Xi Jinping y Vladimir Putin instan a la OTAN a descartar su expansión mientras aumentan las tensiones en Ucrania
Vladimir Putin y Xi Jinping. Foto: Ramil Sitdikov/AP

Xi Jinping, de China, y Vladimir Putin, de Rusia, firmaron una declaración conjunta en la que piden a Occidente que “abandone los métodos ideológicos de la Guerra Fría”, en un momento en el que ambos líderes exhibieron su cálida relación en medio de un tenso desencuentro con Occidente antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing.

En la declaración conjunta publicada por el Kremlin, Putin y Xi pidieron a la OTAN que descartara su expansión en Europa del Este, denunciaron la formación de bloques de seguridad en la región de Asia-Pacífico y criticaron el pacto de seguridad trilateral Aukus entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia.

Los dos líderes se reunieron por 38ª vez desde 2013. Asimismo, los dos países se comprometieron a intensificar su cooperación para frustrar las “revoluciones de colores” y las intromisiones externas, y prometieron seguir profundizando su coordinación estratégica “codo con codo”.

La declaración muestra la forma en que China y Rusia han encontrado cada vez más intereses comunes respecto a sus respectivos conflictos con las potencias occidentales, señalan los analistas.

“Las partes se oponen a una mayor expansión de la OTAN, piden a la alianza del Atlántico Norte que abandone los métodos ideológicos de la Guerra Fría, que respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países, la diversidad de sus patrones de civilización e historia cultural, y que aborde el desarrollo pacífico de otros estados de forma objetiva y justa”, indicó el documento.

En una alusión a los intereses rusos en Ucrania, China dijo que “entiende y apoya las propuestas presentadas por la Federación Rusa sobre la creación de garantías de seguridad jurídicamente vinculantes a largo plazo en Europa”, señaló el documento.

Al mismo tiempo, abordó las preocupaciones chinas sobre las alianzas comerciales y de seguridad lideradas por Estados Unidos en su propia región.

“Las partes se oponen a la creación de estructuras de bloques cerrados y bandos opuestos en la región de Asia-Pacífico, y permanecen muy atentas al impacto negativo de la estrategia indo-pacífica de Estados Unidos sobre la paz y la estabilidad en esta región”, decía el documento.

Aunque todavía existen obstáculos en la relación y es poco probable que se establezca una alianza plena entre Moscú y Beijing, las dos partes están indicando que quieren hacer retroceder la influencia de Estados Unidos en sus respectivas regiones.

Estamos trabajando juntos para hacer realidad el verdadero multilateralismo“, dijo Xi a Putin, de acuerdo con la traducción del Kremlin de sus comentarios. “La defensa del verdadero espíritu de la democracia constituye una base fiable para la unión del mundo en la superación de crisis y la defensa de la igualdad”.

La reunión es el primer encuentro en persona de Xi con un líder extranjero en casi dos años. El líder chino no ha salido del país desde enero de 2020, momento en que estaba afrontando su brote inicial de Covid-19 y confinó la ciudad central de Wuhan, donde se informó por primera vez sobre la existencia del virus.

Se está preparando para reunirse con más de 20 líderes mientras Beijing da comienzo a unos Juegos Olímpicos de Invierno que espera constituyan un triunfo de poder blando y desvíen la atención de una acumulación plagada de boicots diplomáticos y temores por el Covid-19.

También fue un viaje poco habitual para Putin, que solo ha salido de Rusia en dos ocasiones desde el brote de Covid-19 y ha mantenido una saludable distancia con líderes visitantes como el húngaro Viktor Orbán.

Sin embargo, al acercarse a Xi, Putin mostró una amplia sonrisa y estrechó la mano del líder chino antes de posar para los fotógrafos. Se prevé que ambos asistan a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en la noche del viernes.

