La ministra del Interior aprueba la extradición de Julian Assange del Reino Unido a Estados Unidos
'Vamos a luchar': La esposa de Julian Assange habla sobre la extradición a Estados Unidos

La ministra del interior de Reino Unido, Priti Patel, aprobó la extradición del cofundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, una decisión contra la cual la organización dijo inmediatamente que apelaría ante el tribunal supremo.

El caso fue remitido a la ministra de Interior el mes pasado después de que la corte suprema dictaminara que no existían dudas legales sobre las garantías proporcionadas por las autoridades estadounidenses respecto al trato que podría recibir Assange.

Al tiempo que Patel aprobó el proceso, WikiLeaks inmediatamente publicó un comunicado para indicar que apelaría la decisión.

“Hoy no es el final de la lucha”, señaló. “Solo es el comienzo de una nueva batalla legal. Apelaremos a través del sistema legal; la siguiente apelación será ante el tribunal superior”.

El comunicado señaló que todo aquel al que le importara la libertad de expresión debería estar “profundamente avergonzado” de que la ministra del Interior aprobara la extradición de Assange.

“Julian no hizo nada malo. No ha cometido ningún delito y no es un criminal. Es un periodista y un editor y está siendo castigado por hacer su trabajo”, indicó el comunicado.

“Priti Patel tenía en su poder hacer lo correcto. En cambio, siempre será recordada como una cómplice de Estados Unidos en su plan para convertir el periodismo de investigación en una empresa criminal”.

Es probable que cualquier apelación se centre en motivos como el derecho a la libertad de expresión y en si la solicitud de extradición responde a motivos políticos. Patel ha estado analizando si la solicitud de extradición de Estados Unidos cumplía las pruebas legales restantes, entre ellas la promesa de no ejecutarlo.

El australiano se encuentra recluido en la prisión londinense de Belmarsh tras una larga batalla para evitar su extradición.

En una conferencia de prensa en Londres, su esposa, Stella Assange, comentó: “No nos encontramos en el final del camino. Vamos a luchar contra esto. Vamos a utilizar todos los medios disponibles. Voy a utilizar cada hora que esté despierta para luchar por Julian Assange hasta que esté libre, hasta que se haga justicia”.

La saga se desencadenó en 2010 cuando WikiLeaks publicó una serie de filtraciones de Chelsea Manning, una exsoldado del ejército estadounidense, así como una copia de más de 250 mil telegramas diplomáticos estadounidenses, algunos de ellos publicados en The Guardian y otros medios, que contenían análisis diplomáticos clasificados de líderes mundiales. El gobierno estadounidense inició una investigación penal sobre estas filtraciones.

También en 2010 se emitió una orden de aprehensión contra Assange por dos acusaciones distintas de abuso sexual en Suecia. El Reino Unido dictaminó que debía ser extraditado a Suecia.
Esto lo llevó a presentarse en la embajada de Ecuador en Londres en agosto de 2012, solicitando asilo político. Temía que si era extraditado a Suecia, a su vez sería extraditado a Estados Unidos.

Assange finalmente abandonó la embajada en 2019. Fue detenido en el Reino Unido por incumplir la fianza y finalmente encarcelado. Después se inició el proceso de extradición a Estados Unidos en su contra.

La decisión de Patel recibió críticas inmediatas por parte de activistas, periodistas y diputados.
Caroline Lucas, diputada del Partido Verde por Brighton Pavilion, comentó: “Es absolutamente vergonzoso que Priti Patel haya aprobado la extradición de Julian Assange a Estados Unidos: esto crea un peligroso precedente para la libertad de prensa y la democracia”.

“Las autoridades estadounidenses están decididas a silenciarlo porque no les gusta lo que reveló”.

El exministro del gabinete David Davis comentó: “Lamentablemente, no creo que el señor Assange vaya a tener un juicio justo. Este tratado de extradición necesita ser reescrito para otorgarle a los ciudadanos británicos y estadounidenses derechos idénticos, a diferencia de lo que ocurre ahora”.

El veterano locutor de la cadena británica BBC, John Simpson, señaló: “Los periodistas de Gran Bretaña y de otros países se sentirán muy preocupados por la decisión de extraditar a Julian Assange a Estados Unidos, tanto por su propio bienestar como por el precedente que crea para el periodismo a nivel mundial”.

John Pilger, periodista australiano y partidario de Assange desde hace tiempo, manifestó: “Una nueva apelación cuestionará la podredumbre política de la ‘justicia’ británica. O alzamos nuestras voces como nunca antes o nuestro silencio se convierte en cómplice de la muerte de un hombre heroico”.

El nuevo gobierno australiano indicó que creía que el caso de Assange se había “alargado demasiado y que debería cerrarse”.

“Seguiremos expresando este punto de vista a los gobiernos del Reino Unido y de Estados Unidos”, indicaron la ministra de Relaciones Exteriores, Penny Wong, y el fiscal general, Mark Dreyfus, en un comunicado en respuesta a la decisión de Patel.

El primer ministro, Anthony Albanese, comentó el año pasado, cuando era el líder de la oposición, que “no veía el propósito de la continua persecución del Sr. Assange” y que “ya era suficiente”.

Un vocero del Ministerio del Interior señaló: “El 17 de junio, tras el análisis tanto del juzgado de primera instancia como del tribunal superior, se ordenó la extradición de Julian Assange a Estados Unidos. El Sr. Assange conserva su derecho normal de apelación de 14 días”.

“En este caso, los tribunales del Reino Unido no han considerado que la extradición del Sr. Assange sea opresiva, injusta o constituya un abuso del proceso”.

“Tampoco han considerado que la extradición sería incompatible con sus derechos humanos, incluidos su derecho a un juicio justo y a la libertad de expresión, y que mientras esté en Estados Unidos será tratado adecuadamente, incluso en relación con su salud”.

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