró a tal grado que, para finales de aquel año, su peso fue de 46 kilogramos, había perdido alrededor de nueve kilos. Sus uñas se tornaron color violeta y cambiaron de textura; las piernas de la niña de tez blanca se enrojecieron; una red de venas moradas apareció por todo su cuerpo.

Un pediatra conocido de la familia, al escuchar los síntomas advirtió que podía tratarse del Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico asociado a Covid-19, que provoca que algunos niños y niñas que han adquirido el virus presenten una inflamación grave en uno o varios órganos y tejidos, como el corazón, los riñones, los pulmones, los vasos sanguíneos, el cerebro, la piel, los ojos, entre otros. Los síntomas aparecen varias semanas después del contagio de Covid y si no se trata a tiempo puede llegar a ser mortal.

Hasta el momento, el gobierno mexicano no ha hecho pública la información sobre niñas, niños y adolescentes que tienen secuelas por Covid. De hecho, los representantes de la Secretaría de Salud han desestimado los contagios en los menores de edad.

En agosto del año pasado, cuando el pico de casos de menores de 18 años llegó a su punto máximo, el subsecretario de prevención y promoción a la salud, Hugo López-Gatell, señaló que “claramente, por debajo de los 18 años de edad, existe un riesgo mucho menor de tener enfermedad Covid, sobre todo la enfermedad grave y un riesgo casi nulo de morir”. Mientras que el secretario de Salud, Jorge Alcocer, recomendó a inicios de año tratar el Covid en este sector con tés, vaporub y paracetamol.

“Lo que no hemos entendido los adultos es que un contagio en población pediátrica es un volado. Sabemos que hay ciertos factores de riesgo que pueden llegar a complicar la enfermedad, pero que la mayoría no desarrollan síntomas graves. Lo que desconocemos son las consecuencias que tiene el virus a mediano y largo plazo. Hoy día tenemos niños que tuvieron cuadros leves y que terminaron con secuelas graves”, señala el neumólogo pediatra Luis Fernando Torres Pedraza, miembro del Colegio Mexicano de Neumólogos Pediatras.

El especialista enlista algunos de los padecimientos post-Covid que han llegado hasta su consultorio: problemas con la saturación de oxígeno, cuadros de Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico, desarrollo de problemas cardiovasculares, tos y dolores de cabeza crónicos, dolor de cuerpo, alteraciones neurológicas, entre otros.

En varios grupos de Facebook, padres de familia comparten experiencias similares. En el grupo “Soy positivo (Covid-19) o lo fui”, Anto Hernández señala que su hijo de 11 años desarrolló asma después de, aparentemente, superar el virus, Norma Michel explica que su hijo de 14 padece taquicardias que le impiden realizar actividades físicas que requieran grandes esfuerzos. En el grupo Secuelas Covid-19, Jennifer López escribe que su hija desarrolló una arritmia cardiaca. En “Secuelas Post COVID-19”,  Ana García narra que a su hijo se le inflamó un riñón y sus niveles de azúcar se elevaron considerablemente y Gabriela Millán escribió que su hija, después de tres semanas de fiebre, presentó inflamación en el corazón.

Sara, tras una danza de más de seis meses entre especialistas y hospitales, fue diagnosticada con vasculitis, una inflamación de los vasos sanguíneos, además de que aún no se descarta la posibilidad de que haya desarrollado lupus y esclerodermia: la primera, es una enfermedad autoinmunitaria crónica –el sistema inmunitario ataca las células y los tejidos sanos– que puede afectar diversos órganos y la segunda provoca un crecimiento anormal de los tejidos internos del cuerpo.

“Ella me decía: ‘mami, me duelen mis venas’. Yo nunca había escuchado a una persona decir algo así, no sabía que era posible”, rememora Lizbeth.

