Razones para ser alegres: los optimistas viven más tiempo, indica un estudio
Los hombres más optimistas indicaron tener menos factores de estrés diarios. Foto: VioletaStoimenova/Getty Images

Una nueva investigación sugiere que las personas que tienen una visión optimista del mundo pueden vivir de forma más saludable y durante más tiempo porque se enfrentan a menos situaciones estresantes.

Los científicos descubrieron que, si bien los optimistas reaccionaban a las situaciones de estrés y se recuperaban de ellas de forma muy parecida a los pesimistas, los optimistas estaban mejor emocionalmente porque tenían menos acontecimientos estresantes en su vida diaria.

Se desconoce la forma en que los optimistas minimizan su dosis de estrés, sin embargo, los investigadores creen que, o bien evitan las discusiones, la pérdida de llaves, el tránsito y otras situaciones irritantes, o simplemente no las perciben como factores estresantes en primer lugar.

Estudios anteriores descubrieron pruebas de que los optimistas viven más tiempo y con mejor salud, pero los investigadores no entienden completamente la razón por la que tener una actitud positiva puede contribuir a un envejecimiento saludable.

“En vista de los trabajos anteriores que relacionan el optimismo con la longevidad, el envejecimiento saludable y la disminución del riesgo de padecer enfermedades graves, parecía un paso lógico estudiar si el optimismo podría brindar protección contra los efectos del estrés entre los adultos mayores“, dijo la Dra. Lewina Lee, psicóloga clínica del Veterans Affairs Boston Healthcare System y profesora adjunta de psiquiatría en la Universidad de Boston.

Lee y sus colegas analizaron la información proporcionada por 233 hombres que tenían al menos 21 años cuando se inscribieron en el Estudio Normativo sobre el Envejecimiento del Departamento de Asuntos de los Veteranos de Estados Unidos entre 1961 y 1970. Las encuestas realizadas en los años 80 y 90 evaluaron los niveles de optimismo de los hombres.

Entre 2002 y 2010, escribieron hasta tres diarios de ocho días de duración en los que registraron su estado de ánimo y las situaciones estresantes a las que se enfrentaron.

Los investigadores sospechaban que los optimistas se recuperarían con mayor rapidez que los pesimistas, y que volverían a estar de buen humor más rápido después de un acontecimiento estresante. Sin embargo, los datos no confirmaron esta hipótesis.

“Descubrimos que los hombres más optimistas indicaban tener menos factores de estrés diarios, lo cual explicaba en parte sus menores niveles de estado de ánimo negativo”, señaló Lee.

“Eso nos sugirió que quizás los hombres más optimistas limitaban su exposición a situaciones estresantes, o que eran menos propensos a percibir o etiquetar las situaciones como estresantes”.

Aunque el estudio publicado en Journals of Gerontology se enfocó en hombres mayores, Lee mencionó que esperaba que los hallazgos también fueran válidos para las mujeres mayores. “Se tiene menos conocimiento sobre las diferencias de edad en el papel del optimismo en la salud”, añadió.

Los niveles de optimismo o pesimismo suelen ser bastante estables durante la vida de las personas, no obstante, Lee cree que existen formas de fomentar una perspectiva más optimista para aquellos que lo deseen.

“Una forma de ser más optimista es desarrollar una conciencia de cómo reaccionamos o juzgamos internamente una situación”, dijo.

“Frecuentemente, nuestra reacción automática implica una evaluación negativa, o el peor escenario posible. Será útil que nos demos cuenta de que lo estamos haciendo, y luego intentemos pensar en distintas formas de enfocar la situación”.

“Tener un pensamiento más optimista no significa ser Pollyanna o ignorar los riesgos, que es una idea errónea común sobre el optimismo. Puede implicar reconocer nuestras fortalezas, los ejemplos de éxito pasados y las áreas sobre las que tenemos control, para que podamos llegar a una perspectiva más positiva y confiada”, añadió.

El profesor Andrew Steptoe, jefe de ciencias del comportamiento y de la salud de la UCL, que no participó en el estudio, comentó que es posible que las personas optimistas realmente tengan una vida más libre de problemas que las pesimistas.

Es posible que sea más fácil llevarse bien con ellos que con los pesimistas y que, por ejemplo, entren en conflicto con menor frecuencia. O puede que, sencillamente, sean menos propensos a considerar los incidentes cotidianos como factores de estrés.

“Si uno tiene una tendencia optimista, parece bastante verosímil que uno no considere estresantes los sucesos relativamente triviales de su vida”, señaló.

Sin embargo, resulta difícil determinar qué significan estos resultados para el bienestar, añadió.

“Existen pruebas de que un mayor optimismo y un menor pesimismo están relacionados con la reducción del riesgo de mala salud en el futuro”.

“Esto podría estar relacionado con el estilo de vida -mayor actividad física, mejor dieta, menos tabaquismo-, aunque el optimismo también posee correlaciones biológicas, como una menor inflamación sistémica, que pueden proteger la salud”.

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