Seis millones de estadounidenses portaron armas diariamente en 2019, el doble que en 2015

Se calcula que 6 millones de adultos estadounidenses portaron diariamente un arma de fuego cargada durante 2019, cifra que duplica el número de personas que dijeron portar un arma todos los días en 2015, según un nuevo estudio publicado en el American Journal of Public Health.

Los nuevos cálculos destacan un cambio ocurrido durante décadas en la posesión de armas en Estados Unidos, con porcentajes cada vez mayores de propietarios de armas de fuego que afirman poseerlas con fines de autodefensa, no de caza o recreación, y que eligen portar un arma con ellos cuando salen en público, señaló Ali Rowhani-Rahbar, profesor de epidemiología en la Universidad de Washington, y autor principal del estudio.

Un caso histórico de la Corte Suprema anuló este verano una ley de Nueva York que imponía límites estrictos a la portación de armas en público, dictaminando, por primera vez, que los estadounidenses tienen el derecho constitucional de portar un arma de fuego con fines de autodefensa fuera del hogar.

Aunque las encuestas recientes indican que casi un tercio de los adultos estadounidenses afirman poseer un arma de fuego, el porcentaje de quienes eligen portarla con regularidad en público es menor, con alrededor de un tercio de los propietarios de armas de fuego, es decir, aproximadamente 16 millones de adultos, que manifiestan portar en público una pistola cargada al menos una vez al mes, y aproximadamente 6 millones que lo hacen diariamente, según reveló el estudio.

Sin embargo, la portación de armas en público parece haber aumentado con rapidez en los últimos años. Un estudio realizado en 2015 por los mismos investigadores, utilizando la misma metodología, reveló que 3 millones de adultos afirmaban llevar una pistola cargada diariamente, y 9 millones lo hacían una vez al mes.

En la actualidad, el número de adultos que portan un arma diariamente es probablemente incluso mayor que la estimación de 2019, debido a un aumento récord en la venta de armas durante la pandemia, señaló Rowhani-Rahbar. “Tenemos todas las razones para creer que esta es una tendencia que probablemente va a continuar”, añadió.

El estudio de 2019 es la estimación más reciente disponible, revisada por pares, sobre el número de estadounidenses que regularmente portan armas en público, indicó, y aún no se ha realizado una encuesta equivalente después de la pandemia.

Aunque el efecto de las leyes permisivas sobre la portación de armas en los delitos cometidos con armas de fuego ha sido muy debatido dentro y fuera de los círculos de investigación, “la totalidad de la evidencia se inclina hacia una asociación entre esas políticas (permisivas) y un aumento de la violencia”, dijo Rowhani-Rahbar.

No obstante, comentó que se necesita una mayor investigación, que incluya un mayor análisis de la frecuencia con la que “la portación tiene como resultado la autodefensa o la protección de forma que salva vidas”, como creen muchos propietarios de armas estadounidenses.

Desde el punto de vista demográfico, las personas que eligieron portar un arma en público en 2019 eran más propensas a vivir en el sur del país, descubrió el estudio. Cuatro de cada cinco portadores de armas eran hombres, y tres de cada cuatro eran blancos, indicó Rowhani-Rahbar. Otros factores demográficos, como la educación y los ingresos del hogar, no supusieron una diferencia en el hecho de que los propietarios de armas decidieran portarlas en público o no, señaló. Aproximadamente una cuarta parte de los portadores de armas tenía ingresos familiares de al menos 125 mil dólares al año, y casi un tercio se había graduado de la universidad, hallaron los investigadores.

Solo un 8% de los propietarios y portadores de armas de fuego se encontraban en el nivel de ingresos más bajo, con ingresos inferiores a 25 mil dólares al año.

El aumento de la autodeclaración de portación de armas de fuego se produce en un momento en el que más estados de Estados Unidos han aprobado leyes que facilitan la portación de armas en público, con docenas de estados que han eliminado el requisito de que los residentes tengan que obtener un “permiso de portación encubierta” para poder llevar un arma de fuego oculta en su persona.

“En las últimas dos o tres décadas, el país ha avanzado en su conjunto de forma muy clara y drástica hacia la flexibilización de las leyes relativas a la portación de armas”, comentó Rowhani-Rahbar.

El estudio de Rowhani-Rahbar reveló que un porcentaje menor de propietarios de armas decidía portarlas en público en los estados que tenían leyes de portación muy estrictas, pero que no existía una diferencia sustancial entre los estados en los que era fácil obtener un permiso y los que no exigían ningún permiso.

Sin embargo, los pocos grandes estados que contaban con leyes de portación estrictas, entre ellos Nueva Jersey y California, ahora están en proceso de cambiarlas, gracias a la decisión de la Corte Suprema sobre el caso New York State Rifle & Pistol Association v Bruen de junio, señaló Adam Skaggs, director de políticas del centro Giffords Law Center to Prevent Gun Violence, que aboga por que haya una mayor regulación de las armas de fuego.

“Bruen no hará más que acelerar el número de personas que portan armas en público”, dijo Skaggs, señalando que, como datos anecdóticos, ya está aumentando el número de permisos de portación de armas que se expiden en esos estados.

El estudio sobre la portación de armas de 2019 se basó en el comportamiento autodeclarado de una muestra representativa a nivel nacional de adultos estadounidenses que viven en hogares donde se poseen armas de fuego. Debido a la oposición de los defensores de los derechos de las armas, no se dispone de estadísticas oficiales del gobierno sobre el número o la demografía de los propietarios de armas de fuego en Estados Unidos, ni siquiera sobre el número exacto de ventas anuales de armas al consumidor en Estados Unidos, lo que significa que las estimaciones basadas en encuestas son en ocasiones las mejores estadísticas disponibles.