Chiles, café y vino: cómo la crisis climática provoca una escasez de alimentos
'Casi todo lo que cultivamos y producimos en Estados Unidos se está enfrentando a algún tipo de estrés climático'. Foto compuesta de Getty Images

Los fanáticos de la salsa Sriracha son un grupo apasionado. Son conocidos por hacerse tatuajes de la popular salsa picante en sus cuerpos y por disfrazarse como la botella roja de plástico en Halloween.

Así que no es de extrañar que una escasez sin precedentes del amado condimento provoque que sus devotos luchen por evitar un verano sin especias.

Huy Fong Foods, la empresa del sur de California que produce 20 millones de botellas de sriracha al año, ha experimentado una escasez de existencias de chiles jalapeños rojos en los últimos años, situación que ha empeorado con la pérdida de cosechas de la primavera.

¿La causa? Las graves condiciones meteorológicas y la sequía en México.

No solo ocurre con los chiles. Los productores de mostaza en Francia y Canadá indicaron que las condiciones meteorológicas extremas provocaron una reducción del 50% en la producción de semillas el año pasado, lo cual condujo a una escasez de este condimento en los estantes de las tiendas. El calor abrasador, las tormentas más intensas, las sequías, las inundaciones, los incendios y los cambios en los patrones de lluvia también están afectando el costo y la disponibilidad de productos básicos, como el trigo, el maíz, el café, las manzanas, el chocolate y el vino. La crisis climática está aumentando la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, y está poniendo en peligro la producción de alimentos.

“Casi todo lo que cultivamos y producimos en Estados Unidos se está enfrentando a algún tipo de estrés climático”, comentó Carolyn Dimitri, profesora de nutrición y estudios sobre alimentación de la Universidad de Nueva York.

El trigo y otros cultivos de cereales son particularmente vulnerables. En las Grandes Llanuras, región en la que se cosecha la mayor parte del trigo estadounidense, la sequía redujo la cosecha de invierno. Los niveles de abandono de la producción de trigo de invierno en Estados Unidos –principalmente en Texas y Oklahoma– son los más altos desde 2002. Mientras tanto, en Montana, las inundaciones amenazan los cultivos de cereales.

“Esto adquiere importancia porque Estados Unidos no cuenta con un gran excedente y realmente no puede contribuir en este preciso momento a suplir el déficit mundial de suministros de trigo debido a la crisis de Ucrania”, explicó Dimitri.

El impacto de la crisis climática en los cultivos de cereales abarca más allá de Estados Unidos. En la India, una intensa ola de calor dañó la cosecha de trigo debido a las temperaturas récord registradas durante la primavera y el verano. Cuando Delhi alcanzó los 48°C en mayo, el gobierno impuso la prohibición de las exportaciones de trigo, lo cual hizo que los precios aumentaran aún más que el alza que se produjo tras la invasión de Rusia contra Ucrania.

El cambio climático podría afectar gravemente la producción mundial de maíz y trigo tan pronto como en 2030, según reveló un estudio de la Nasa de 2021, en el que se calcula que las cosechas de maíz disminuirán en un 24%.

Las manzanas son otro alimento que ya corre peligro. La cosecha de manzanas del año pasado en los estados de Michigan y Wisconsin se vio amenazada por las fuertes heladas registradas en la primavera. De acuerdo con el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), los cambios en el clima, tales como el calentamiento, pueden dar lugar a menores cosechas, menor crecimiento y cambios en la calidad de la fruta.

“El ser humano es una pequeña criatura luchadora, así que seguimos cultivando alimentos y las cosechas aumentan en general, pero conforme sube la temperatura, el reto se vuelve mayor”, señaló Ricky Robertson, investigador principal del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias.

Las condiciones meteorológicas extremas están repercutiendo en el costo del café. Entre abril de 2020 y diciembre de 2021, los precios del café aumentaron un 70% después de que las sequías y las heladas destruyeran los cultivos en Brasil, el principal país productor de café del mundo. Las consecuencias económicas podrían ser profundas, ya que se calcula que hasta 120 millones de las personas más pobres del mundo dependen de la producción del café para su supervivencia.