Aumentan casos de niñas, niños y adolescentes

La cuarta ola de Covid en México parece tener un foco de impacto: niñas, niños y adolescentes. En lo que va del año, 14 mil 183 menores de edad dieron positivo a Covid-19. La cifra indica que, en los 12 primeros días del año, México acumuló contagios entre la población de 0 a 17 años equivalentes al 89.9% de lo que se registró en todo el mes enero del año pasado en ese mismo rango de edad, por lo que es probable una afectación considerable para este grupo poblacional.

De hecho, esto ha provocado movimientos en el sistema de salud. El Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, por ejemplo, cambió a partir del 5 de enero su método de atención ante el repunte de casos, enfocando sus esfuerzos en la atención de niñas, niños y adolescentes con cuadros de infecciones en vías aéreas, según informó Jaime Nieto Zermeño, director del hospital. El área de cirugía general se destinó para la atención de pacientes pediátricos con enfermedades respiratorias que requirieran hospitalización, mientras que el área de cirugía ambulatoria está ahora destinada a casos confirmados de Covid. Nieto recalcó que harían pruebas de SARS-CoV-2 a todos los pacientes que llegaran a urgencias.

Resultado de un análisis de la base de datos abiertos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, La-Lista pudo determinar que la mayoría de los casos confirmados los primeros días del 2022 iniciaron con síntomas a partir de la temporada navideña pasada: un total de mil 571 menores de edad reportaron sus primeros indicios de Covid-19 entre el 24 y el 31 de diciembre, mientras que 12 mil 592 iniciaron síntomas los primeros días de enero.

Esta nueva ola, prevén los especialistas consultados, podría alcanzar los niveles del mayor pico de contagios en niñas, niños y adolescentes que se ha presentado en casi dos años, cuando las vacaciones de verano de 2021 dejaron un cúmulo de 104 mil 865 contagios en menores de edad entre junio y septiembre de aquel año.

Aquel periodo evidenció los factores claves para el aumento de contagios en este sector de la población. Según explica el doctor Torres Pedraza, adscrito al Centro Médico Nacional La Raza, aunque poco más de un cuarto de la población mexicana se conforma por niñas, niños y adolescentes, el gobierno mexicano ha retrasado la vacunación en este sector. Apenas a finales del año pasado aprobó vacunar a adolescentes mayores de 15 años. El cambio en el semáforo epidemiológico, la apertura de actividades no esenciales y la estrategia de vacunación para las y los adultos relajó las medidas preventivas. “Es un efecto secundario de la pérdida de miedo al virus que se suma a la idea de que el Covid no afecta a la población pediátrica”, recalca.

De acuerdo con el especialista, la segunda quincena de enero será la que presente un mayor número de contagios en la población en general, pero con foco especial en la infancia; arrastra el relajamiento de las medidas preventivas en temporada navideña.    

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó hace unos días que se prevé que México viva una cuarta ola superior a la tercera y pidió no ver a la variante ómicron como “una simple gripa”. “En México, de acuerdo con los análisis de la Secretaría de Salud a nivel federal, se prevé una cuarta ola superior a la tercera, y comparativamente, a la misma época en 2021 se observan muchos más casos”, dijo el Dr. Sylvan Aldighieri, gerente de incidente para la Covid de la OPS el pasado 12 de enero.

Mientras tanto, en los consultorios el alza en contagios ya es visible. La infectóloga pediatra, Dra. María del Carmen Espinosa Sotero adscrita al Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga, señala que pasó de tener entre cuatro y cinco consultas diarias de pacientes pediátricos con probable Covid a duplicar la cifra en las últimas semanas. “Es importante que los padres de familia tengan la conciencia de que vamos a tener muchos más casos en los próximos días y que relajar las medidas preventivas no es una opción”, señala.

La integrante de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica enfatiza que es indispensable que el gobierno mexicano amplíe el programa de vacunación a menores de 15 años.

