EU y Corea del Sur inician los mayores ejercicios militares de los últimos años
Tropas surcoreanas realizan un ejercicio de artillería al norte de Seúl antes de los ejercicios Ulchi Freedom Shield con las fuerzas estadounidenses. Foto: Yonhap/EPA

Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron sus mayores ejercicios militares conjuntos en años, una demostración de fuerza que se espera aumente las tensiones con una Corea del Norte cada vez más hostil.

Los ejercicios, conocidos como Ulchi Freedom Shield, son considerados como una señal de la determinación de los aliados de restaurar el entrenamiento a gran escala después de que cancelaran algunos ejercicios regulares y limitaran otros para facilitar las negociaciones en materia nuclear, y debido a la pandemia de Covid-19.

No se han hecho públicos los detalles de la operación, sin embargo, en ejercicios anteriores han participado decenas de miles de tropas y un gran número de aviones de guerra y tanques.

Al parecer, los ejercicios incluirán la simulación de ataques conjuntos, el refuerzo de armas y combustible en el frente y la retirada de armas de destrucción masiva.

Los dos ejércitos indicaron en un comunicado conjunto que los ejercicios constituían una respuesta al “aumento del volumen y la magnitud de las pruebas de misiles (norcoreanas)” realizadas el año pasado.

“Teniendo esto en cuenta, y considerando la creciente amenaza… ambos líderes se comprometieron a ampliar el alcance y la magnitud de los ejercicios y entrenamientos militares conjuntos, señalaron, añadiendo que el Ulchi Freedom Shield “reforzará la preparación conjunta”.

Los ejercicios de 2019 se cancelaron después de la primera cumbre de Donald Trump con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Singapur, el año anterior. La sorpresiva concesión de Trump fue considerada como un intento de persuadir a Kim de que desistiera de su programa de armas nucleares, en medio de una ráfaga de diplomacia encabezada por el entonces presidente y su homólogo surcoreano, Moon Jae-in.

Cuatro años después, Washington y Seúl no han logrado nada sustancial para demostrar sus intentos de compromiso. Corea del Norte reanudó las pruebas de misiles –incluyendo su primer lanzamiento de un misil balístico intercontinental de pleno alcance desde 2017– y se especula que se está preparando para llevar a cabo la que constituiría su séptima prueba nuclear.

Estados Unidos indicó que considerará el despliegue de activos estratégicos –los cuales teóricamente podrían incluir armas nucleares tácticas– si Corea del Norte realiza una prueba de un dispositivo nuclear.

El nuevo presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, asumió el cargo en mayo prometiendo una postura más firme contra las provocaciones norcoreanas que incluiría la “normalización” de los ejercicios militares y el refuerzo de las defensas de su país contra Corea del Norte.

La reanudación de los ejercicios sugiere que Corea del Sur y Estados Unidos, que cuenta con 28 mil 500 soldados en el país, volvieron a mostrar su solido poderío militar conjunto a raíz de la reanudación de las pruebas de misiles balísticos por parte de Corea del Norte.

“La importancia de este ejercicio conjunto consiste en reconstruir la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos y consolidar la postura de defensa conjunta mediante la normalización… de los ejercicios conjuntos y el entrenamiento sobre el terreno”, indicó el Ministerio de Defensa surcoreano.

Aunque los aliados insisten en que los ejercicios sobre el terreno están diseñados para planificar su respuesta a un ataque norcoreano, Pyongyang habitualmente los condena como un ensayo para llevar a cabo una invasión, y en el pasado ha respondido con lanzamientos de misiles.

Los ejercicios, que finalizarán el 1 de septiembre, comenzaron en un contexto de una retórica cada vez más hostil por parte de Corea del Norte.

El país recientemente advirtió sobre “represalias mortales” contra Corea del Sur, al que culpó de su brote de Covid-19, mientras que Kim Yo-jong, la influyente hermana de Kim Jong-un, rechazó la semana pasada la oferta de Yoon de recibir ayuda económica a cambio de la desnuclearización por considerarla “absurda”, advirtiendo que Corea del Norte nunca “negociaría” su capacidad de disuasión nuclear a cambio de ayuda.

Kim Jong-un, quien hasta hace poco parece haber estado centrado en la contención del brote de coronavirus, indicó que su país está “listo para movilizar” su capacidad nuclear en cualquier guerra que se produzca con Estados Unidos y Corea del Norte, aunque el régimen siempre ha insistido en que sus armas nucleares son un elemento disuasorio contra un Estados Unidos “hostil”.

En una entrevista televisiva el mes pasado, Choe Jin, subdirector de un centro de estudios dirigido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, comentó que Estados Unidos y Corea del Sur se enfrentarían a retos de seguridad “sin precedentes” a menos que renunciaran a su “postura militar hostil” contra Corea del Norte, incluidos los ejercicios conjuntos.

Corea del Norte ha realizado pruebas de misiles a un ritmo récord, con más de 30 lanzamientos de misiles balísticos realizados este año, mientras sigue presionando a Washington para que acepte su estatus como potencia nuclear legítima, y que, según creen algunos expertos, ahora tiene la capacidad de llevar a cabo un ataque nuclear contra el territorio continental estadounidense.

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