Descubren carne de tiburón en peligro de extinción en alimentos para perros y gatos, revela un estudio de ADN
El tiburón sedoso, catalogado como 'vulnerable', fue una de las especies identificadas con mayor frecuencia en los alimentos para mascotas analizados. Foto: Norbert Probst/Rex/Shutterstock

Un estudio reveló que los dueños, sin saberlo, dan a sus perros y gatos alimentos que contienen carne de tiburones en peligro de extinción.

Los científicos descubrieron que varias marcas contenían especies en peligro de extinción, pero solo indicaban ingredientes imprecisos como “pescado de mar”, lo que significa que los consumidores no suelen tener conocimiento de esto.

“La mayoría de los dueños de mascotas suelen ser amantes de la naturaleza, y creemos que la mayoría se sentirían alarmados al descubrir que podrían estar contribuyendo, sin saberlo, a la sobrepesca de las poblaciones de tiburones”, señalaron los autores del estudio, Ben Wainwright e Ian French, del Yale-NUS College en Singapur.

Las poblaciones de tiburones son objeto de sobrepesca en todo el mundo, con una disminución de más del 70% en los últimos 50 años. Como depredadores alfa, son fundamentales para el equilibrio de la cadena alimentaria del océano y la pérdida de tiburones ha repercutido en las praderas marinas y los arrecifes de coral.

La venta de aletas de tiburón cuenta con una amplia publicidad. Sin embargo, los autores señalan que el uso de productos derivados del tiburón en artículos cotidianos como el alimento para mascotas y los cosméticos es un contribuyente oculto.

Utilizando el código de barras del ADN, los científicos analizaron 45 productos de alimentos para mascotas de 16 marcas de Singapur. La mayoría de los productos empleaban términos genéricos como “pescado”, “pescado de mar”, “carnada blanca” o “pescado blanco” en la lista de ingredientes para describir su contenido, y algunos indicaban específicamente el atún o el salmón. Otros productos no indicaban contenido de pescado en absoluto.

De las 144 muestras secuenciadas, 45 –aproximadamente un tercio– contenían ADN de tiburón. Las especies identificadas con mayor frecuencia fueron la tintorera, el tiburón sedoso y el tiburón de arrecife de punta blanca. El tiburón sedoso y el tiburón de arrecife de punta blanca figuran como especies “vulnerables” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

También se identificaron productos que contenían ADN del tiburón gáleo media luna (Hemigaleus microstoma), el tiburón cazón picudo antillano (Rhizoprionodon porosus) y el tiburón toro –todas ellas especies vulnerables–.

Los autores sugieren que la carne podría proceder de cadáveres de tiburones que serían desechados una vez retiradas las valiosas aletas, o podría reflejar un creciente comercio de carne de tiburón. Exigen un etiquetado más preciso de los ingredientes para que la gente tenga conocimiento de qué es lo que le da de comer a sus mascotas y de dónde procede.

El Dr. Andrew Griffiths, ecologista de la Universidad de Exeter, explicó que el último trabajo realizado continuaba las investigaciones de su equipo y de otros que revelaron la presencia de ADN de tiburón en productos alimenticios para el consumo humano, incluida la venta de carne de tiburón espinoso y tiburón martillo en los establecimientos de fish and chips (pescado y papas fritas).

En el caso de los alimentos para mascotas, indicó, la falta de normas sobre un etiquetado específico significa que se puede incluir legalmente una gran variedad de especies vulnerables. “No existen normas específicas que lo impidan”, dijo. “Podrías estar adquiriendo, sin saberlo, cualquier tipo de pescado“.

Aparte del lucrativo comercio de aletas de tiburón, la carne de tiburón suele tener un valor bastante reducido, explicó Griffiths, y podría ser una fuente económica de proteínas. “Mucha gente no quiere comerla“, dijo. “Así que no necesariamente se puede vender a través de otras cadenas de suministro. A la gente le sorprende que estas cosas puedan aparecer en la comida de su mascota”.

Los resultados se encuentran publicados en la revista Frontiers in Marine Science.

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