El legado de la derrota de Joe Louis ante Max Schmeling en el ‘Juneteenth’
Max Schmeling y Joe Louis durante su primera pelea en el Yankee Stadium. Foto: Colección Everett Histórico / Alamy

La narrativa histórica a menudo se puede insertar en retrospectiva en los eventos deportivos. Cuando uno de los estadounidenses negros más famosos del mundo, Joe Louis, demolió al alemán Max Schmeling derrotándolo en el primer round en 1938, fue un símbolo de la resistencia del mundo libre contra el fascismo de la patria nazi de Schmeling.

En dos minutos y cuatro segundos de brutal eficiencia, Louis estalló con un aluvión de uppercuts, volados y ganchos para poner a su oponente en la lona en tres ocasiones. Para cuando la pelea terminó en un nocaut técnico, Schmeling había lanzado solo cuatro golpes, dos de los cuales fallaron, contra los 31 de Louis. Muchos espectadores ni siquiera habían ocupado sus asientos.

En la victoria, Louis entregó el mensaje geopolítico que el presidente Franklin D. Roosevelt (FDR) había pedido cuando el boxeador visitó la Casa Blanca unas semanas antes. “Joe, necesitamos músculos como los tuyos para vencer a Alemania“, el New York Times citó al presidente dirigiéndose al Bombardero Moreno antes de la pelea.

Hitler había aprobado las Leyes Raciales de Nuremberg un año antes, cuya extensión pronto vería a personas negras como Louis, con los judíos y los romaníes como legalmente inferiores a los blancos dentro del Reich.

La creciente audacia de la política nazi despertaba la condena internacional, pero para un hombre negro que creció como hijo de un aparcero de Alabama y cuya familia había sido acosada por el Ku Klux Klan, el uso del color para distinguir los derechos de los ciudadanos era un aspecto demasiado familiar de vida en América.

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Fue una situación que reflejaba los sentimientos que rodearon el primer encuentro entre los dos peleadores en el Yankee Stadium, casi dos años antes de la famosa victoria de Louis.

Cuando peleó en 1936, gran parte de los estadounidenses blancos apoyaban al alemán”, le dijo Joseph Louis Barrow Jr a The Guardian sobre el reto a su padre.

Aquellos que apoyaron a Schmeling ese día en el Bronx se fueron a casa felices, ya que Louis, quien era favorito, cayó noqueado en el round 12 en la primera derrota de su carrera.

Él sintió que había decepcionado a toda la raza negra porque se suponía que no debía perder esa pelea. Se suponía que debía ganar, y ganar por aclamación”, afirmó Louis Barrow Jr, hablando desde su casa en Jacksonville, Florida.

La derrota fue aún más significativa porque ocurrió el 19 de junio, una fecha más recientemente denominada como Juneteenth para conmemorar el día en que la noticia de la Proclamación de Emancipación llegó al pueblo de Galveston, Texas, liberando a los esclavos en el último estado rebelde.

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Este año será la primera vez que el Juneteenth se marca como un día feriado federal oficial en Estados Unidos, pero hace 85 años, la derrota de Louis marcó un día de luto para muchos estadounidenses negros.

Langston Hughes, un destacado escritor del Renacimiento de Harlem, escribió sobre las secuelas de la derrota diciendo: “Caminé por la Séptima Avenida y vi hombres adultos llorando como niños y mujeres sentadas en la acera con la cabeza entre las manos. En todo el país esa noche, cuando llegó la noticia de que Joe estaba inconsciente, la gente lloró. Nadie más en los Estados Unidos ha tenido tal efecto en las emociones de los negros, ni en las mías”.

De hecho, en el mejor momento de Louis, sus acciones en el ring repercutieron en todo el mundo, como detalla Louis Barrow Jr en su libro Joe Louis: 50 Years and American Hero. “Sabes, Nelson Mandela, cuando vino a Estados Unidos tras ser liberado de Robben Island me dijo que él, junto con miles de personas negras en Sudáfrica, se quedaban despiertos para escuchar las peleas de mi padre en la radio”, escribió. “Les daba esperanza”.

Sin embargo, más allá del barniz de la narrativa política, las razones de una derrota deportiva a menudo pueden ser mucho más prosaicas.

Mi padre era el invencible Joe, de 22 años en ese momento] que peleaba contra un hombre ocho años mayor”, resaltó Louis Barrow Jr. “Como resultado, él no se preparó para pelear como debería. Pasaba más tiempo en el campo de golf “.

Para los fans de la época, eso hizo que la pelea de Louis para vengar su derrota fuera aún más convincente. Tal era la sed de acción en la década de 1930, que Louis peleó y venció a 11 oponentes en los dos años que esperó para enfrentar nuevamente a Schmeling en el Yankee Stadium. Le quitó el título de peso pesado a Jack Braddock en 1937, en lo que fue el pretexto perfecto para que un Schmeling sin cinturón aceptara una revancha.

