Cómo el ‘absolutista de la libertad de expresión’ Elon Musk transformaría Twitter
Musk tiene una de las cuentas más populares de Twitter, con 81.6 millones de seguidores. Foto: Reuters

Resulta que no estaba en “modo duende” después de todo. La semana pasada, Elon Musk, con su característica conducta de excentricidades, tuiteó una serie de sugerencias para mejorar Twitter después de que se reveló que se había convertido en su mayor accionista individual. Las sugerencias variaban desde la pregunta de si la sede del sitio debería ser convertida en un refugio para personas sin hogar hasta si se debería eliminar la publicidad del servicio premium de la plataforma.

Muchos de estos tuits fueron posteriormente eliminados, incluyendo uno en el que compartía un meme que representaba al abogado Saul Goodman de la serie Breaking Bad con las palabras: “Para ser justos su señoría, mi cliente estaba en ‘modo duende'”.
Tanto si Musk estaba siendo astuto como si no en ese momento –es difícil saberlo tratándose de la persona más rica del mundo–, tenemos que tomar esos tuits con mucha seriedad ahora que ha ofrecido 43 mil millones de dólares para comprar el sitio de microblogging.

En vista del papel fundamental que desempeña Twitter en cuanto a definir las noticias y la agenda política en ambos lados del Atlántico, su propiedad es una cuestión delicada, sobre todo si está a punto de ser puesta en manos de un empresario con una fortuna de 260 mil millones de dólares. Musk no solo es una de las cuentas más populares del sitio, con 81.6 millones de seguidores, sino que es el director general de dos empresas –el fabricante de automóviles eléctricos Tesla y la firma de cohetes espaciales SpaceX– que tienen relación con las esferas reguladora y política.

“El Beltway y la Unión Europea se la pasarán en grande con esto”, dijo Dan Ives, de la firma de inversión estadounidense Wedbush Securities. “Que Musk sea dueño de Twitter es una pesadilla para muchas personas y esto pasará por el escrutinio regulatorio en ambos lados del Atlántico“. No obstante, Ives no cree que los licitadores rivales superen la oferta de Musk de 54.20 dólares por acción. Musk tiene mucho dinero y una participación del 9.2%, lo que le da una posición fuerte mientras la junta directiva de Twitter –a la que se negó a unirse el fin de semana– reflexiona sobre su próximo movimiento.

El cambio está en juego si tiene éxito. Musk dijo en una carta dirigida a la junta directiva el jueves que Twitter es “la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo”, pero que no puede lograr este “imperativo social” en su forma actual y que “necesita transformarse en una empresa privada”.

Su principal preocupación parece ser la política de moderación de Twitter. En marzo tuiteó una encuesta en la que preguntó a los usuarios si el sitio se adhería al principio de la libertad de expresión. “Puesto que Twitter funciona como la plaza pública de facto, no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava de forma fundamental la democracia”, dijo. “¿Qué se debería hacer?” Se ha declarado a sí mismo un “absolutista de la libertad de expresión” y, en ese contexto, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, vetado de Twitter, debe estar esperando que la oferta de Musk triunfe.

Sin embargo, el entorno normativo de las redes sociales se está volviendo cada vez más estricto. En Reino Unido, el próximo proyecto de ley de seguridad en línea exigirá a las plataformas que supervisen estrechamente sus contenidos para evitar daños como las pile-ons (uno de los fenómenos más desagradables de Twitter). Aunque el sitio sea de propiedad privada, no podrá esquivar a los legisladores de ambos lados del Atlántico que quieren hacer del internet un lugar más seguro.

Otras sugerencias de Musk son menos polémicas. La semana pasada les preguntó a los usuarios si querían un botón de edición para reescribir las publicaciones después de lanzarlas, lo que llevó a la empresa a confirmar que estaba trabajando en esa función de todos modos. También sometió a debate cambios en el servicio premium, Twitter Blue, como eliminar la publicidad, lo cual plantea la posibilidad de un cambio comercial radical para una empresa que obtiene el 90% de sus ingresos anuales de 5 mil millones de dólares de los anuncios.

La principal preocupación de los inversionistas con respecto a Twitter es el crecimiento, en términos de ingresos publicitarios y de suscriptores, ya que empresas como TikTok suponen una competencia feroz en cuanto a llamar la atención de los usuarios. Dado el énfasis de Musk en la libertad de expresión, es de suponer que el crecimiento de los usuarios será el objetivo principal si la empresa termina siendo de su propiedad.

Según los últimos resultados trimestrales de Twitter, los usuarios activos diarios aumentaron en 25 millones durante el año, hasta alcanzar los 217 millones, mientras la empresa se mantenía en su objetivo de alcanzar los 315 millones a finales del próximo año.

El drama de la última semana debería haber añadido algunos usuarios más y, considerando los probables obstáculos que Musk tiene que superar antes de ganar el control de la empresa, la plataforma todavía no corre peligro de perder su relevancia.

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