Rusia es acusada de crímenes de guerra mientras sigue atacando infraestructuras ucranianas
Los servicios de emergencia ucranianos luchan contra un incendio provocado por los ataques con misiles en Zaporizhzhia. Foto: Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania/EPA

Rusia siguió atacando infraestructuras clave en Ucrania con ataques de misiles el martes, entre las advertencias de la ONU y de algunos países miembros de la OTAN de que Moscú podría estar cometiendo un crimen de guerra con su continuo bombardeo letal contra objetivos civiles.

Los últimos ataques “masivos” se produjeron pocas horas antes de una reunión del G7 en la que se espera que se condenara un bombardeo de misiles anterior que, según dijeron los aliados de Kiev, era una muestra de la desesperación de Moscú. Se espera que Ucrania pida a Occidente más sistemas de defensa aérea.

Rusia informó el martes que siguió lanzando ataques aéreos de largo alcance contra la infraestructura eléctrica y militar de Ucrania.

“Se ha logrado el objetivo del ataque. Todas las instalaciones designadas han sido alcanzadas”, indicó el Ministerio de Defensa.

Los últimos ataques aéreos ocurrieron mientras Moscú barajaba la posibilidad de entablar conversaciones diplomáticas bilaterales con el presidente estadounidense, Joe Biden.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, señaló el martes que Moscú estaba dispuesto a entablar conversaciones con Occidente en relación con la guerra de Ucrania, pero que aún no había recibido ninguna propuesta seria para negociar, en comentarios que también parecían estar diseñados para restar importancia a la posibilidad de que Rusia utilice armas nucleares.

Lavrov comentó que Rusia no rechazaría una reunión entre su presidente, Vladimir Putin, y Biden en la próxima reunión del G20 y que consideraría la propuesta en caso de recibirla.

Putin también se reunirá con el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, el jueves, y comentó a los periodistas que era “posible” que los dos líderes discutieran la propuesta turca de albergar conversaciones entre Rusia y Occidente en torno a la paz en Ucrania.

Mientras los barcos y bombarderos estratégicos rusos que operan sobre el mar Caspio y otros lugares continuaban lanzando misiles de crucero contra ciudades ucranianas, además de los ataques con drones kamikaze y otros cohetes, una vocera de la oficina del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Ravina Shamdasani, advirtió que los recientes ataques rusos “equivalen a un crimen de guerra”.

“Los daños causados a las centrales y a las líneas de transmisión eléctricas clave de cara al próximo invierno suscitan una mayor preocupación respecto a la protección de la población civil y, en particular, al impacto sobre las poblaciones vulnerables”.

“Los ataques dirigidos contra civiles y objetos indispensables para la supervivencia de los civiles están prohibidos por el derecho internacional humanitario. Tenemos que destacar que el hecho de dirigir de forma intencional ataques contra civiles y objetos civiles –es decir, objetos que no son objetivos militares– equivale a un crimen de guerra”.

El mensaje de la ONU fue amplificado por 11 miembros del flanco oriental de la OTAN el martes, que calificaron el reciente bombardeo de Rusia en Ucrania como un crimen de guerra, añadiendo que cualquier amenaza nuclear era “inaceptable”.

“Condenamos… los bombardeos masivos de ciudades ucranianas recientemente llevados a cabo por parte de Rusia, los cuales constituyen crímenes de guerra según el derecho internacional“, indicó la declaración conjunta publicada por la oficina del presidente polaco.

Las fuerzas de Moscú lanzaron más de 80 misiles sobre ciudades de toda Ucrania el lunes, y los servicios de emergencia ucranianos informaron el martes que el número total de víctimas había aumentado a 19 muertos y que había más de 100 heridos.

El martes continuaron los ataques, y las fuerzas aéreas ucranianas indicaron que los bombarderos rusos Tu-95 y Tu-160 que operaban sobre el mar Caspio lanzaron alrededor de 20 misiles de crucero sobre Ucrania y afirmaron haber interceptado 14 de ellos.

Mientras que la capital, Kiev, estuvo tranquila el martes, los misiles rusos alcanzaron otras ciudades, incluyendo las instalaciones de electricidad y agua que se encuentran en la ciudad occidental de Lviv por segundo día consecutivo, después de que el lunes se interrumpiera el 90% de la energía durante una parte del día.

El martes, el alcalde de la ciudad, Andriy Sadovyi, escribió en la aplicación de mensajería Telegram que un nuevo ataque había cortado nuevamente el suministro eléctrico en gran parte de Lviv.

Una vez más, uno de los lugares más afectados fue la ciudad de Zaporizhzhia, en el sur del país, donde el servicio estatal de emergencias ucraniano indicó que 12 misiles S-300 impactaron contra instalaciones públicas, provocando un gran incendio en la zona, y añadió que al menos una persona murió en el ataque en la madrugada del martes.

El misil S-300 fue diseñado originalmente como un misil tierra-aire de largo alcance. Rusia ha recurrido cada vez más al uso de versiones readaptadas del arma para atacar objetivos en tierra.

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