El presidente de Irán dice que se debe investigar la muerte de Mahsa Amini
Una barricada levantada en Teherán, Irán, el miércoles, en protesta por la muerte de Mahsa Amini la semana pasada. Foto: EPA

La muerte ocurrida bajo custodia en Irán de una mujer kurda, que provocó protestas generalizadas, debe ser investigada “resueltamente”, dijo el presidente de Irán, al tiempo que lamentó lo que, según afirmó él, era la “doble moral” occidental en materia de derechos humanos.

Ebrahim Raisi indicó en una conferencia de prensa paralela a la Asamblea General de la ONU en Nueva York que la muerte de Mahsa Amini mientras se encontraba bajo custodia de la policía de la moral iraní “sin duda debe ser investigada”.

“Contacté a su familia a la primera oportunidad y les aseguré que seguiríamos investigando resueltamente ese incidente… Nuestra máxima preocupación es garantizar los derechos de todos los ciudadanos”.

Respecto a la muerte de Amini, comentó que las autoridades estaban haciendo lo que tenían que hacer y que la responsabilidad ahora estaba en manos del poder judicial. Afirmó que las investigaciones iniciales del forense sobre la muerte de Amini revelaron que murió a causa de un paro cardíaco o de un derrame cerebral, y no de una paliza propinada por la policía de la moral.

No obstante, indicó: “Si su muerte se debió a una negligencia, sin duda será investigada, y prometo dar seguimiento al asunto independientemente de que los foros internacionales adopten o no una postura”.

Los manifestantes rechazan las conclusiones del Estado, y señalan que los agentes de policía golpearon la cabeza de Amini con una macana y que estrellaron su cabeza contra uno de sus vehículos.

Los grupos de derechos humanos temen que al menos 36 personas han muerto en los seis días de protestas, desencadenadas por la muerte, el 16 de septiembre, de la mujer kurda de 22 años.

El jueves, los manifestantes incendiaron estaciones de policía y vehículos en varias ciudades, a la vez que Irán cortó el acceso a internet en algunas zonas de Teherán y Kurdistán, además de bloquear el acceso a plataformas como Instagram y WhatsApp, en un intento de frenar el creciente movimiento de protesta. Las mujeres iraníes han salido a la calle así como a internet para quemar sus velos y cortarse el cabello.

Amini fue detenida por presuntamente usar un velo hijab de manera “inapropiada”. Los activistas señalaron que la mujer, cuyo primer nombre en kurdo es Jhina, recibió un golpe fatal en la cabeza, una afirmación que negaron las autoridades, las cuales anunciaron el inicio de una investigación. La policía sigue sosteniendo que murió por causas naturales, sin embargo, su familia sospecha que fue sometida a golpes y torturas.

El presidente de Irán dice que se debe investigar la muerte de Mahsa Amini - presidente-de-iran
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, habla en una conferencia de prensa en Nueva York el jueves. Foto: Bebeto Matthews/AP

Raisi, exjefe del poder judicial de línea dura acusado de enviar a cientos de personas a la muerte en el pasado, indicó que Irán no toleraría “actos de caos”, en referencia a las seis noches de protestas por el asesinato de la mujer, pero señaló que su país aceptaba las protestas legítimas.

El poder judicial ordenó a los tribunales que adoptaran una postura severa respecto a los manifestantes, alegando que las protestas actualmente están dirigidas por agentes extranjeros y alentadas por las redes sociales antiiraníes, una acusación habitual del régimen cuando se produce la disidencia.

Intentó darle la vuelta al asunto preguntando en el país que estaba visitando sobre los tiroteos de la policía en Estados Unidos. “¿Se investigaron todas estas muertes?“, preguntó.

“Todos los días, en distintos países, incluido Estados Unidos, vemos morir a hombres y mujeres en encuentros con la policía, pero no existe sensibilidad alguna sobre la causa y el modo en que se afronta esta violencia”, añadió.

