‘Esto es inhumano’: el precio del cero Covid-19 en Shanghái
Una mujer permanece en un recinto confinado en Shanghái el 29 de marzo. Foto: Alex Plavevski/EPA

El padre de Jia Ruiling* ha soportado fuertes dolores desde el 17 de marzo. Tiene cáncer de estómago en fase avanzada, pero su hospital se negó a tratarlo debido a que el vecindario de Jia, en Shanghái, se encontraba confinado como consecuencia de varios casos de Covid-19.

“Le rogamos al hospital que lo aceptara una y otra vez”, dijo Jia. “Llegó un momento en que mi padre tenía tanto dolor que quería quitarse la vida. ¿Qué podemos hacer? Por favor, ayúdennos a hacérselo saber al gobierno central”.

La estricta política china de cero covid significa que todos los casos positivos tienen que ser hospitalizados. Sin embargo, en las últimas semanas, a medida que el número de casos ha aumentado drásticamente y 26 millones de personas entraron a un severo confinamiento, se paralizó el centro financiero más importante de China continental. El número de nuevos casos positivos diarios superó los 10 mil por primera vez el lunes. Aunque se han enviado 38 mil trabajadores del sector salud de toda China para prestar ayuda, los recursos médicos son desviados de forma abrumadora a la lucha contra el Covid-19, dificultando que los pacientes no contagiados de Covid-19, como el padre de Jia, puedan acceder a ellos.

Luo Ruixiang*, trabajador chino de 39 años en la República del Congo, vivió una experiencia similar. Voló a casa en marzo con la esperanza de recibir un tratamiento urgente tras lesionarse el ojo izquierdo.

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Personas con casos leves y asintomáticos de Covid-19 en cuarentena en el Nuevo Centro Internacional de Exposiciones de Shanghái el 1 de abril. Foto: Ding Ting/AP

Llegó a Shanghái y le informó a su hotel de cuarentena y a los oficiales de aduanas sobre sus necesidades médicas, pero durante más de una semana no supo nada. “Me preocupaba que si esperaba a que terminara la cuarentena, ya me hubiera quedado ciego“, comentó.

Desesperado, Luo recurrió a la página de redes sociales Weibo para pedir ayuda. Los medios de comunicación locales no tardaron en llamarle, y rápidamente llegó la ayuda médica. “Afortunadamente, la operación ya está hecha”, dijo. “Se supone que no debería ser tan complicado, pero al ser insignificante todo es muy difícil para mí”.

El brote de la variante ómicron en Shanghái constituye la mayor prueba para la política de cero covid de China hasta la fecha, y la ciudad tiene dificultades para superarla. El lunes, las autoridades de salud reportaron 8 mil 581 casos asintomáticos y 425 casos sintomáticos en las últimas 24 horas. Las cifras son pequeñas en comparación con países como Reino Unido y Estados Unidos, sin embargo, son algunas de las más grandes en China desde que se reportó el virus por primera vez en Wuhan a finales de 2019.

Los críticos señalan que la ciudad, una de las más sofisticadas de China, debería haber estado mejor preparada.

“Tuvieron demasiado éxito desde 2020, por lo que se volvieron autocomplacientes”, dijo Jia, recalcando que no estaba en contra del gobierno, pero que el sufrimiento de su padre la había hecho sentir “muy enojada“.

“Tanto el virus como la gente están cambiando”, señaló Chen Xi, experto en salud pública de la Facultad de Salud Pública de Yale. “Es la primera vez que la subvariante de ómicron, es decir, BA.2, ataca a Shanghái. La velocidad de propagación sin precedentes supera rápidamente el rastreo de contactos y otras medidas convencionales de salud pública. La gente también presenta una evidente fatiga por el Covid-19 después de más de dos años de estrictas medidas sanitarias“.

Impotencia y frustración

Mientras continúa el confinamiento en la mayor metrópolis de China, la sensación de impotencia es abrumadora.

Las fotos y los videos que mostraban a niños pequeños separados de sus padres en un hospital de Shanghái suscitaron la ira en las redes sociales durante el fin de semana. Uno de los padres cuyo hijo pequeño fue apartado tras dar positivo en la prueba escribió en las redes sociales: “Estoy tan disgustado… Esto es inhumano“.

Varios diplomáticos de la Unión Europea radicados en Shanghái enviaron una carta al gobierno de la ciudad el 31 de marzo, presionándolo para que proporcionara asistencia a sus ciudadanos cuando necesitaran ayuda médica. También instaron a Shanghái a no separar a los niños de sus padres “cualesquiera sean las circunstancias”.

Las autoridades de salud de Shanghái defendieron la política el lunes, mientras los padres y tutores expresaban su enojo en las redes sociales. Wu Qianyu, funcionario de la comisión municipal de salud de Shanghái, dijo que la política era parte integral de los esfuerzos para prevenir y controlar el virus.