Tras sus conversaciones, Rusia y China también firmaron una serie de acuerdos comerciales y energéticos, entre ellos un nuevo contrato para que Rusia suministre 10 mil millones de metros cúbicos adicionales de gas al año a China, según informó Putin. Gazprom anunció el contrato de 30 años para suministrar el gas desde el extremo oriental de Rusia hasta la corporación energética estatal china CNPC, informó Reuters.

Rusia ya le suministra a China alrededor de 38 mil millones de metros cúbicos de gas al año a través de su gasoducto Power of Siberia, y está considerando un segundo gasoducto que abriría un mercado adicional para los yacimientos de gas de la península de Yamal, ya que su gasoducto Nord Stream 2 para Alemania ha sido objeto de amenazas de sanciones en caso de un ataque ruso contra Ucrania.

Los líderes de Francia y Alemania informaron que planean viajar a Moscú en las próximas semanas para continuar las conversaciones con Putin y prevenir una posible invasión contra Ucrania. Se prevé que el presidente francés, Emmanuel Macron, visite Moscú el lunes y después viaje a Kiev el martes, mientras ejerce la diplomacia itinerante entre Putin y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy. El alemán Olaf Scholz viajará a Kiev el 14 de febrero y a Moscú al día siguiente.

La agencia de noticias estatal china Xinhua también publicó el jueves un artículo sobre Putin en el que el líder ruso describía un panorama de dos vecinos con objetivos globales cada vez más afines.

“La coordinación de la política exterior entre Rusia y China se basa en enfoques cercanos y coincidentes para resolver los problemas globales y regionales”, escribió Putin.

Además, arremetió contra el boicot diplomático liderado por Estados Unidos contra los Juegos Olímpicos de Beijing, motivado por el historial de derechos humanos de China.

“Desafortunadamente, recientemente se intensificaron los intentos de varios países de politizar el deporte en beneficio de sus intereses egoístas”, escribió Putin, calificando tales acciones como “básicamente incorrectas”.

Por su parte, China se ha mostrado más firme en su apoyo a Rusia en su disputa con las potencias de la OTAN respecto a Ucrania.

La semana pasada, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, calificó como “legítimas” las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad, expresando que debían ser “tomadas en serio y atendidas”.

Moscú está buscando apoyo después de que su despliegue de 100 mil soldados cerca de su frontera con Ucrania provocó que las naciones occidentales lanzaran la advertencia de una invasión y amenazaran con imponer “graves consecuencias” en respuesta a cualquier ataque ruso.

China disfrutó de un gran apoyo por parte de la Unión Soviética –precursora del Estado ruso moderno– tras el establecimiento del régimen comunista en 1949, no obstante, las dos potencias socialistas se enemistaron posteriormente por diferencias ideológicas.

En la década de 1990, ambas partes retomaron sus relaciones tras el final de la guerra fría, y en los últimos años han desarrollado una asociación estratégica en la que han trabajado estrechamente en cuestiones comerciales, militares y geopolíticas.

Estos lazos se han fortalecido aún más durante el mandato de Xi Jinping, en un momento en el que Rusia y China se encuentran cada vez más enfrentadas con las potencias occidentales. En 2014, en una muestra de desafío frente a las intensas críticas occidentales por la anexión de Crimea, Putin recurrió a Xi para buscar una alternativa. Beijing mostró su apoyo con la firma de un acuerdo de gas de 400 mil millones de dólares a 30 años.

Otros líderes que disfrutarán de la hospitalidad de Xi durante los Juegos son el egipcio Abdel Fatah al-Sisi, el saudita Mohammed bin Salman, el kazajo Kassym-Jomart Tokayev y el polaco Andrzej Duda.

Se espera que asistan a los Juegos alrededor de 21 líderes mundiales. La mayoría de esos líderes gobiernan regímenes no democráticos, según el Índice de Democracia de The Economist Intelligence Unit, de los cuales 12 son calificados como “autoritarios” o “regímenes híbridos”.

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