Los cuerpos de 765 civiles han sido recuperados hasta el momento en la región de Kiev, dice el fiscal
Las autoridades recuperan cadáveres de fosas comunes y otros que fueron abandonados en las calles. Foto: Carol Guzy/Zuma/Rex/Shutterstock

Las autoridades ucranianas han recuperado los cadáveres de 765 civiles, entre ellos 30 niños, en la región de Kiev desde que las fuerzas rusas fueron desalojadas a principios de abril, informó un fiscal superior de la región.

Oleh Tkalenko, fiscal jefe adjunto de la región de Kiev, indicó que las autoridades esperaban que se encontraran muchos más cadáveres en las próximas semanas.

Esto solo es el principio. Acabamos de empezar a trabajar en las ciudades más grandes, como Borodianka, Hostomel, Irpin y Bucha”, dijo Tkalenko. “Todavía hay mucho que no hemos desenterrado”.

Se han descubierto varias fosas comunes desde que las autoridades ucranianas recuperaron el control de zonas de la región de Kiev que estuvieron bajo ocupación rusa.

“Documentar correctamente a cada individuo requiere tiempo y esfuerzo. Pero tenemos que hacer esto para que tengamos las pruebas para que no haya cuentos de que son falsas”, comentó Tkalenko. “Creo que (los soldados rusos) dejaron intencionadamente los cadáveres de los ciudadanos que mataron en las calles y prohibieron que la gente los enterrara para intimidar a la población“.

Describió tres casos de supuesta tortura contra grupos de civiles en la región que su oficina estaba investigando. Rusia ha negado en repetidas ocasiones haber atacado a civiles y ha señalado que las acusaciones ucranianas y occidentales de crímenes de guerra son ficticias.

Tkalenko aseguró que en la ciudad de Motyzhyn, los soldados rusos escogieron nueve personas que creían que habían ayudado al ejército ucraniano. Seis personas fueron torturadas hasta la muerte y tres sobrevivieron, indicó.

Los desnudaron, los metieron en fosas y los golpearon. Les dispararon en las piernas, en los brazos y los torturaron”, explicó Tkalenko. “Los mataron de hambre“.

Indicó que los funcionarios comenzaron a trabajar en un caso mayor que supuestamente involucra a más de 40 personas en la aldea de Dymer, al norte de Kiev. “Los utilizaron como trabajadores forzados. Los hicieron cavar sus propias tumbas y les rompieron los dedos. Les dispararon cerca de la cabeza y entre las piernas. A quienes se negaban a hablar, o no les gustaba lo que decían, les disparaban en el brazo. Los estrangularon, les torcieron los brazos”.

El tercer caso bajo investigación está relacionado con el territorio de un club de golf cerca de la ciudad de Makariv. Las fuerzas rusas utilizaron el club como cuartel general y detuvieron a un grupo de residentes locales. “Los enterraron vivos, los obligaron a cavar una tumba y los golpearon“, dijo Tkalenko.

Tkalenko declinó proporcionar cifras exactas sobre los casos de violencia sexual o violación que se habían registrado. Señaló que el número de casos de violación abiertos por los fiscales en la región de Kiev se elevaba a decenas. Sin embargo, recalcó que las mujeres se mostraban renuentes a presentar denuncias policiales sobre actos de violencia sexual porque creían que no se detendría a los perpetradores. En cambio, contactaban a psicólogos y médicos en busca de ayuda.

La gente se avergüenza de hablar de la violación“, comentó Tkalenko. “Nos acercamos a los individuos y hablamos con ellos uno por uno. La gente está más dispuesta a hablar de los casos de tortura”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, indicó el martes que el número de casos de violación ascendía a cientos. Un vocero de la oficina de Zelenski declinó proporcionar una cifra exacta o más detalles sobre dónde se habían cometido los presuntos delitos y contra quién. No fue posible contactar a la fiscalía general para que comentara sobre el número exacto de casos.

La defensora del pueblo ucraniano para los derechos humanos, Lyudmila Denisova, informó el 8 de abril que 25 mujeres fueron retenidas en el sótano de una casa en Bucha y violadas sistemáticamente.

“Resulta difícil hablar de lo que pasa por su cabeza”, dijo Tkalenko sobre la psicología de las tropas rusas. “Pero yo diría que el ejército ruso está formado por personas que no pudieron pagar el soborno para librarse del reclutamiento. Incluso robaron los calentadores de la gente”.

Los supervisores de derechos humanos designados internacionalmente señalaron que hallaron “patrones claros” de violaciones del derecho internacional humanitario por parte de “las fuerzas rusas en su conducta de hostilidades”, en una evaluación preliminar sobre el desarrollo de la guerra que se ha prolongado durante siete semanas en Ucrania.

Los tres expertos, designados por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), compuesta por 57 países y cuyos miembros abarcan Europa, América del Norte y Asia Central, indicaron que si Rusia hubiera respetado el derecho humanitario y evitado cuidadosamente bombardear hospitales y otras infraestructuras protegidas, entonces “el número de civiles muertos o heridos habría sido mucho menor“.

“Un número considerablemente menor de casas, hospitales, bienes culturales, escuelas, edificios residenciales de varios pisos, plantas de agua y sistemas de electricidad habrían resultado dañados o destruidos”, continuaron los supervisores en un informe publicado por la OSCE el miércoles.

Sin embargo, también halló “violaciones y problemas” en materia de derechos humanos atribuibles a Ucrania, en particular “el trato dado a los prisioneros de guerra, que en un principio fueron considerados criminales”, después de que saliera a la luz un video que parecía mostrar a soldados rusos recibiendo disparos en la pierna por parte de sus captores el mes pasado.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos ha registrado formalmente hasta el momento 4 mil 450 víctimas civiles en Ucrania desde el inicio de la guerra, de las cuales mil 892 murieron y 2 mil 558 resultaron heridas. No obstante, es casi seguro que la cifra es una subestimación debido a las dificultades para llevar a cabo una documentación precisa mientras continúan los combates.

Ucrania fue uno de los 45 países de la OSCE que acordó designar a los supervisores, pero Rusia no cooperó, lo que significa que el grupo de supervisión tuvo que basarse en los comunicados públicos rusos, cuando estaban disponibles, para conocer su perspectiva sobre las presuntas violaciones de los derechos humanos.

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