En respuesta a las quejas, Ma Chunlei, secretario general del gobierno municipal de Shanghái, reconoció el viernes que su administración había manejado de manera inadecuada el brote. “Nuestro conocimiento sobre la altamente infecciosa e insidiosa cepa mutante ómicron no fue suficiente, y nuestra preparación para el significativo incremento de los contagios no fue exhaustiva”, señaló. “Aceptamos sinceramente sus críticas y estamos trabajando arduamente para mejorarlo“.

A pesar de la confesión, algunos comentan que las cosas aún no han mejorado. La esposa de Deng Zhaoyang* y su hijo de tres años se encuentran en un centro de cuarentena gestionado por el gobierno desde el 29 de marzo.

“El centro está dirigido por voluntarios y no parece que haya alguien a cargo. Tanto es así que ni siquiera sabemos cuándo van a salir del centro, y tampoco nadie ha ido a hacerles pruebas de Covid-19“, explicó.

Deng, que emigró a la ciudad como adulto hace varios años, señaló que en los últimos dos años, cuando las cosas eran normales y otras partes de China lidiaban con los brotes, nunca pensó que ocurriría lo mismo en Shanghái.

“Antes de que llegara ómicron, era comprensible que quienes se contagiaban fueran enviados a instalaciones de cuarentena”, comentó. “Pero ahora la mayoría solo tiene síntomas leves. ¿No debería el gobierno ajustar su política en consecuencia?

El sentimiento de frustración lo comparten algunos de los profesionales médicos de la ciudad. En una reveladora conversación telefónica de la semana pasada, que ha circulado por internet tanto en el país como en el extranjero, una funcionaria del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Shanghái dijo que los recursos médicos de la ciudad estaban sometidos a una gran presión.

“Ya les sugerí (a los altos funcionarios) en múltiples ocasiones que aquellos que tuvieran síntomas leves o no tuvieran síntomas simplemente deberían estar en cuarentena en sus casas”, comentó, y añadió que los esfuerzos actuales para controlar el virus respondían más a la política. “Pero ¿quién me ha escuchado?”. Algunos internautas chinos, no obstante, la calificaron como “equivocada” y “peligrosa”. El sábado, el Shanghai Pudong CDC informó que estaba investigando la queja de la persona que llamó. También emitió un aviso interno, en el que indicó al personal que responde la línea directa que hable unánimemente.

Ese mismo día, Sun Chunlan, viceprimer ministro chino, destacó su “adhesión inquebrantable al enfoque dinámico de cero covid” en una visita oficial a Shanghái, según informó Xinhua. Menos de 24 horas después, el ejército chino envió más de 2 mil médicos a Shanghái para apoyar los esfuerzos destinados a contener la propagación del virus.

‘No es sostenible’

Jin Dong-yan, profesor de la facultad de ciencias biomédicas de la Universidad de Hong Kong, señaló que pasarían semanas antes de que pudieran controlar el virus. “Aunque consigan alcanzar el nivel de cero covid con un costo excesivamente alto, otro accidente podría provocar otro gran brote… Vivir con el virus es la única opción viable”, indicó.

Una gran parte de “vivir con el virus” está relacionada con una vacuna eficaz. Los funcionarios han comenzado a hablar abiertamente en los últimos meses sobre las vacunas de ARNm, un indicio de que las autoridades podrían haber estado pensando en utilizar otras vacunas además de las fabricadas en China por Sinopharm y Sinovac. El Dr. Zhong Nanshan, principal experto en enfermedades respiratorias del país, comentó en diciembre que China debería aprender de las cosas buenas de otros países, como las vacunas de ARNm. El gobierno de Shanghái también indicó en un documento oficial la semana pasada que apoyaba la importación de vacunas y medicamentos para el tratamiento del Covid-19.

“El despliegue de las pruebas rápidas de antígenos (RAT) y la aprobación de las vacunas de ARNm son factibles, ya que cuentan con datos suficientes para que (las autoridades) aprueben la vacuna de ARNm, así como con la capacidad adecuada para producir en masa las RAT”, explicó Chen, añadiendo que tanto los bajos índices de vacunación entre los adultos mayores como la tecnología de vacunas que se utiliza en China son “preocupantes”.

El plazo restante se está reduciendo rápidamente“, señaló. “Es muy importante que otras regiones de China aprendan y refuercen la vacunación antes de que inicie un brote local”.

Para Jia, la idea de vivir con el virus parece lejana. Solo espera que su padre sea enviado al hospital oncológico lo antes posible. “Su dolor se ha aliviado gracias a las mayores dosis de analgésicos de los últimos días, pero no es una solución sostenible. Necesita ver al doctor”, comentó.

Desde que Jia reveló el calvario de su padre en internet la semana pasada, comentó que había recibido la atención de los medios de comunicación. Tal vez debido a la presión, sus autoridades del distrito local le llamaron para decirle que podían enviar a su padre al hospital.

“Pero tenían un requisito”, dijo. “Querían que eliminara primero mis publicaciones en las redes sociales. Me negué. Al final no lograron enviar a mi padre al hospital oncológico, porque solo son una autoridad a nivel de distrito, y no pudieron convencer a una institución a nivel municipal después de todo”.

*Se cambiaron los nombres para proteger las identidades.

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