John Furlow, director del Instituto Internacional para la Investigación del Clima y la Sociedad (IRI) del Columbia Climate School, señaló que los cafeticultores de lugares como Costa Rica y Jamaica no pueden simplemente trasladarse a zonas más elevadas como respuesta al calentamiento de las temperaturas.

“Pensemos en una montaña como un cono”, explicó Furlow. “A medida que subes hay menos superficie, así que eso es un riesgo”.
La crisis climática también cambiará las zonas en las que los agricultores pueden cultivar cacao, y se prevé una escasez de productos de chocolate en los próximos años debido al clima más seco en el oeste de África.

El año pasado, la industria de los vinos de Francia registró su menor cosecha desde 1957, con una pérdida calculada en 2 mil millones de dólares en ventas. Un viñedo de champaña que normalmente produce entre 40 mil y 50 mil botellas al año no produjo nada en 2021 debido a las temperaturas más altas y las fuertes lluvias.

Un estudio demostró que si las temperaturas aumentan 2°C, se podrían reducir las regiones productoras de vino hasta en un 56%. Cuatro grados de calentamiento podrían implicar que el 85% de esas zonas ya no serían capaces de producir buenos vinos.

“Esto significa que los productores tienen que aumentar la irrigación –una estrategia de adaptación que pronto será inviable–, emigrar o detener la producción por completo”, señaló Linda Johnson-Bell, fundadora del Wine and Climate Change Institute.

“El cambio climático y sus erráticos patrones meteorológicos cambiarán el mapa mundial del vino. Desaparecerán regiones y surgirán otras”.

Los incendios forestales que marcaron récords en California en 2020 afectaron gravemente la cosecha y la peligrosa calidad del aire amenazó una gran parte de los cultivos de uva para vino del estado. Los vinicultores de Napa Valley se están viendo obligados a tomar medidas extremas, como rociar las uvas con protectores solares y regar con aguas residuales tratadas procedentes de inodoros y lavabos, para poder sobrevivir, y algunos viñedos no sobrevivirán.

Robertson compara los retos de la agricultura relacionados con el clima con el juego de las sillas, en el que los vinicultores tienen que trasladar su producción con el objetivo de adaptarse a las temperaturas más cálidas y a las condiciones meteorológicas extremas.

“Tendrán que trabajar más arduamente y encontrar más tierras para cultivar”, señaló. “Los lugares que se vuelven menos aptos para el cultivo de productos son más numerosos que los nuevos lugares a los que pueden ir. Los pequeños productores, especialmente, se enfrentarán a la dificultad de intentar averiguar qué lugar ocupan en las sillas”.

La producción de alimentos es un factor impulsor de la crisis climática y una víctima de la misma. Transformar el sistema alimentario requerirá una serie de medidas, entre ellas el aumento de la diversidad de los cultivos, el envío de predicciones climáticas a los agricultores de todo el mundo, la ampliación de los programas de conservación y ofrecerles a los agricultores un seguro que les pague cuando un índice como la lluvia o la velocidad del viento supere o esté por debajo de un determinado límite.

El gobierno de Biden apoya la investigación sobre la agricultura “climáticamente inteligente”, un método para la gestión de las tierras de cultivo, los bosques, la pesca y la ganadería que pretende abordar los retos interrelacionados de la crisis climática y la seguridad alimentaria.

En mayo, el secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que las catástrofes relacionadas con el clima y las condiciones meteorológicas extremas eran un factor causante del hambre en el mundo y que mil 700 millones de personas se han visto afectadas por la crisis climática en la última década.

Los expertos indican que, salvo que se tomen medidas, podemos prever el aumento de los precios de los alimentos, la disminución de su disponibilidad y los conflictos por el agua, factores que afectarán principalmente a los países más pobres y a los estadounidenses de bajos ingresos, y que ejercerán presión sobre todo tipo de productos, desde los almuerzos escolares hasta los programas de ayuda alimentaria.

“En Estados Unidos estamos sufriendo porque no podemos conseguir salsa sriracha”, comentó Furlow. “Los agricultores que producen esos chiles no están obteniendo esos ingresos, eso es un poco peor que comer un sándwich insípido”.

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