La mayoría de las mujeres de color ‘esconden’ su ascendencia debido al racismo laboral en el Reino Unido
Tres cuartas partes de las mujeres de color han experimentado algún tipo de racismo en el trabajo. Foto: Radius Images/Alamy

Las mujeres de color se sienten obligadas a cambiar su comportamiento, y en muchos casos sus nombres, debido al racismo estructural generalizado que existe en los centros de trabajo, revela una nueva investigación.

Tres cuartas partes de las mujeres de color han experimentado algún tipo de racismo en el trabajo, mientras que poco más de una cuarta parte se ha enfrentado a insultos racistas, según un importante informe realizado por la organización para la igualdad de género Fawcett Society y el centro de estudios para la igualdad racial Runnymede Trust.

Las organizaciones encuestaron a 2 mil mujeres de origen afroamericano y asiático y a más de mil mujeres blancas de todo el Reino Unido, resaltando el problema de la cultura en los centros de trabajo.

La mayoría de las mujeres de color consideraban que tenían que ocultar su identidad en el trabajo de alguna manera, y más del 60% modificaba su lenguaje, su peinado, su ropa o su dieta para encajar.

Más de la mitad de las mujeres musulmanas y afroamericanas señalaron que cambiaron la ropa que usaban en el trabajo, mientras que una cuarta parte de las mujeres de ascendencia india dijeron que cambiaron su nombre.

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El estudio también reveló la existencia de obstáculos persistentes respecto al ascenso profesional, ya que más de la mitad de las mujeres de color informaron haber sido discriminadas en el proceso de solicitud o entrevista, y el 42% señaló que fueron rechazadas para un ascenso.

“Las mujeres de color se enfrentan a un doble desafío”, comentó Halima Begum, directora ejecutiva de Runnymede Trust. “Desde la escuela hasta el lugar de trabajo, existen barreras estructurales que se interponen entre ellas y las oportunidades que merecen”.

“Conocen por experiencia propia el mito de la meritocracia, desde la agilidad mental que supone cambiar constantemente de código hasta ser rechazadas repetidamente para los ascensos”.

Aproximadamente un tercio de las encuestadas de ascendencia pakistaní, bangladesí e india comentaron que un jefe impidió activamente su progreso en el trabajo. Este porcentaje se compara con el 20% de las mujeres blancas británicas.

El informe pide al gobierno que obligue a las empresas que tienen más de 50 empleados a publicar sus datos sobre la brecha salarial por motivos étnicos, cuestión a la que se ha opuesto, lo que ha provocado acusaciones de que carece de “voluntad o interés” de crear una sociedad más justa e igualitaria.

En 2018, el Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial publicó una consulta que indicaba: “El gobierno cree que es momento de avanzar hacia la presentación obligatoria de informes sobre la remuneración por motivos étnicos”.

La consulta concluyó en enero de 2019, no obstante, el gobierno aún no ha publicado una respuesta.
El informe también pide a todos los empleadores que apliquen planes contra el racismo, incluyendo la publicación de los sueldos en todas las ofertas de empleo y que dejen de preguntar a los candidatos sus sueldos anteriores.

Jemima Olchawksi, directora ejecutiva de la organización Fawcett Society, señaló que las mujeres de color son retenidas y obligadas a ocultar su identidad.

“Qué desperdicio de tiempo y energía de esas mujeres”, comentó. “Necesitamos centros de trabajo que respeten y celebren la individualidad de cada persona y que permitan que las mujeres se centren en aportar su talento a la fuerza de trabajo. Considerando la escasez de habilidades y de personal, esto es un desperdicio de potencial que no nos podemos permitir”.

En respuesta a los hallazgos, Caroline Nokes, presidenta conservadora del comité de mujeres e igualdad, pidió “una acción positiva por parte del gobierno”.

“Resulta realmente impactante escuchar que las mujeres se sienten obligadas a cambiar su nombre solo para poder trabajar y conocer el nivel de abuso racista que todavía existe en los centros de trabajo”, señaló.

“Requiere una acción positiva por parte del gobierno. No basta con decir que estamos creando más oportunidades para todos. Tenemos que orientar esas oportunidades para garantizar que la nivelación no se limita a la geografía o al norte y al sur”.

Un vocero del gobierno indicó: “Nuestro plan de acción para una Gran Bretaña inclusiva establece planes para construir una sociedad más justa y más inclusiva, incluyendo la promoción de la equidad en los centros de trabajo y medidas para combatir la brecha salarial por motivos étnicos”.

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