Tres estadounidenses generan suficientes emisiones de carbono como para matar a una persona, revela estudio
Una nueva investigación ha descubierto que solo tres estadounidenses pueden producir suficientes emisiones que provocan el calentamiento del planeta como para matar a una persona. Foto: Dane Rhys/Reuters

El estilo de vida de aproximadamente tres estadounidenses promedio generará suficientes emisiones de gases que causan el calentamiento del planeta como para matar a una persona, y las emisiones de una sola central eléctrica de carbón probablemente resultarán en más de 900 muertes, de acuerdo con el primer análisis para calcular el costo mortal de las emisiones de carbono.

La nueva investigación se basa en lo que se conoce como “costo social del carbono”, una cifra monetaria que se asigna a los daños causados por cada tonelada de emisiones de dióxido de carbono, al asignar un número esperado de muertes a causa de las emisiones que provocan la crisis climática.

El análisis se basa en varios estudios de salud pública para concluir que por cada 4 mil 434 toneladas métricas de CO2 emitidas a la atmósfera por encima de la tasa de emisiones del 2020, una persona morirá prematuramente en el mundo a causa del aumento de la temperatura. Este CO2 adicional equivale a las actuales emisiones de toda la vida de 3.5 estadounidenses.

La investigación descubrió que añadir otras 4 millones de toneladas métricas por encima del nivel del año pasado, producidas por una central de carbón promedio en Estados Unidos, costará 904 vidas a nivel mundial para el final del siglo. A mayor escala, eliminar las emisiones que provocan el calentamiento del planeta para 2050 salvaría aproximadamente 74 millones de vidas en este siglo.

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Las cifras de muertes previstas como consecuencia de la emisión de gases no son definitivas y pueden ser “una gran subestimación”, ya que solo toman en cuenta la mortalidad relacionada con el calor en lugar de las muertes por inundaciones, tormentas, pérdidas de cosechas y otros efectos derivados de la crisis climática, de acuerdo con Daniel Bressler, del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, quien escribió el documento.

La contaminación del aire causada por la quema de combustibles fósiles también está matando directamente a las personas, de acuerdo con un estudio histórico de la Universidad de Harvard publicado en febrero, el cual descubrió que más de 8 millones de personas en el mundo mueren cada año a causa de los efectos del aire tóxico.

Hay un número importante de vidas que se puede salvar si se siguen políticas climáticas más agresivas que las del escenario habitual“, dijo Bressler. “Me sorprendió la gran cantidad de muertes. Hay cierta incertidumbre al respecto, la cifra podría ser menor, pero también podría ser mucho mayor”.

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La investigación, publicada en Nature Communications, ilustra las enormes diferencias en las emisiones generadas por el consumo de las personas en los diferentes países del mundo. El estudio descubrió que, mientras que en Estados Unidos solo se necesitan 3.5 estadounidenses para crear suficientes emisiones en una vida para matar a una persona, se necesitarían 25 brasileños o 146 nigerianos para hacer lo mismo.

El costo social o financiero del carbono se ha convertido en una métrica ampliamente utilizada después de su creación por el economista William Nordhaus, quien posteriormente ganó un premio Nobel, en la década de 1990. La medición calcula el daño causado por una tonelada de emisiones, factorizado con la capacidad de adaptación al cambio climático.

Según el modelo DICE de Nordhaus, el costo social del carbono del 2020 es de 37 dólares por tonelada métrica, pero al añadir el costo de la mortalidad por parte de Bressler se eleva esta cifra a 258 dólares por tonelada. Este cambio en el modelo implicaría que una política económicamente óptima sería reducir drásticamente las emisiones para alcanzar la total de descarbonización en el 2050, un escenario que también ha sido respaldado por los científicos del clima como uno que evitaría los peores estragos del calentamiento global.

“Nordhaus elaboró un modelo fantástico, pero no tomó en cuenta la literatura más reciente sobre los daños del cambio climático en la mortalidad; en los últimos años ha habido una explosión de investigaciones sobre este tema”, comentó Bressler.

Gernot Wagner, un economista especializado en el clima de la Universidad de Nueva York que no participó en la investigación, advirtió que el costo social del carbono es una “herramienta política crucial”, pero que también es “muy abstracta”.

“Por ello son tan importantes los intentos de traducir nuestro impacto climático en términos más relacionables”, dijo y agregó que la nueva investigación sobre el costo de la mortalidad demuestra que los “resultados son ciertamente dramáticos”.

Una serie de olas de calor azotó al planeta durante el mes pasado, incluyendo el intenso calor y los incendios forestales en el noroeste del Pacífico de Estados Unidos, donde se batieron los récords de temperatura en Seattle y Portland y causaron la muerte de cientos de personas por insolación y otras condiciones relacionadas. Los científicos explicaron que la crisis climática, impulsada por las emisiones de carbono, está haciendo que las olas de calor sean mucho más frecuentes y graves.

Bressler dijo que aunque su artículo analizaba las emisiones causadas por la actividad individual, la atención debería centrarse en las políticas que afectan a las empresas y a los gobiernos que influyen en la contaminación por carbono en una escala social.

Mi opinión es que la gente no debería tomar sus emisiones de mortalidad por persona como algo demasiado personal“, sugirió. “Nuestras emisiones dependen en gran medida de la tecnología y la cultura del lugar en el que vivimos”.

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