Por qué la guerra de Ucrania también es un asunto de política interna para Biden
Nancy Pelosi llega con una delegación del Congreso para reunirse con Volodímir Zelenski en Kiev el 1 de mayo. Foto: Ukraine Presidency/Zuma Press Wire Service/Rex/Shutterstock

La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la ciudad de Kiev al frente de una delegación del Congreso esta semana fue un recordatorio de que en Washington la guerra en Ucrania no es únicamente una cuestión de seguridad nacional, sino también una cuestión política interna cada vez más importante.

En su enfoque del conflicto, el presidente estadounidense Joe Biden cuenta con el viento a favor de la opinión pública y el sentimiento del partido demócrata, que lo animan a ser cada vez más proactivo.

En una nueva encuesta realizada por el periódico Washington Post y la cadena ABC News, el 37% de los estadounidenses encuestados señaló que su administración no estaba actuando de forma suficiente para apoyar a los ucranianos, una mínima fracción por encima del 36% que dijo que él estaba actuando de forma suficiente. Solo el 14% sugirió que estaba actuando demasiado.

A finales del mes pasado, la administración amplió los objetivos de Estados Unidos en el conflicto, para no limitarse a apoyar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, sino también para debilitar a Rusia, con el objetivo de evitar que se repitan las agresiones de Moscú contra otros países.

Un diplomático europeo sugirió que uno de los factores detrás de este cambio era la impaciencia existente en los niveles superiores del partido respecto a la postura de la administración.

“Se trata básicamente de intentar tomar la delantera en esta crisis. Existen muchas críticas internas contra la administración por su pasividad”, dijo el funcionario.

“En el Capitolio (el Congreso) están enojados y muchos de los grandes donadores demócratas piensan que no está siendo tan directo como debería serlo Estados Unidos… Biden piensa que está recorriendo un camino prudente entre la intervención en su sentido más amplio y el mantenimiento del enfoque en las preocupaciones domésticas, y algunos demócratas están comenzando a pensar que ese equilibrio no es el adecuado”.

El senador Chris Coons, una figura importante en los círculos demócratas de política exterior, criticó a Biden por descartar la intervención militar directa como opción. En la otra parte del partido, se han producido pocas protestas por parte del ala progresista, que normalmente se muestra escéptica respecto al envío de grandes cantidades de equipo militar a conflictos en el extranjero.

Y por primera vez en Washington, los republicanos presionan en la misma dirección.

“Esta es una de las pocas áreas en las que los demócratas y los republicanos están razonablemente bien unificados y eso hace que para un presidente sea bastante fácil moverse en esa dirección. No está haciendo enemigos”, comentó Larry Sabato, profesor de política de la Universidad de Virginia.

“El paraguas que cubre todo esto es la cuestión moral y el impactante video de los ucranianos siendo masacrados y dislocados”, señaló John Zogby, encuestador y consultor político. “Los estadounidenses se sienten conmovidos por eso y apoyan abrumadoramente al pueblo ucraniano”.

No obstante, se trata de una cuestión políticamente conflictiva. El apoyo es más homogéneo entre los demócratas que entre los republicanos. Donald Trump transfirió su admiración personal por Vladimir Putin al menos a algunos de sus seguidores y al comentarista de la cadena Fox News Tucker Carlson, que ha planteado de forma constante temas de discusión pro-Moscú en su programa.

El apoyo de los demócratas se ve reforzado por el importante papel de los ucranianos-estadounidenses, que se cree representan alrededor de un millón de personas (Zogby considera que esta cifra es una subestimación) y que son influyentes en el consejo de coordinación étnica del partido. Tienen mayor influencia porque están concentrados en los estados indecisos.

“Hay un número decente de ucranianos en Ohio, y tenemos una contienda por el Senado en Ohio. Hay ucranianos en Pensilvania y tenemos una contienda por el Senado en Pensilvania”, explicó Wendy Schiller, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Brown.

En Wisconsin, los demócratas han estado publicando anuncios contra el senador en funciones Ron Johnson, centrándose en su visita a Moscú en 2018.

“No es un accidente que Nancy Pelosi haya ido a Ucrania”, dijo Schiller. “Que la presidenta de la Cámara vaya, indica que este va a ser un tema que el partido nacional abordará en las elecciones de mitad de período”.

Con la política a nivel estatal y nacional, la indignación moral entre la población y los propios instintos de Biden en materia de política exterior, todo ello apuntando en la misma dirección, la administración aumentó notablemente su participación en el conflicto ucraniano, solicitando al Congreso un apoyo militar, económico y humanitario extraordinario de 33 mil millones de dólares para Kiev.

Sin embargo, el apoyo de la población se reduce drásticamente cuando se trata de enviar tropas estadounidenses. Solo el 21% de las personas que participaron en la encuesta de esta semana apoyaron esa intervención directa, y la preocupación de que Ucrania se transforme en un conflicto nuclear es significativamente mayor entre los demócratas que entre los republicanos.

Biden, que ha convertido la retirada de Estados Unidos de las “guerras eternas” en su principal política exterior, ha expresado en repetidas ocasiones que no enviará tropas estadounidenses a Ucrania y también canceló las pruebas rutinarias de misiles para reducir el riesgo de malentendidos y errores de juicio entre las dos superpotencias nucleares.

“Las tropas en el terreno bien pueden ser una historia muy diferente”, dijo Zogby. “No creo que la tercera guerra mundial tenga muy buenos resultados en las encuestas”.

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