“No existe una razón científica para que el secretario de salud diga que los niños no son candidatos a la vacunación porque aparentemente no son un grupo vulnerable: sí son un grupo vulnerable por las posibles complicaciones a largo plazo como el Covid prolongado o el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico. Están desestimando y minimizando los riesgos”. Dra. María del Carmen Espinosa Sotero

Hasta el momento, las estadísticas oficiales del gobierno mexicano registran 250 mil 279 contagios de Covid en personas menores de edad, el 49% de ellos son niñas y niños de 0 a 12 años. La Dirección General de Epidemiología considera casos positivos a Covid aquellos determinados por una prueba de antígenos o PCR, aquellos por asociación que ocurren cuando hubo algún contagio por un positivo confirmado (aunque no se le haya realizado prueba), así como aquellos confirmados por dictaminación, las cuales aplican para defunciones que no tuvieron una prueba válida pero que los especialistas confirmaron la presencia del virus. Apenas el 2.3% de los contagiados desarrolló neumonía y la mayoría fueron pacientes ambulatorios (95.5%).

Aunque en los adultos las comorbilidades han sido un factor clave para desarrollar Covid grave, en el caso de las niñas, niños y adolescentes no han resultado determinantes. Existe el registro de mil 23 menores de edad que han muerto por Covid, entre los menores de 2 años, sólo tres tenían EPOC; diez, tabaquismo (fumadores pasivos), 16, asma; 52, diabetes; 52, hipertensión; 69, enfermedades cardiovasculares; 89, obesidad; 90, enfermedades inmunosupresoras, y 188, alguna otra comorbilidad.      

De las niñas, niños y adolescentes que han fallecido, sólo 407 (39.8%) fueron intubados, 681 desarrollaron neumonía (66.6%) y apenas 49 (4.7%) murieron fuera de un hospital, están catalogados como pacientes ambulatorios.

300 pastillas para aliviar el dolor

Cuando Lizbeth describe a su hija Sara lo primero que dice es que “era una niña sana”. De su historia familiar recopiló posibles explicaciones de por qué el Covid afectó de esta forma a su pequeña. “En los dos lados de la familia tenemos personas con lupus, artritis y fibromialgia. Según los médicos, esta carga genética pudo haber sido activada por el Covid. El Covid, me dicen, es como un virus que en una computadora llega, desconfigura y programa a su gusto, llegó al cuerpo de mi hija y modificó a su antojo hasta dejarle estas secuelas”, detalla.

El Dr. Torres explica que hay “eventos gatillo” —como un contagio de Covid— que pueden desarrollar otras enfermedades. “Todavía faltan estudios para entender qué factores intervienen en respuestas más exageradas al virus, pero si tenemos casos de papás con alguna enfermedad inmunológica, cáncer, entre otras, es un foco rojo para las y los niños. Sabiendo eso debemos estar más alertas, conocer esos factores de riesgo latentes para saber qué enfermedades se pueden desencadenar”.

Sara tiene actualmente un tratamiento que, según las cuentas de su madre, consiste en la toma de 10 pastillas diarias: 300 en un mes, además de un par de inyecciones. Los nombres son vastos: hidroxicloroquina, vitamina D, celecoxib, melatonina, ácido micofenólico, valproato semisódico, difenidol, ketorolaco, entre otros. Requiere estudios de sangre, orina, radiografías y tomografías constantemente para ir detectando posibles daños nuevos asociados al Covid o a la toma de medicamentos que palian sus malestares.

“Lo único que me levanta es saber que luchamos hasta el final para encontrar una salida a lo que nos dejó el Covid. El Covid sí deja secuelas en los niños, en todos los aspectos: emocionales, estudiantiles y físicas. Los padres tenemos un papel sumamente importante, no podemos dejarle todo al gobierno, tenemos que prevenir, cuidarnos entre todos”, dice Lizbeth.

En este sentido, la Dra. Espinosa es clara: “necesitamos vacunas para las y los niños, pero en lo que el gobierno se decide no podemos quedarnos de brazos cruzados tenemos que seguir usando cubrebocas, lavarnos las manos y mantener distancia, en esta cuarta ola, es la única protección. Los contagios ya están abarrotando el sistema de salud”.