Los republicanos desempolvan el conocido libro de jugadas para convertir en arma el registro del FBI en Mar-a-Lago
Los seguidores de Donald Trump se reúnen tras el allanamiento del FBI a su casa de Mar-a-Lago.

La reacción amargamente polarizada ante el allanamiento del FBI a la casa del expresidente estadounidense Donald Trump en Mar-a-Lago el lunes amenazó con exacerbar las divisiones políticas de Estados Unidos.

El expresidente indicó que los agentes “allanaron” su complejo ubicado en Florida y forzaron su caja fuerte, lo cual constituye un giro sorprendente de los acontecimientos, aparentemente relacionado con una investigación del Departamento de Justicia sobre cómo eliminó los registros presidenciales oficiales.

Para los demócratas y otros críticos de Trump, se trataba de un paso muy esperado hacia la justicia y la prueba de que nadie –incluso un expresidente– es legalmente intocable.

El congresista Eric Swalwell publicó en Twitter: “Estamos siendo testigos de la diferencia entre un sistema honesto y uno corrupto. En 2020, Donald Trump nos acercó de forma peligrosa a un Estados Unidos permanentemente corrupto. El estado de derecho está tomando forma. Y se avecina la rendición de cuentas”.

Ted Lieu, otro demócrata miembro de la Cámara de Representantes, publicó en Twitter: “Nadie está por encima de la ley”.

A su vez, el Proyecto Lincoln, un grupo antiTrump, indicó en un comunicado: “Nunca antes se había producido el allanamiento de la casa de un expresidente en el marco de una investigación penal. Aunque esta orden de registro aparentemente está relacionada con el mal manejo de material clasificado, se trata de un delito grave que debe ser investigado en su totalidad”.

“La redada de hoy supone el primer paso para la aplicación de la ley, o para el Congreso, de hacer que Donald Trump rinda cuentas por la orquestación de una conspiración para permanecer en el poder que resultó en el ataque del 6 de enero contra la capital de nuestra nación”.

Sin embargo, los republicanos respondieron con furia al acontecimiento, siguiendo el ejemplo de Trump de afirmar que el allanamiento demostraba que el Departamento de Justicia estaba llevando a cabo una caza de brujas motivada políticamente. Su estridente retórica hará poco para apaciguar los temores de que el enjuiciamiento de Trump podría conducir a los disturbios sociales e incluso a la violencia política.

Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano, comentó: “El poder absoluto corrompe por completo. En innumerables ocasiones disponemos de ejemplos de demócratas que desprecian la ley y abusan del poder sin recurso alguno”.

“Los demócratas continuamente convierten la burocracia en un arma contra los republicanos. Esta redada es indignante. Se debe poner fin a este abuso de poder y la única manera de hacerlo es votando por los republicanos en noviembre”.

Kevin McCarthy, líder de la minoría republicana de la Cámara de Representantes, afirmó en un comunicado que el Departamento de Justicia había alcanzado “un estado intolerable de la politización convertida en arma” y prometió que, cuando los republicanos recuperen la Cámara, llevarán a cabo la supervisión inmediata del departamento.

McCarthy expresó siniestramente: “Fiscal general Garland: conserve sus documentos y desocupe su agenda”.

Lindsey Graham, senador estadounidense que representa a Carolina del Sur y que es aliado de Trump, señaló que faltan alrededor de 100 días para que se celebren las elecciones de medio término y que es probable que Trump vuelva a postularse para la presidencia en 2024. “El tiempo lo dirá en lo referente a esta más reciente investigación. Sin embargo, iniciar una investigación de este tipo contra un expresidente a tan poco tiempo de las elecciones es algo más que problemático”.

Bob Good, congresista republicano, escribió en Twitter: “La continua actividad de convertir al gobierno federal en un arma contra sus ciudadanos y opositores políticos continúa bajo la marcha de Biden/Garland hacia un estado policial”.

El congresista Ronny Jackson añadió: “¡¡¡Esta noche el FBI se convirtió oficialmente en el enemigo del pueblo!!!”

Kristi Noem, la gobernadora de Dakota del Sur, denunció el allanamiento como “antiestadounidense”, mientras que Matt Schlapp, presidente de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) –que organizó un evento en Dallas, Texas, la semana pasada con oradores entre los que se encontraban Trump y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán– también se sumó a la condena.

“El Estado Profundo hará todo lo posible para manchar al presidente Trump”, expresó Schlapp. “Los estadounidenses tienen que seguir haciendo crecer la gran Ola Roja y salvar al país de estos fascistas corruptos”.

Mike Pompeo, exsecretario de Estado durante el gobierno de Trump, publicó en Twitter: “Ejecutar una orden contra el exPOTUS es algo peligroso. El aparente uso del DOJ/FBI como arma política es vergonzoso. El fiscal general debe explicar por qué se trastocaron 250 años de práctica con esta redada”.

El presidente estadounidense Biden ha insistido en repetidas ocasiones en su convicción de que el Departamento de Justicia debe trabajar de forma independiente a la Casa Blanca y que él no interferirá en sus investigaciones. Merrick Garland, el fiscal general, insistió la semana pasada en que nadie estaba por encima de la ley.

El FBI está dirigido por Christopher Wray, una persona designada por Trump.

La respuesta republicana que se produjo el lunes se basó en un conocido libro de jugadas: Trump ha mantenido durante mucho tiempo que la investigación relativa a Rusia, por ejemplo, era un “engaño” y que formaba parte de una conspiración del “Estado profundo” contra él. Es probable que el escrutinio sobre cómo eliminó los registros presidenciales, o su papel en la insurrección del 6 de enero, genere una reacción similar.

Joe Walsh, un crítico de Trump y excongresista republicano, tuiteó: “El Partido Republicano ha abandonado el estado de derecho. Basta con escucharlos esta noche. Están en guerra con el estado de derecho”.

David Axelrod, exestratega durante el gobierno de Barack Obama, añadió: “Esta es la razón por la que Trump se va a postular. Quiere hacer ver que cualquier investigación o proceso penal es un complot para evitar que vuelva a ser POTUS. Muchos de sus seguidores lo creerán, de la misma manera en que creyeron sus mentiras sobre las ÚLTIMAS elecciones”.

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