Los rusos rechazan la Sputnik V y se dirigen al oeste en busca de vacunas
Un trabajador serbio del sector salud recibe a los visitantes que llegan para recibir la vacuna china de Sinopharm en un edificio de la feria comercial reconvertido en Belgrado. Foto: Andrej Isakovic/AFP/Getty Images

Cuando Denis Ovchinnikov leyó este verano la noticia de que su vacuna rusa Sputnik V no sería reconocida en Europa, decidió tomar cartas en el asunto y planeó viajar a Belgrado.

“Contacté a una agencia de viajes que se encargó de todo. Fue muy fácil. Además, me tomé unas pequeñas vacaciones entre la aplicación de las dos vacunas de Pfizer“, comentó Ovchinnikov, quien trabaja en una agencia de relaciones públicas en San Petersburgo.

Cuando Rusia se convirtió en el primer país en registrar y producir en masa una vacuna a finales de 2020, el presidente Vladimir Putin esperaba que esto permitiera que la apertura del país fuera más rápida que la de sus rivales occidentales. Sin embargo, la vacuna Sputnik V ha tenido dificultades para obtener la aprobación internacional, lo que ha impedido prácticamente que los rusos viajen a Occidente, donde solo pueden visitarlo quienes tienen vacunas aprobadas por la Unión Europea, Estados Unidos o Reino Unido.

Esto ha provocado un auge de turistas rusos de vacunas que se dirigen a países como Serbia, que permiten los viajes sin visa desde Rusia. “Realmente no entiendo toda la política que hay detrás de esto. Creo en todas las vacunas”, comentó Ovchinnikov, quien primero se vacunó con la Sputnik V el pasado invierno. “Simplemente me sentía atrapado, hace casi dos años que no he podido viajar ni trabajar más en Europa tras el cierre de las fronteras, así que esta era mi salida”.

La aprobación de la vacuna por parte de la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aliviaría los viajes internacionales de los rusos vacunados con Sputnik, que actualmente tienen prohibido viajar a la mayoría de las capitales europeas. Estados Unidos también se dispone a prohibir la entrada a los extranjeros que no se hayan vacunado con alguna de las vacunas aprobadas por la OMS o la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.

Sin embargo, la UE ha retrasado en repetidas ocasiones la aprobación de la vacuna rusa y ha señalado que Rusia no ha proporcionado a su organismo regulador, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), los datos adecuados sobre la vacuna. Rusia ha rechazado estas afirmaciones alegando que están motivadas políticamente y señaló que la EMA estaba “alargando el proceso” a propósito.

Anna Filatovksaya, gerente de la agencia de viajes Russian Express, comentó que los problemas de la vacuna Sputnik V en el extranjero representaron una oportunidad de negocio para su empresa. “Cuando comenzamos a ofrecer nuestros tours de vacunas a principios de septiembre, nos dimos cuenta rápidamente de que realmente existía un mercado para ellos. La gente estaba desesperada por recibir una vacuna que les permitiera volver a viajar”.

En una reciente encuesta realizada en Rusia, cerca del 40% de los encuestados dijo que la oportunidad de viajar libremente era el motivo principal para vacunarse, una cifra aproximadamente equivalente a la de aquellos que mencionaron problemas de salud.

Filatovksaya comentó que Serbia era una opción “obvia” al principio, ya que los rusos no necesitaban una visa para ir ahí y el país ofrecía las vacunas de Pfizer y AstraZeneca a todos los ciudadanos.

El país balcánico ha sido uno de los primeros casos de éxito en materia de vacunas en Europa, al conseguir vacunas de diferentes proveedores, y ofrece a sus ciudadanos la opción de vacunas occidentales, como las de Pfizer y AstraZeneca, Sputnik V y la china Sinovac.

Aproximadamente 160 mil extranjeros, principalmente de otros lugares de los Balcanes, han recibido hasta ahora sus vacunas anticovid en Serbia, según datos oficiales.

Sin embargo, Serbia no es el único destino de los rusos. Después de que algunos clientes se quejaron del “inoportuno” intervalo de tres semanas entre las vacunas de dos componentes de Pfizer y AstraZeneca, la agencia de turismo de Filatovksaya decidió ofrecer viajes a la vecina Croacia, que ofrecía a los extranjeros la vacuna de un solo componente de Johnson & Johnson.

Una de las personas que volaron a Croacia fue Oleg Sentsov, un ingeniero de Moscú. “De hecho, me vacuné justo después de recibir el tercer refuerzo de Sputnik V, ¡así que ahora estoy bastante vacunado! No creo que uno pueda estar sobrevacunado”, dijo.

Mientras que para muchos, como Ovchinnikov y Sentsov, una vacuna extranjera representaba una forma de salir del aislamiento, un grupo más pequeño comentó que estaba vacunándose con vacunas occidentales porque desconfiaba de las rusas. “Pensé que si me iba a poner una vacuna, no sería la Sputnik, me siento escéptica ante los productos de fabricación rusa“, comentó Marina Kalushiva, de 54 años, que viajó a Serbia en septiembre.

Aunque las vacunas de producción nacional están ampliamente disponibles, solo el 32% de los rusos cuentan con la doble vacunación y las encuestas muestran que la mayoría aún no está dispuesta a inmunizarse, ya que desconfía de las tres vacunas aprobadas en el país.

Los críticos han atribuido el fracaso de la campaña de vacunación a los mensajes contradictorios del Kremlin sobre la pandemia, así como a la escasa confianza en las autoridades y en los productos de fabricación nacional.

Y aunque parece que la desconfianza hacia todas las vacunas es grande, una encuesta realizada en junio mostró que el 15% de los rusos que rechazan una vacuna nacional se pondrían una vacuna occidental si estuviera a su disposición, al tiempo que comienzan a escucharse las crecientes peticiones para que se permitan las vacunas occidentales.

“Me gustaría que Rusia ofreciera cualquier vacuna disponible en el mercado. Eso sería lo justo. Dejar que la gente decida”, comentó Kalushiva.

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