Otra muerte, otra vigilia; ¿cuándo veremos un cambio real para las mujeres?
FOTO: Se realizó una vigilia por Sarah Everard en Londres tras su asesinato en marzo de 2021. Foto: Victoria Jones/PA

El miércoles por la noche, la Torre de Smeaton, un faro situado en la zona marítima de Plymouth, se iluminó de color morado, en un intento para llamar la atención respecto a la violencia contra las mujeres tras la muerte de Bobbi-Anne McLeod, de 18 años.

El año pasado se realizaron vigilias por Bibaa Henry y Nicole Smallman, por Sarah Everard y por Sabina Nessa. Se han encendido velas en las ventanas, se han compartido homenajes y las mujeres han salido a la calle tras los asesinatos más conocidos, conscientes de que millones de otros casos de abusos nunca aparecerán en los titulares.

Pero mientras se inicia otra investigación por asesinato tras la muerte de otra joven, las estadísticas publicadas el miércoles por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido (ONS) muestran la gran magnitud de la violencia contra las mujeres y las niñas.

Con motivo del Día Internacional de la ONU para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el jueves, la ONS ha reunido el primer conjunto exhaustivo de estadísticas sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en Inglaterra y Gales en un rincón desgarrador de internet, en el que la organización benéfica SafeLives destaca el costo humano de las estadísticas con historias de la vida real.

Las estadísticas impactan fuertemente al lector: se calcula que 1.6 millones de mujeres de entre 16 y 74 años sufrieron violencia doméstica en Inglaterra y Gales en el último año.
En el año que terminó en marzo de 2020, 81 mujeres murieron en un homicidio doméstico.

La ONS calcula que una de cada tres mujeres mayores de 16 años en Gran Bretaña fue víctima de al menos una forma de acoso en el último año, cifra que aumenta a dos de cada tres para las mujeres de 16 a 34 años.

La línea nacional de ayuda contra el acoso para Inglaterra y Gales, gestionada por el Suzy Lamplugh Trust, recibió 871 llamadas en el año hasta abril de 2021, un 14.9% más que el año anterior.

Las organizaciones benéficas argumentaron que la pandemia de coronavirus empeoró una situación que ya era grave, y que las estadísticas lo confirman. Las llamadas a la línea nacional de ayuda contra la violencia doméstica en Inglaterra aumentaron en más de una quinta parte durante la pandemia, y Refuge recibió 49,756 llamadas en el año hasta marzo de 2021.

Y, sin embargo, de acuerdo con Women’s Aid, la alta demanda significó que el 63% de las remisiones de mujeres a los refugios en Inglaterra y el 34% de las remisiones de mujeres a los refugios en Gales fueron rechazadas en el año hasta marzo de 2020.

En un contexto de creciente temor e indignación por los casos de gran repercusión de este año, el abyecto fracaso del sistema judicial penal para proteger a las mujeres ha quedado crudamente expuesto. En los últimos 12 meses, el Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS) solo acusó a 41 sospechosos más de violación en comparación con el año anterior, mientras que las cifras de procesamiento por violencia doméstica siguen disminuyendo.

La cantidad de remisiones policiales de presuntos agresores domésticos a la Fiscalía disminuyó un 3%, hasta 77,812, y el número de procesamientos de la Fiscalía disminuyó por quinto año consecutivo. En el año que terminó en marzo de 2016, se produjeron 75,236 condenas por violencia doméstica; en el año que terminó en marzo de 2021, esa cifra disminuyó a 42,574.

El impacto de estos delitos en las mujeres es “significativo y con frecuencia duradero”, dijo la jefa de delincuencia de la ONS, Meghan Elkin. La encuesta sobre la delincuencia reveló que el 63% de las supervivientes de una violación o de un intento de violación declararon tener problemas mentales o emocionales, el 21% se ausentaron del trabajo y el 10% intentaron suicidarse.

En junio de 2021, la encuesta Opinions and Lifestyle Survey mostró que el 89% de las mujeres de Gran Bretaña que sufrieron acoso dijeron sentirse “muy o bastante inseguras” al caminar solas en la noche, mientras que el 78% de las mujeres no acosadas indicaron lo mismo. Para muchas mujeres este miedo no ofrece descanso. En un nivel profundo, se encuentra en todas partes, todo el tiempo.

Después de cada asesinato y cada vigilia, el gobierno ha insistido en que está cambiando radicalmente la forma en que se combate la violencia contra las mujeres y las niñas con una nueva estrategia y un “enfoque de todo el sistema”.

Pero tras la trágica muerte de otra joven, después de un año extraordinariamente desolador en la lucha contra la violencia contra las mujeres, parece que el cambio radical no puede llegar pronto.

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