En ese mismo período, Hitler abrió el campo de concentración de Buchenwald y se anexó Austria, aumentando las tensiones globales.

Schmeling era considerado por los propagandistas nazis como el representante dorado de una raza aria con un destino sagrado, todo lo cual se sumó al drama de la pelea que agotó las 75,000 entradas poco después de ser anunciada. No se trataba, tampoco, de que los combatientes involucrados compartieran la polarización acumulada previamente.

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Para algunos era la libertad y democracia versus el fascismo, FDR vs. Adolf Hitler. Significó cosas diferentes para diferentes personas, pero para Max y mi padre fue realmente sólo un encuentro entre dos gladiadores”, aseveró Louis Barrow Jr.

Louis estaba en la mejor forma de su vida y llevó un hambre feroz al ring esa noche. Su victoria no solo vengó la única derrota de su carrera hasta ese momento, sino que lo impulsó al centro de la cultura y la adoración por parte de los estadounidenses.

Estaba en la portada de todos los periódicos y no era por haber matado a ninguna persona blanca”, señaló Louis Barrow Jr sobre la cobertura. “Creo que todos en Estados Unidos lo admiraban y la América negra tenía un afecto especial por él. Muchos muchachos se llamaban Louis o Joe, muchas muchachas fueron llamadas Marva, en honor a mi madre, y eso se debía a la admiración que tenían por mi padre”.

Fue una admiración nacional que no se detuvo en nombrar a los bebés nacidos a la sombra de su victoria.

“Muchos de los íconos de los derechos civiles dijeron que solo podían hacer lo que hicieron gracias a mi padre. Jesse Jackson dijo que antes de que hubiera un Jackie (es decir, Jackie Robinson), hubo un Joe”, recordó el hijo de Joe Louis. “Conocí a John Lewis, el congresista de Atlanta, y uno de los seis grandes organizadores de la marcha por los derechos civiles en Washington en 1963, y cada vez que lo veía me hablaba de lo que mi padre significaba para él. Cómo fue un hombre que le demostró a Estados Unidos que los negros eran más que simples esclavos”.

Las luminarias del box también elogiaron a Louis.

Muhammad Ali me dijo en el funeral de mi padre que Joe Louis era verdaderamente el más grande. Y le creeo a Ali, porque él era el mero mero. Yo crecí en la era de Ali”, agrega Louis Barrow Jr.

El Consejo Mundial del Boxeo y Gleason’s Gym, fundado en Nueva York sólo unos meses antes de que Louis venciera a Schmeling en el verano de 1938, celebrarán la pelea Louis versus Schmeling en uno de los muchos eventos que tienen lugar en Estados Unidos el fin de semana del aniversario.

Se hará una donación de un cinturón especial del Juneteenth para la Academia de Eagle local para los jóvenes de Harlem, por parte del excampeón de peso pesado Michael Spinks. Esto ayudará a Spinks a honrar al boxeador del que “heredó su jab”, le dijo al Guardian por correo electrónico. Para el propietario de Gleason’s Gym, Bruce Silverglade, esto muestra que la capacidad de Louis para inspirar a la próxima generación sigue siendo potente, incluso después de todos estos años.

“Puede que sea un boxeador de una época pasada, pero cruzó las divisiones culturales durante una época difícil en Estados Unidos”, aseguró Silverglade. “Los blancos lo promovieron. Trascendió las barreras raciales porque era un héroe. El boxeo es un deporte que cruza barreras, los niños en mis gimnasios son de todas las formas, tamaños y colores, de diferentes orígenes. Todos los humanos intentan hacer lo mismo, y figuras como Joe Louis unen a las personas”.

A pesar de todo el énfasis en las diferencias raciales y políticas que se suponía que simbolizaba la pelea, pudo forjar una amistad duradera entre los dos protagonistas.

“Tengo fotos de Max y mi padre”, dice Louis Barrow Jr. “De viajes de cuando fue a Alemania para cubrir peleas también. Max apareció en This Is Your Life de mi padre, yo sólo tenía cuatro o cinco años. Su amistad fue maravillosa. De hecho, cuando murió mi padre, Max dijo que perdió a un gran amigo. Podías ver la sonrisa en el rostro de Max cuando hablé con él sobre mi padre para mi libro, y hablamos extensamente sobre la pelea del 36. ¡De la pelea del 38, no tanto!”.

Cuando se le preguntó cómo se siente al ver a Schmeling contraatacar de nuevo, después de todos estos años, Louis Barrow Jr lo tiene claro.

Una palabra me viene a la mente: orgullo. Él mantuvo el título de peso pesado con dignidad y gracia durante casi 12 años, pero la pelea de Schmeling lo convirtió de un campeón de peso pesado a un verdadero héroe estadounidense, porque todo Estados Unidos lo apoyó”.

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