Las ‘minipíldoras’ anticonceptivas se ofrecerán sin receta en Reino Unido

Las mujeres podrán comprar la píldora anticonceptiva sin receta por primera vez en 60 años después de un histórico fallo del regulador de Reino Unido.

Desde finales de julio, dos marcas de “minipíldoras” de progesterona estarán disponibles sin necesidad de recetas médicas y después de una breve consulta con un farmacéutico, lo que las hará mucho más accesibles a un mayor número de mujeres.

Las píldoras contienen desogestrel, progesterona sintética que inhibe la ovulación y previene la fertilización al espesar la mucosa cervical y adelgazar el revestimiento del útero.

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June Raine, directora ejecutiva de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA por sus siglas en inglés), anunció la decisión como “buenas noticias para las mujeres y familias”.

“Los farmacéuticos tienen la experiencia para asesorar a las mujeres sobre si el desogestrel es un anticonceptivo oral apropiado y seguro y para dar la información que las mujeres necesiten para tomar decisiones informadas”, dijo.

Sin embargo, los médicos de salud sexual pidieron al gobierno que las pastillas sean gratuitas en las farmacias comunitarias, ya que están disponibles sin cargo con receta médica, y que ponga a disposición una gama más amplia de marcas.

Las dos píldoras, Lovima y Hana, son consideradas como seguras para la mayoría de las mujeres. Las píldoras que tienen una combinación de estrógeno y progesterona, y que todavía requieren una receta médica, conllevan riesgos que son considerados como posiblemente mayores que los beneficios para las mujeres mayores de 35 años y las fumadoras.

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De acuerdo con Maxwellia, que produce Lovina, el paquete con suministro para un mes tendrá un costo de 10 libras (unos 275 pesos). HRA Pharma, que fabrica Hana, dijo que el paquete para un mes costaría 9.95 libras y 21.95 libras (unos 600 pesos) para tres meses. En 1961, el Servicio Nacional de Salud introdujo por primera vez la píldora anticonceptiva, pero solo se prescribía a mujeres casadas durante los primeros seis años.

Una investigación de The Guardian basada en solicitudes de información mostró que casi nueve de cada 10 mujeres que recibieron anticonceptivos del médico de cabecera o de farmacias en 2017 y 2018 tomaron la pastilla. La píldora combinada era ligeramente más popular, con 1.7 millones de mujeres que la eligieron (55%) y el 1.4 millones que eligió la minipíldora (45%).

La decisión del MHRA de reclasificar lo productos de desogestrel se da tras una revisión de seguridad por parte de la Comisión de Medicamentos para Uso Humano (CHM por sus siglas en inglés) y una consulta pública que tomó en cuenta los puntos de vista de las pacientes, los farmacéuticos y los médicos.

Edward Morris, presidente del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos, dijo que estaba complacido de que algunas píldoras anticonceptivas estuvieran disponibles en farmacias locales después de años de campañas de la universidad contra las “barreras innecesarias” para mujeres y niñas.

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Dijo: “Incluso antes de la pandemia, muchas mujeres y niñas tuvieron problemas para acceder a los servicios básicos de salud para mujeres. Las consecuencias de esto incluyen un aumento del índice de embarazos no planeados, lo que puede resultar en peores desenlaces para las mujeres y sus bebés”.

Robbie Turner, el director de farmacéuticos de la Real Sociedad Farmacéutica, consideró que las farmacias comunitarias resultaron estar en ubicaciones más convenientes y que los farmacéuticos estaban bien preparados para proporcionar a las mujeres asesoramiento experto en anticonceptivos.

Asha Kasliwal, la presidente de la Facultad de Asistencia Médica Sexual y Reproductiva, dijo que apoyaba completamente la reclasificación de las píldoras que solo contienen progesterona como medicamentos disponibles en farmacias.

Agregó: “El sistema fragmentado de asistencia médica sexual y reproductiva resulta notablemente complicado para que las mujeres naveguen en él, y los recortes sucesivos al presupuesto de salud pública han hecho que sea más difícil para la mujeres conseguir los anticonceptivos que necesitan. La reclasificación también puede reducir presiones innecesarias sobre los médicos de cabecera, que no necesitarán ver a las pacientes para entregar recetas médicas en repetidas ocasiones”.

“Sin embargo, la reclasificación de algunas marcas es solo el primer paso, y la compra de anticonceptivos definitivamente no debería ser la única solución. Estamos haciendo un llamado para que estas píldoras estén disponibles para todos de manera gratuita en las farmacias comunitarias, así como para que se dé la reclasificación de otros anticonceptivos”.