Mujer presuntamente violada en un Airbnb de Nueva York recibió un pago secreto de 7 mdd
El equipo de gestión de crisis de Airbnb trasladó a la mujer a un hotel, le pagó a su madre el vuelo desde Australia y luego devolvió a ambas a casa con los gastos de viaje, salud y asesoramiento cubiertos. Foto: Lionel Bonaventure / AFP / Getty Images

Una mujer australiana que fue presuntamente violada a punta de cuchillo en un departamento de Airbnb en Nueva York recibió un pago de conciliación secreto de siete millones de dólares, el cual incluía restricciones de lo que puede mencionar sobre el incidente, de acuerdo con una investigación de los medios sobre las políticas de “seguridad de los huéspedes” del gigante del alojamiento para vacaciones. 

La mujer de 29 años fue atacada en una propiedad cerca del imán turístico y punto central de Manhattan en Times Square durante las primeras horas del año nuevo en 2016, según reportes de Bloomberg Businessweek, disparando la intervención audaz de un “grupo de trabajo” especializado en manejo de crisis de Airbnb. 

El equipo, de acuerdo con Bloomberg, “hace la limpieza después del desastre” y en este caso reubicó a la mujer a un hotel, pagó para que su madre volara desde Australia, y después regresó a ambas a casa con los gastos de viaje, salud y terapia cubiertos. 

El acuerdo subsecuente, afirma el artículo, es uno de los más grandes pagados por la compañía valuada en 90 mil millones de dólares, quien supuestamente gasta decenas de millones de dólares al año para resolver ante los clientes incidentes con potenciales consecuencias negativas para sus relaciones públicas. También resuelven problemas como la necesidad de compensar a los anfitriones de propiedades Airbnb por los daños ocasionados por huéspedes. 

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Bajo los términos del acuerdo negociado con Airbnb por el abogado de la mujer en Nueva York, y pagado dos años después del incidente, se le prohibió discutirlo, demandar a la compañía o decir implícitamente que Airbnb es “responsable o culpable” por el ataque. 

En un email para The Guardian, Airbnb negó haber intentado silenciar a la mujer. “En los casos de abuso sexual, en los acuerdos que hemos alcanzado, las sobrevivientes pueden hablar libremente de sus experiencias”, señaló el portavoz Benjamin Brait. 

No puso en duda otros detalles del reportaje de Bloomberg, pero añadió que el equipo de “seguridad y confianza” de Airbnb es una parte abierta e integral de sus operaciones de servicio al cliente en general. 

“La prioridad de nuestra compañía y nuestros ejecutivos es apoyar a la sobreviviente y hacer justicia para alguien que sufrió traumas”, declaró.

“Nuestro equipo de seguridad trabajó duro para apoyar a la sobreviviente después del terrible ataque. Nosotros contactamos proactivamente al Departamento de Policía de Nueva York después del ataque para ofrecer nuestra asistencia con su investigación”. 

Jim Kirk, el abogado de la mujer, declinó comentar, y dijo a The Guardian en un email que “no tenemos nada que añadir al artículo de Bloomberg”. Aseguró que su cliente deseaba que todas las partes permanecieran anónimas y solicitó rechazar todas las solicitudes de entrevistas de los medios. 

La víctima y algunos de sus amigos rentaron uno de los cuatro departamentos de un condominio de 12 departamentos en las afueras de Manhattan anunciado en el sitio web de Airbnb, para celebrar el año nuevo. De acuerdo con los registros de la policía vistos por Bloomberg, ella volvió a la propiedad sola y fue atacada por un hombre con un cuchillo que estaba escondido en el baño. 

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El presunto violador, quien está en custodia y esperando su juicio, fue atrapado por la policía una hora después. Presuntamente volvió al edificio con un cuchillo, uno de los aretes de la mujer y un duplicado de las llaves del departamento. 

No está claro cómo consiguió las llaves, según el reportaje, pero las mujeres dijeron a la policía que recogieron sus copias, sin que se les pidiera una forma de identificación, en una tienda, como decían las instrucciones del anfitrión del sitio. 

En el momento del incidente, Airbnb estaba enfrascado en una disputa con las autoridades de la ciudad de Nueva York sobre la regulación de las rentas de corto plazo de viviendas privadas. Los dirigentes de la compañía, según Bloomberg, estaban preocupados por que la publicidad negativa de la presunta violación tuvieran el potencial de afectar el éxito de sus operaciones. 

Un documento analizado por Bloomberg pretende mostrar que Airbnb paga alrededor de 50 millones de dólares anuales a anfitriones y huéspedes, e incluyen reembolsos por daños a la propiedad y conciliaciones legales. 

La investigación de la organización noticiosa estudió varios incidentes, como el asesinato de una mujer de Miami en Costa Rica por el guardia de seguridad de una propiedad Airbnb en la que se estaba hospedando, la compañía concilio dicho caso sin admitir su responsabilidad. 

En otro incidente, reportado por The Guardian en 2017, una mujer de Nuevo México afirmó haber sido abusada sexualmente por un “super anfitrión” cuya propiedad estaba rentando. 

Esa mujer, Teresa Li, concilió el caso por una cifra no revelada antes de ir a juicio. Ella le dijo a Bloomberg que tales acuerdos dificultan que las cortes decidan la extensión hasta la que las compañías de renta por internet son culpables de los crímenes cometidos en sus propiedades. 

“Todo se envía a arbitraje, entonces nadie sabe realmente”, dijo. “Lo único que verdaderamente motiva a Airbnb es la amenaza de mala publicidad o una pesadilla en la prensa”. 

Las acciones de Airbnb, que se estrenó como compañía pública en la bolsa de Nasdaq en Nueva York en diciembre, cayeron más del 3% el miércoles, cuando se publicó el reportaje de Bloomberg, pero ascendieron de nuevo durante la tarde. 

La compañía fundada en 2008 por los empresarios Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk creció hasta dominar el mercado de reservaciones de hospedaje por internet, pero perdió casi el 80% de sus negocios en ocho semanas del año pasado, cuando la pandemia de Covid-19 arrasó con los viajes dentro y entre muchos países, lo que llevó al despido de un cuarto de sus empleados. 

En agosto del año pasado, anunciaron la prohibición de las fiestas y la reducción de los números de huéspedes en sus propiedades en todo el mundo como respuesta a las críticas por reuniones escandalosas durante el confinamiento.

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