Refugiados ucranianos sin hogar en el Reino Unido tras diferencias con sus anfitriones, dicen grupos comunitarios
A algunos refugiados ucranianos no les queda otra opción que ser remitidos a las autoridades locales como personas sin hogar. Foto: Jack Dredd/Rex/Shutterstock

Un número cada vez mayor de refugiados se está viendo obligado a quedarse sin hogar y, en muchos casos, en la indigencia, tras la ruptura de las relaciones con sus anfitriones del programa Homes for Ukraine en el Reino Unido, informaron las organizaciones comunitarias.

Algunos predicen que el sistema podría colapsar por completo tras los reportes de refugiados ucranianos a los que les pidieron que abandonaran las casas de sus patrocinadores con solo un día de antelación, dejándolos sin otra opción más que ser remitidos a las autoridades locales como personas sin hogar o, si se lo pueden permitir, intentar buscar un alojamiento de alquiler de último momento.

Los líderes comunitarios indicaron que este tipo de incidentes ocurrían entre los anfitriones, generalmente bien intencionados, que quizás no preveían la magnitud del compromiso hasta que los refugiados llegaban a sus casas, contribuyendo a aumentar el estrés y el trauma de los recién llegados.

Otros factores mencionados son los gastos, los choques de personalidad y culturales, el hecho de que los anfitriones no establezcan las reglas de la casa, los malentendidos y los problemas de comunicación.
Iryna Terlecky, miembro de la junta directiva de la Association of Ukrainians in Great Britain
(Asociación de ucranianos en Gran Bretaña), comentó: “Nuestra comunidad constata estos casos con frecuencia y nuestra percepción es que están aumentando”.

También informan sobre problemas similares entre las personas que llegaron a través del programa de familias ucranianas, causados por problemas de espacio o por la ruptura de relaciones. “Nos estamos dando cuenta de que se están rompiendo las relaciones de patrocinio, a pesar del claro deseo de la gente de ayudar”, explicó Terlecky.

Una mujer ucraniana de 43 años comentó a The Guardian que se quedó sin hogar, aterrorizada y sin saber a dónde acudir después de que sus anfitriones del programa Homes for Ukraine le pidieran que se marchara poco después de una semana.

Tras la invasión rusa, huyó de su departamento en el piso 22 de un edificio en Kiev rumbo a España, no obstante, le resultó difícil encontrar trabajo. Conoció a sus anfitriones británicos, una pareja de Exeter, a través de Facebook, que se encargaron de organizar sus vuelos y su documentación.

Al principio, explicó, todos se llevaban bien y ella se sintió “querida y cuidada”. Pero su dinámica cambió drásticamente cuando ella fue a visitar a un hombre que conoció por internet. Sus anfitriones la acusaron de mentir.

“Es un sentimiento espantoso”, comentó, hablando desde un alojamiento de emergencia del ayuntamiento en un hotel. “Te sientes muy feliz, querida y cuidada y después te sientes como si te hubieran tirado desde un edificio alto al piso”.

Mientras tanto, la Asociación de Gobiernos Locales (LGA) indicó que se había producido un “preocupante aumento” de llegadas de ucranianos que se presentaban como personas sin hogar, y solicitó urgentemente un proceso de reasignación para que los refugiados no quedaran en una situación indefinida. Fuentes del gobierno dijeron al Observer que estaban trabajando en un servicio de “reasignación”.

Marta Mulyak, que ha acogido a varias familias ucranianas desde el inicio de la guerra y es presidenta del 1st London Plast, un grupo de scouts ucranianos, comentó: “Muchas personas dicen: ‘Por supuesto, le puedo ofrecer un cuarto a un ucraniano‘. Pero entonces las facturas, el costo de la comida… tal vez la gente no piensa en eso hasta que llegan”.

Muchos de los refugiados recién llegados siguen experimentando el trauma de haber vivido en una zona de guerra. Mulyak ha visto cómo algunos niños caen al piso tras confundir un ruido fuerte con una bomba. “El plan Homes for Ukraine tiene muchos problemas y, con el tiempo, desembocará en un colapso total“, señaló.

Anya Abdulakh, de Families4Peace, una organización benéfica que ayuda a los ucranianos en el norte de Londres, explicó que recientemente la contactó una mujer que llegó al Reino Unido con su hija para vivir con una mujer que conoció en Facebook.

Sin embargo, cuando llegaron, la anfitriona se estaba divorciando y salió a relucir que era una vegetariana estricta que no quería carne en la casa, lo cual generó tensiones. “La situación ahora es que ella (la anfitriona) quiere que se mude lo más rápido posible”, dijo.

Sara Nathan, cofundadora de Refugees at Home, espera que los problemas con el plan “sigan siendo bastante importantes durante algún tiempo”, sobre todo cuando las estancias lleguen a los seis meses, el tiempo mínimo al que se deben comprometer los anfitriones.

Un vocero del Departamento de Nivelación, Vivienda y Comunidades indicó: “No reconocemos estas afirmaciones, más de 46 mil 100 personas han llegado a través de los dos planes establecidos para Ucrania y la gran mayoría de ellas se están adaptando bien”.

“Se aplican estrictas medidas de protección para el programa Homes for Ukraine y, de acuerdo con los informes de datos de los ayuntamientos, se rompen muy pocos de estos patrocinios. Cuando ocurre, los ayuntamientos son capaces de proporcionar apoyo o encontrar un patrocinador más adecuado”.

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