Un cuarto de las especies conocidas de abejas no se han visto desde 1990
Foto: Capri23auto en Pixabay.

El número de especies de abejas silvestres registradas por una base de datos internacional sobre la vida en la Tierra disminuyó por un cuarto desde 1990, de acuerdo con un análisis global de la disminución de las abejas.

Los investigadores analizaron los registros de abejas de museos, universidades y científicos ciudadanos compilados por la Global Biodiversity Information Facility (GBIF), una red global financiada por los gobiernos para proveer acceso libre a la información sobre la biodiversidad.

Ellos encontraron una marcada disminución de las especies de abejas registradas desde 1990, con aproximadamente 25% menos especies reportadas entre 2006 y 2015 que en la década de los 90.

Aunque esto no significa la extinción de las especies, puede indicar que algunas son tan escasas que ya no es común observarlas en la naturaleza.

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“Con la colaboración de los ciudadanos y la habilidad de compartir información, los registros crecen exponencialmente, pero el número de especies reportadas está disminuyendo”, dijo Eduardo Zattara, el autor principal y biólogo de la Universidad Nacional del Comahue y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina. “Aún no se trata de un cataclismo de abejas, pero podemos decir que las abejas no la están pasando especialmente bien”.

Una serie de estudios científicos distintos sobre la disminución global de insectos advierte que la abundancia de insectos cayó entre 10 y 20% cada década, es una pérdida “absolutamente espeluznante” que amenaza con “destruir el entramado de la vida”.

En Estados Unidos, un estudio de 2020 encontró que la falta de abejas en áreas agrícolas limita la producción de algunos cultivos alimenticios. En el Reino Unido, este mes el gobierno le permitió a los agricultores el uso de neonicotinoides en los cultivos de remolachas a pesar de que los pesticidas que afectan a las abejas están prohibidos en la Unión Europea desde 2018, decisión que el Reino Unido respaldó.

El nuevo estudio, publicado en la revista académica One Earth, analizó los registros de tres siglos de recolecciones que incluyen más de 20,000 especies de abejas conocidas en todo el mundo.

También descubrieron que la disminución no se distribuye igual en todas las familias de abejas. Mientras que los registros de halícitdos, la segunda familia más común, disminuyeron en un 17% desde 1990, los registros de melítidos, una familia mucho más inusual, cayeron en más del 41%.

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Los científicos advirtieron que la falta de datos científicos sobre la disminución de insectos en países tropicales obstaculiza su comprensión de la disminución de las abejas, pues más de los registros de la GBIF abarcan a Norte América y Europa.

Los autores del estudio reconocieron que la disminución de especies en parte puede reflejar los cambios a la recolección de datos de la GBIF a través de los años, o el carácter heterogéneo de sus conjuntos de datos.

Zattara dijo que aunque su estudio no establece el estatus de especies de abejas individuales, sí muestra una clara tendencia global con la disminución en la diversidad de las especies que probablemente indica la disminución global de abejas y otros polinizadores.

“Se trata de confirmar que lo que se ha demostrado que sucede localmente también sucede globalmente“, dijo. “Y también se trata del hecho de que habrá mayor certeza cuando haya más información en las bases de datos públicas”.

Zattara advirtió que esperar a tener más datos para confirmar con precisión la disminución del tipo de abejas y otros polinizadores puede hacer que sea demasiado tarde para salvarlos.

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Algo le sucede a las abejas, y tenemos que hacer algo. No podemos esperar hasta que tengamos certeza porque es raro que eso suceda en las ciencias naturales”, dijo. “El siguiente paso es presionar a los legisladores para que actúen mientras aún haya tiempo. Las abejas no pueden esperar”.

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