El Banco Mundial es criticado por el gasto en la crisis climática
El presidente del Banco Mundial, David Malpass. El exvicepresidente estadounidense Al Gore lideró las peticiones de la renuncia del presidente del banco el mes pasado después de que evitara las preguntas de una periodista en relación con la ciencia del clima. Foto: Justin Sullivan/Getty Images

El Banco Mundial ha sido objeto de críticas por no poder demostrar que su gasto declarado relativo a la crisis climática es real, en un informe que sugiere que es imposible contabilizar hasta el 40% de su gasto declarado relacionado con el clima.

De los 17 mil 200 millones de dólares que el Banco Mundial declaró haber gastado en financiamiento climático en 2020, hasta 7 mil millones de dólares resultan imposibles de verificar de manera independiente, según una investigación realizada por Oxfam.

Los resultados constituyen el último golpe para el Banco Mundial en relación con sus actividades de financiamiento en materia climática. El mes pasado, el exvicepresidente estadounidense Al Gore lideró las peticiones para que el presidente del banco, David Malpass, renunciara después de haber evitado las preguntas de una periodista relativas a la ciencia del clima.

Malpass se disculpó posteriormente, no obstante, su aparente negación del cambio climático se produjo después de años de preocupación entre los gobiernos y las ONG respecto a su gestión al frente del banco, y al continuo financiamiento de los combustibles fósiles por parte del banco. Malpass fue nombrado en 2019 por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en virtud de la convención por la que Estados Unidos designa al director del banco.

Oxfam analizó los 21 mil 300 millones de dólares de financiamiento climático que el banco reportó en 2020, de los cuales 17 mil 200 millones fueron proporcionados por las dos principales ramas de préstamos del banco, la Asociación Internacional de Fomento y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.

El financiamiento climático es el dinero que se proporciona a los países en desarrollo en forma de subsidios y préstamos, y que tiene como objetivo ayudarlos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o a adaptarse a los efectos de la crisis climática.

Los autores del informe de Oxfam retomaron la información publicada por el Banco Mundial relativa a sus esfuerzos de financiamiento climático y después aplicaron la propia metodología declarada por el banco para comprobar si se podía reproducir la cifra de gasto de 17 mil 200 millones de dólares que se afirmaba.

En un informe publicado el lunes, Oxfam descubrió que las cifras del banco podrían ser inexactas hasta en un 40% a ambos extremos de los 17 mil millones de dólares. Oxfam indicó que el banco también podría estar gastando una cantidad mayor de la que declara, aunque la dificultad de contabilizar el dinero entregado a las actividades relacionadas con el clima significaba que era imposible determinarlo.

Parte del problema de contabilizar las actividades de financiamiento climático del banco es que muchos proyectos poseen un componente relacionado con el clima, sin estar orientados principalmente a dicho tema. Por ejemplo, si se está construyendo una escuela o un hospital, se podría construir de manera que sea más resistente a los efectos de las condiciones meteorológicas extremas. Eso es fundamental para que los países se adapten a la crisis climática, sin embargo, es un “cobeneficio” más que el punto principal del proyecto.

Nafkote Dabi, responsable de la política climática internacional de Oxfam, señaló: “Simplemente no podemos estar seguros del valor real (del financiamiento climático proporcionado por el banco). Lo que nos preocupa es el peor de los casos: que el banco pudiera estar exagerando considerablemente su contribución”.

El Banco Mundial refutó las afirmaciones de Oxfam. Un vocero indicó a The Guardian: “Nuestros cobeneficios se calculan empleando la metodología conjunta de los BMD (bancos multilaterales de desarrollo). Somos rigurosos respecto a cómo aplicamos la metodología y únicamente asignamos cobeneficios a la parte del financiamiento de un determinado proyecto que está directamente vinculado a la acción climática. Mantenemos nuestra estimación de cobeneficios”.

El vocero también señaló que el banco había aumentado su gasto en materia de clima, proporcionando 31 mil 700 millones de dólares de financiamiento de proyectos directamente vinculados a la acción climática para los proyectos presentados a la junta directiva del banco en 2022.

El banco también ha sostenido desde hace mucho tiempo que una parte mucho mayor de su gasto está relacionada con el clima de lo que puede parecer formalmente, porque mitigar la pobreza o fomentar el desarrollo también puede tener un impacto beneficioso para hacer que los países sean más resistentes a los efectos de las condiciones meteorológicas extremas.

No obstante, Oxfam señaló que se podría mejorar la transparencia de los métodos contables del banco. Dabi dijo: “Esta auditoría expone el peligro de que algunas declaraciones sobre el financiamiento climático podrían ser simplemente un lavado verde”.

El Banco Mundial se enfrenta a una tormentosa serie de reuniones anuales a finales de este mes, durante las cuales se verá presionado para mostrar la manera en que está ayudando a los países en desarrollo a recuperarse de la pandemia de Covid-19 y de la crisis del costo de la vida. El futuro de Malpass como presidente se encuentra en duda: The Guardian tiene entendido que algunos países, entre bastidores, están buscando la forma de destituir al designado por Trump.

El financiamiento climático será uno de los temas más importantes en la próxima conferencia de la ONU sobre el clima, COP27 que se llevará a cabo en Egipto el próximo mes. A los países pobres les preocupa no solo que los países ricos no hayan aportado los 100 mil millones de dólares anuales de financiamiento climático que se les prometió desde hace tiempo que les llegarían a partir de 2020, sino que gran parte del dinero que se aporta actualmente se destina a países de ingresos medios a los que ya les resulta fácil atraer inversiones, y que más del 70% de ese dinero se otorga en forma de préstamos, lo cual puede endeudar aún más a los países pobres.

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