El alcance de los actuales disturbios en Irán, los peores en varios años, aún es incierto, ya que los manifestantes de más de 12 ciudades –que desahogan su enojo por la represión social y la creciente crisis del país– siguen enfrentándose a las fuerzas de seguridad y a los paramilitares. El ejército iraní indicó el viernes que “confrontará a los enemigos” para garantizar la seguridad, la advertencia más severa dirigida hasta el momento a los manifestantes.

Raisi, quien habló formalmente ante la Asamblea General el miércoles, comentó que en todas partes les ocurren cosas malas a las personas a manos de las autoridades, haciendo vagas referencias a Estados Unidos y el Reino Unido. Pidió que se aplique el “mismo criterio” en todo el mundo respecto a dichas muertes ocurridas a manos de las autoridades.

La comparación de Raisi refleja un enfoque habitual de los dirigentes iraníes, que cuando se enfrentan a acusaciones de violaciones de derechos suelen señalar a la sociedad occidental y su “hegemonía” al tiempo que exigen que esas naciones también rindan cuentas.

Las protestas han aumentado hasta convertirse en un desafío abierto contra el gobierno, en el que algunos iraníes piden la caída de la propia República Islámica. Se trata de las manifestaciones más graves desde 2019, año en que se produjeron protestas por el aumento del precio de la gasolina por parte del gobierno.

Aunque no condenó abiertamente las protestas, Raisi señaló: “Lo que está ocurriendo, tener manifestaciones… por supuesto que son algo normal y completamente aceptado… Debemos diferenciar entre manifestantes y vandalismo. Las manifestaciones son buenas para expresar cuestiones concretas“.

Estados Unidos impuso sanciones a la policía de la moral y a los dirigentes de otros organismos de seguridad iraníes el jueves, indicando que “habitualmente emplean la violencia para reprimir a los manifestantes pacíficos“. Los funcionarios estadounidenses prometieron tomar más medidas en los próximos días.

Erfan Mortezaei, primo de Amini, comentó a la página web IranWire que la familia de la fallecida aún estaba siendo presionada para que respaldara públicamente la versión de los hechos del régimen: concretamente, que la mujer no murió a causa de las heridas en la cabeza que sufrió durante su detención, sino por complicaciones derivadas de una anterior cirugía cerebral.

El fin de semana, el sobrino de Mahsa, Arkan, de 17 años, fue detenido. Fue puesto en libertad en la mañana del jueves bajo una fianza de 500 millones de riales iraníes (16 mil dólares). El poder judicial informó a la familia que se debía a que el joven acudió a las oficinas de una agencia de noticias con sede en la ciudad, presumiblemente con la intención de hablar con ellos sobre su tía.

“El objetivo de esta presión”, explicó Erfan, “es obtener una declaración forzada de la familia de Mahsa con el fin de detener las protestas a nivel nacional”.

Nasser Kanani, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Islámica, escribió por su parte en un tuit sin referirse a las protestas a nivel nacional en Irán: “Los verdaderos violadores de los derechos humanos no tienen la competencia moral necesaria para opinar sobre los derechos humanos”.

En un indicador de la magnitud de los disturbios, el alcalde de Teherán, Alireza Zakani, afirmó que se habían ocasionado daños en 43 autobuses, 54 estaciones de autobuses y 23 camiones de bomberos.

Las protestas no cuentan con un liderazgo organizado y, aunque en un principio se han centrado en el derecho de las mujeres a no usar el hiyab en público o a no ser acosadas por la policía de la moral, se han hecho llamados más extensos a la libertad, o al derrocamiento del régimen.

Las autoridades iraníes han intentado socavar el apoyo popular a las protestas haciendo hincapié en su violencia antiiraní.

Los grupos de defensa de los derechos humanos con sede en Estados Unidos han intentado presentar una orden judicial contra Raisi en nombre de expresos políticos, como Kylie Moore-Gilbert, la ciudadana británica-australiana con doble nacionalidad que permaneció en la cárcel durante dos años.

Síguenos en

Google News
Flipboard