‘Era una guerra civil’: fotografiando las protestas por los derechos de las mujeres en México
Las manifestantes pintaron los nombres de las mujeres víctimas de asesinato en las vallas levantadas frente al Palacio Nacional en Ciudad de México. Foto: Mahé Elipe

El 8 de marzo de 2021, mujeres de todo el mundo participaron en protestas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. En México, la efeméride adquirió un carácter más punzante, ya que al menos 10 mujeres son asesinadas cada día en el país; en 2021 la fecha se vio marcada por una violencia adicional.

Durante los días previos levantaron vallas alrededor del Palacio Nacional en el Zócalo de la Ciudad de México, lugar en el que estaba previsto que se reunieran miles de mujeres.

Había una tensión que se iba acumulando“, dice Mahé Elipe, fotógrafa francesa que vive en la Ciudad de México. “Los políticos mexicanos (han dado la impresión de que) no se preocupan por los derechos de las mujeres. Durante la pandemia, los casos de violencia doméstica aumentaron mientras el gobierno daba prioridad a la economía. Así que muchas mujeres se quedaron sin ayuda”.

Mariel Velázquez, de 23 años, estudiante y activista por los derechos de las mujeres, que formó parte de la multitud que protestó el 8 de marzo, consideró que las vallas eran un agravio directo y un rechazo a la causa feminista.

Había un muro metálico“, explica. “Nos enojamos cuando lo vimos. De forma simbólica, era un muro entre las autoridades y nosotras. Es como si no quisieran escucharnos, ni escuchar nada sobre la protesta”.

Mientras las mujeres y los niños se reunían en la plaza, colocaban flores, cantaban, gritaban y coreaban lemas, y escribían los nombres de las mujeres víctimas de asesinato en las vallas. En 2020, México registró el asesinato de 3 mil 723 mujeres. Alrededor de 940 de esos asesinatos fueron investigados como feminicidios, sin embargo, las autoridades mexicanas han minimizado el tema. El año pasado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, comentó que el tema del feminicidio había sido “muy manipulado en los medios de comunicación“.

La violencia estalló y hubo enfrentamientos entre las manifestantes y la policía. “La policía fue muy violenta“, dice Velázquez. “Empezaron a dispararnos con balas de goma. En mi cabeza pensaba ‘voy a morir’ porque se escuchaba como una pistola de verdad. Mentalmente fue una conmoción para mí. Sentí dolor en la espalda. Me dispararon a menos de un metro de distancia”.

Añade: “Le grité a la policía: ‘¡Paren! ¿Por qué están haciendo esto?’. Su respuesta fue gas lacrimógeno. Me lo lanzaron unas 15 veces”.

Las activistas intentaron derribar las vallas metálicas con martillos y palos de madera. Fue en medio de este caos cuando Elipe tomó la foto de la mujer no identificada vestida de negro, con lentes negros y un cubrebocas con la inscripción ‘Ni una más’.

“Fue un acontecimiento. Tuve la impresión, sin idealizar las cosas, de que era una guerra civil“, comenta. “Había un caos enorme; las mujeres gritaban por todas partes, la gente lanzaba gases lacrimógenos, nadie podía respirar. La policía nos lanzaba botellas con orina. Yo solo estaba ahí con mi cámara tomando fotos”.

“Una mujer delante de mí llamaba a otras gritando: ‘¡Nos están matando!'”.

Más de 80 personas resultaron heridas a causa de los enfrentamientos. Velázquez regresó a su casa caminando y llegó alrededor de las 9 de la noche. Su madre la vio y quedó impactada. “Tenía rasguños por todas partes, y los gases lacrimógenos habían afectado mis ojos. Estaba cubierta de mugre”, comenta Velázquez. No está segura de querer seguir protestando. “Se volvió muy peligroso. Una cosa es protestar y otra exponer tu vida (al peligro)”.

El día también estuvo lleno de emociones para Elipe, cuyo trabajo frecuentemente se centra en los derechos de las mujeres. “Ese día hubo muchas emociones. Lloré. No puedo hablar de ello todavía sin que se me ponga la piel de gallina”.

Y añade: “Me parece tan hermosa la idea de la solidaridad, de que estas mujeres se reúnan y sigan luchando… Hay una fuerza increíble al ver lo que están haciendo, el peligro que corren. Son mujeres jóvenes, me hacen sentir esperanzada por el futuro“.

Tanto ella como Velázquez consideran que el gobierno descuida los derechos de las mujeres en México y no les presta suficiente atención. Sin embargo, dice Elipe: “Hablar de ello, exponer lo que está ocurriendo, poner el tema sobre la mesa, esto vale su peso en oro”.

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