Beyoncé: Break My Soul reseña, el himno house no rompe los esquemas
'Siguiendo una tendencia musical más que estableciendo una'... Beyoncé presentándose en 2018. Foto: Larry Busacca/PW18/Getty Images para Parkwood Entertainment

Las últimas grandes reivindicaciones musicales que el mundo escuchó de Beyoncé fueron “Black Parade”, un gruñido electrónico de enojo contra la brutalidad policial y el racismo que poco a poco se convirtió en una celebración eufórica de la cultura afroamericana y africana, así como “Be Alive”, su contribución nominada al Oscar para la banda sonora de Rey Richard: una balada ambientada en un ritmo implacable y retumbante que recalcó su mensaje de empoderamiento afroamericano. Al menos desde el punto de vista espiritual, estos temas eran similares a los álbumes que los precedieron en 2019, la banda sonora alternativa para El Rey León, producida por Beyoncé, que situó el sonido de los afrobeats en el centro de la atención general, y la grabación en vivo de su extraordinaria presentación en el festival de Coachella, Homecoming: prueba de una artista comprometida con la toma de riesgos musicales, constantemente impulsando e intentando algo diferente.

De ahí que el lanzamiento del primer sencillo de su próximo álbum Renaissance resulte aún más sorprendente. En lugar de presentarle a su público algo sorprendentemente diferente, “Break My Soul” suena extrañamente familiar. Se trata de un tema house con un tempo medio centrado en un sonido de bajo de teclado que –sin ánimo de ser demasiado técnico– se asemeja mucho a la configuración número 17 del sintetizador Korg M1. Incluso si nunca has escuchado el sintetizador Korg M1, habrás oído ese sonido: se trata de la base del remix de Stonebridge de 1993 de “Show Me Love” de Robin S y del remix de MK de 1992, o “Dub of Doom” de “Push the Feeling On” de los Nightcrawlers, dos de los temas house más influyentes de la historia reciente del pop.

Beyoncé: Break My Soul, video

Al menos en Gran Bretaña, en la última década hemos escuchado muchos sencillos pop que se parecen a uno de ellos o a ambos. La moda de revivir el tema “Show Me Love” de Robin S alcanzó su apogeo a mediados de la década de 2010, la época del éxito de Kiesza en las listas de éxitos, “Hideaway”, “White Noise” de Disclosure y los covers de la canción de Clean Bandit y Sam Feldt. “Push the Feeling On” revivió aproximadamente en la misma época –podías escuchar su influencia en Not Letting Go de Tinie Tempah y Jess Glynne– y ha demostrado ser incluso más duradera. En 2020, fue utilizada tanto en “Dinner Guest” de AJ Tracey y en “House Party” de Mist y Fredo, mientras que el año pasado constituyó la base de “Friday” de Riton x Nightcrawlers, un éxito en toda Europa.

Vale la pena señalar que ni los temas originales de los 90, ni sus sucesores actuales, tuvieron el mismo impacto en Estados Unidos en comparación con otros países. Además, “Break My Soul” es un ejemplo muy elegante de su tipo. Está decorada con una animada melodía de piano, interjecciones de voz cruda tomadas de la rapera Big Freedia y un gancho que se introduce irrevocablemente en tu cerebro y que presenta un cambio de tono impresionantemente inesperado en el minuto 3:14. Ofrece un coro constantemente cambiante de voces armónicas y una interpretación principal típicamente fantástica: entre la letra sobre dejar tu trabajo, soltarte el cabello y encontrar un nuevo impulso se esconde la línea “Bey is back and I’m sleeping real good at nights”, que parece estar destinada a unirse a “Becky with the good hair” y a “I woke up like this” en el firmamento de las letras de Beyoncé citadas continuamente y fanfarronas.

Es evidente que será un gran éxito, pero tampoco se trata de un “Single Ladies” o “Run the World” o “Crazy in Love”, el tipo de sencillo de Beyoncé que te hace detenerte: da la impresión de que sigue una tendencia musical en lugar de establecer una. Dicho esto, basta con ver el contenido caleidoscópico de su último álbum de estudio en solitario, Lemonade, para darse cuenta de que Break My Soul probablemente no es un ejemplo representativo de Renaissance en su conjunto: sus álbumes suelen rebosar de ideas, de las cuales el renacimiento del house de los 90 de Break My Soul sin duda no es más que una.

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